Capítulo 27

32.1K 1.2K 596
                                    


《Desconocido》

Maratón 2/3


Linder ya se estaba tardando en llegar, le dije a uno de mis ayudantes que lo fuera a buscar, pero por obra del destino apareció.

—Perdón por la tardanza —sacó los documentos de su maletín.

—¿Descubriste algo?

—Ya descubrí porque se les forman esas manchas rojas.

Walis y yo nos acercamos más a él.

—Habla — le ordena mi compañera.

—De primero pensé que esas manchas aparecían por una alteración del suero en su cuerpo — nos muestra las radiografías — ya detallando mejor el caso, me di cuenta de que esas manchas aparecieron por una separación.

—¿A qué te refieres con separación?

—Cuando ellos dos salieron del consultorio los seguí afuera y empezaron a pelear. Al poco rato escuché a uno de sus amigos decir que ellos dos estaban separados, si se podría decir así. En eso recordé que las alteraciones del suero se provocan por varios factores, uno de ellos es la separación de dos individuos y entre más separados estén, más peligrosas son, prácticamente se necesitan del uno al otro para vivir.

—Ojalá y no sea lo que estoy pensando.

—Si alguno de los dos llega a morir, el otro también lo hará. Ambos están conectados, matar a uno de ellos sería como arrebatarle el corazón al otro.

—Por esa razón tuvieron una conexión rápida al momento de conocerse.— Vocalizo en un tono bajo.

Walis no despegaba la mirada del proyector.

—¿Cómo es que sucedió esto?— pregunta, aún con la mirada plasmada.

—Aún no averiguo eso. Pero si les puedo asegurar que entre más separados estén, más sufrirán y esa mancha roja seguirá expandiéndose.

—Entonces la única forma en que desaparezcan esas manchas, ¿sería en que ellos dos estén juntos?

—Así es.

No teníamos contemplado nada de esto para nuestro plan, lo que nos acaba de decir Leiner solo nos está obstruyendo. Algo debemos hacer, necesitamos evitar que ya no siga sucediendo nada de esto.

—Tengo un plan.

♤♡◇♧

《Perséfone

El sonido de una ducha hizo despertarme, todo mi cuerpo dolía. No encontré Azael por ningún lado, pensé que se había ido.

Intente levantarme, un dolor invadió la parte de mi abdomen hasta mi parte íntima.

—Buenos días — El cuerpo desnudo de Azael hizo presencia.

—Me siento como su hubiera corrido un maratón de 4 meses.

—Yo me siento de maravilla.

—Imbécil.

—Te preparé el desayuno, está en la cocina.

Joyas de Guerra ©Where stories live. Discover now