Capítulo Veintidós

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Había estado aburrida, mantener reposo era más difícil de lo que había pensado, Roxanne ni siquiera permitió que jugara con Sabine, lo único que podía hacer era mirar revistas de novia mientras me encontraba en el mueble de la sala o recostada en la cama y si no eran las revistas de novia, tenía que ser la televisión. La señora Brown me visitó, ella parecía realmente feliz con la noticia de mi embarazo, y claro, también me prohibió hacer cualquier fuerza o actividad física.

La primera vez que Alexander peleó luego que me encontrara en Michigan, le obligué a que me llamara luego de la pelea, eran las dos de la mañana cuando mi teléfono sonó y la voz ronca de mi hombre vibró a través de la línea. Se escuchaba eufórico, como si fuese capaz de acabar con cualquiera que se atravesara en su camino y disfruté con cada palabra que salió de su boca, me quedé dormida con los audífonos en mis oídos. Sabía que el entrenador había aumentado su entrenamiento debido a los días que había perdido, y la sola idea de deslizar mis manos por su duro cuerpo cuando estuviésemos juntos nuevamente hacía arde mis palmas.

Finalmente, cuando logré salir del apartamento luego de dos semanas de completo reposo, visité la tumba de mi madre, fue la primera vez que lo hice y no lloré por mi soledad, solamente hablé sobre lo que tenía con Alexander, de lo feliz que era a su lado y de lo mucho que lo amaba. También visité a mi padre, éste se encontraba bien, los doctores habían decidido darle de alta dentro de unos días y él único problema que tenía era que no tendría donde quedarse por lo cual, acepté tomar algo de dinero de mi prometido para que pudiese alquilar una habitación, claro, algo me decía que decirle aquello a Alexander ocasionaría desagrado.

—¿Qué tal este?— era mi primera compra para el bebé, había tenido mi primera visita al doctor luego de dos semanas de reposo, aún peleaba con los deseos de vomitar y muchas veces tenía que correr al cuarto de baño por no soportarlo, pero mientras fuesen vómitos por el embarazo y no provocados, no había ninguna clase de problemas o riesgos.

—Gatita, no puedo verlo— dijo Alexander del otro lado del teléfono por lo cual tuve que poner la cámara para que pudiese ver la pequeña ropa de bebé tejida a mano, era de un color verde pastel, casi blanco, no quería comprar algo para un sexo especifico, no cuando no sabíamos el sexo del bebé. —Por un momento pensé que comprarías algo rosa— lo escuché decir.

—No quiero algo que se incline a algún sexo— le dije, poniendo la cámara frontal para verlo.

—Está bien que compres algo para un nene, gatita— una sonrisa de medio lado tiró de la esquina de su boca.

—¿Quién dijo que será un varón?— pregunté con una ceja arqueada.

—Tiene que ser un nene. Confía en mí, dulce gatita— lo escuché demasiado seguro de sí mismo.

Cada vez que tomaba las primeras cosas para el bebé colocaba la cámara de manera que Alexander pudiese ver, era duro hacer esto sin tenerlo a mi lado, pero también fue divertido. Al final de la compra había terminado con la primera ropa del bebé, los primeros calcetines, la primera cobija y el primer jabón de baño, Roxanne había quedado enamorada con la compra pero mientras salíamos de la tienda, sentí como alguien me observaba.

—¿Sucede algo?— preguntó Roxanne.

Negué con la cabeza, ya no sentía aquella incomodidad por lo cual preferí no preocuparla.

—¿Sucede algo, señorita?— ahora fue Jackson quien preguntó pero nuevamente negué, no necesitaba que él llamara a Alexander para decirle que había sentido a alguien observándome, aquello podría distraer a mi novio de su meta, no necesitaba eso.

Falling with you  (F.F.L #2)Where stories live. Discover now