Capítulo Treinta y Seis

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El entrenador había estado entrenando a Alexander más duro que nunca en los últimos días, y aunque no habían compartido conmigo los detalles de la pelea, sabía que algo estaba sucediendo. Aspiré el aroma de bebé de Declan para luego frotar la nariz contra unas de sus mejillas mientras observaba a su padre quien se encontraba observándome con intensidad. Aunque la pelea sería dentro de dos horas, el entrenador quería que estuviesen en el lugar antes de la hora señalada.

—¿Estás segura que quieres ir?— sus ojos verdes los cuales ahora estaban llenos de promesas oscuras me observaron cuando salí de la cama y me acerqué a él sosteniendo a nuestro bebé en el proceso.

—No me lo perdería— prometí con una sonrisa, estirando el cuello y el rostro hacia atrás, buscando un beso.

—Esto es por ustedes— susurró con voz ronca antes de besarme. Sabía que me necesitaba allí. —Te amo, Alexis— esta vez su tono fue diferente, algo se agitó en mi interior por sus palabras.

—No lo digas así— protesté, era como si se estuviese despidiendo. Alexander arqueó una ceja, buscando explicación. —Suenas como si te despides. No me gusta— confesé.

Nos observamos en silencio hasta que Declan se movió en mis brazos, de repente se encontraba incómodo. Alexander tomó a nuestro bebé en sus fuertes brazos y lo observé acercar y arrullarlo en un protector abrazo y luego frotarle su pequeña pancita, haciendo que pequeños sonidos de bebé dejaran su boca.

—Mami y tú son lo más importante para mí, campeón. Siempre los cuidaré y haré cualquier cosa para protegerlos— prometió, haciendo que nuestro hijo sonriera. —Tu madre es la mujer más asombrosa que conozco— esto lo dijo observándome antes de inclinarse y buscar mi cuello. —Ella es asombrosa. Mi pequeña gatita— dejó un beso en mi cuello y luego buscó mis labios.

Asegurándome de no aplastar a nuestro bebé entre nosotros, correspondí el beso, no importaba cuantas veces nos besáramos, Alexander todavía lograba dejarme sin aliento. Deslicé la lengua contra la masculina, arrancándole un gruñido el cual me obligó a sonreír contra los labios masculinos.

—Te estaré esperando— susurró cuando nos separamos y dejó la frente contra la mía. —Lo haré pagar— prometió, y sabía que hablaba de las veces que Shadow se había metido conmigo.

Lo observé en silencio mientras dejaba a Declan en su hombro, frotando su pequeña espalda mientras cerraba los ojos, haciendo que mi corazón se derritiese por la emoción. —Te amo, Declan— lo escuché susurrarle a nuestro bebé antes de dejarlo en sus brazos nuevamente y besar su frente.

—Estoy segura que él también ama a papi— me gané una sonrisa por parte de Alexander y mientras sostenía a Declan con unos de sus fuertes brazos, me atrajo hacia su cuerpo, besando mi coronilla.




Había muchas personas, los gritos, el olor a alcohol y humo llenaban el lugar para el momento que me deslicé hasta donde se encontraba mi asiento. Rowan, Keyden, Amanda y todos los integrantes de SOH también se encontraban allí, sin duda aquella pelea sería una grande, pero todavía tenía esa sensación de que no me gustaría el como se desarrollaría todo aquello.

—¿Estás bien?— me preguntó Amanda cuando me deslicé a su lado.

—Sí— mentí. No lo estaba, la preocupación carcomía mis entrañas.

—No, no lo estás, pero no dejes que tu chico vea la preocupación en tus ojos, Lexi— asentí al escucharla. Si Alexander notaba mi preocupación no iba a poder concentrarse completamente en la pelea.

Falling with you  (F.F.L #2)Where stories live. Discover now