Capítulo 29

32.3K 1.4K 763
                                    


《Desconocido》


—Aún sigo pensando en todo lo que nos dijo el otro día, Linder.— Walis no dejaba de moverse de un lado al otro.

—Creí que había sido claro, doctora Walis.

—Necesito que me dé otra explicación o por lo menos otro ejemplo un poco más concreto.

—Está bien — se acomoda, en una posición firme.— Debo de suponer que ambos ya tienen una gran conocimiento sobre el entrelazamiento cuántico.

—Así es.

—Perfecto. Como ya sabrán, este fenómeno ocurre cuando dos partículas están tan conectadas que lo que le sucede a una, afecta de forma inmediata a la otra, sin importar a que distancia estén entre sí. Azael y Perséfone son como esas partículas.

—Ya me quedo claro.

—Esto no pinta para nada bien.— Mi cuerpo ya estaba tenso, no sabía que más hacer.

—Confío en que tu plan funcionará.

—Lo hará.

Estoy muy seguro que dentro de muy poco algo malo les pasara a esos dos, si no actuamos rápido será el fin para ellos, o para toda la humanidad.

♤♡◇♧

Perséfone》

Toda la noche no la pasamos en el patio, comiendo malvaviscos y contando una que otra historia bizarra de nuestras vidas. Aproximadamente nos fuimos a dormir a las cuatro de la madrugada, Azael y yo decidimos dormir en habitaciones separadas, por el momento, ya que la tensión nos iba a vencer e íbamos a terminar follando.

No tenía ni ganas de levantarme, el sueño que tenía era inmenso. Pero Aleen vino a decirme que en media hora iremos al centro comercial, aprovechando que Azael me dejó sus tarjetas de crédito.

—¡Apurate, Perséfone!— Los gritos de Aleen eran insoportables.

—¡Ya voy!

Ya ni tiempo de acomodar mi cabello me dio, las chicas ya me estaban esperando en el auto.

—Para la próxima que tardes, te dejamos.

—¡Oigan!— Alan venía corriendo a nuestra dirección — se cancelan todos los planes que pensaban hacer.

—¿Por qué razón?

—Se nos está solicitando a una reunión importante en diez minutos.

—No puede ser.— Ari se da varios golpes en la cabeza, contra el volante.

De mala gana nos bajamos del auto, pensamos que la reunión sería en la base, pero no fue así, fue en una de las bodegas pertenecientes al ejército del área.

Saulo nos pidió acomodarnos en las sillas, sus hombres colgaron una lona Blanca para proyectar un video. Busque a Azael por todos lados, le pregunte a sus hermanos y me dijeron que aún no llegaba de hacer sus análisis porque eran un poco tardados de hacer.

—¿No se supone que hoy era nuestro día libre?— Gael toma asiento, a lado mío.

—Se supone.

—Perdón por llegar tarde, mi vuelo se retrasó y apenas alcancé a llegar.

Abigaíl se colocó enfrente de todos nosotros. También que estábamos sin ella.

Como no se estrelló su avión.

—Ya llego la bruja— Murmura a lo bajo Alan y aun así logramos escucharlo.

—Oye Perséfone.

¿Las brujas hablan?

Joyas de Guerra ©Where stories live. Discover now