Falling with you (F.F.L #2)

Capítulo Siete

« Tienes una hermana, mi niña. Alexis Reid es hija del desgraciado de Mattew, hija de una buena mujer, una la cual Mattew ha estado engañando también »

Para cuando terminé de leer la carta estaba demasiado sorprendida. Aquello no podía ser cierto. Mattew no tenía más hijos, yo era la única Reid que había engendrado.

—No— solté al devolverle el arrugado papel. No podía ser posible. —Lo siento, pero eso....eso que dice esa carta es imposible— intenté apartarme el cabello de la frente, pero mi mano temblaba. La chica frente a mi dejó caer la mirada como si estuviese avergonzada.

—Yo no sabía que tenía una hermana— empezó con voz. —Siempre fuimos mamá, abuela y yo— continuó. —Mamá murió cuando tenía quince y luego fuimos mi abuela y yo. Cuándo mamá murió conocí a Mattew, sabía que mamá se veía con un hombre, uno el cual parecía nunca tener demasiado tiempo para ella— ella no me observaba. Tenía las manos fuertemente apretadas sobre su regazo. —Mi abuela enfermó cuando tenía los diecinueves pero hacen ocho meses ya no pudo salir de la cama. Mattew regresó, él se presentó en casa de mi abuela, yo estaba feliz, sabía que era mi padre— su voz se hacía más triste. —Mi abuela lo corrió pero él no se fue, no hasta que robó nuestro dinero luego de hacerse pasar por el padre amoroso con el cual siempre había fantaseado.

¿Papá le había robado a aquella chica?

—Mi abuela me dio esa carta antes de morir. Contándome sobre la otra familia de papá y ahí entendí todo el porqué nunca estuvo demasiado presente con mamá y conmigo.

Sentía que me estaba asfixiando. Aquello no podía ser verdad. Me puse de pie, necesitaba alejarme, pensar. Aquello tenía que ser mentira.

¿Mattew había engañado a mi madre?

—Lo siento...est...esto no es posible. Mattew no tiene más hijos— vi como los hombros de la chica se hundían. Ella parecía estar completamente segura de lo que decía. Muy segura.

—Lexi— me llamó Kristtel cuando me dirigí a mi habitación pero le ignoré. Cerré la puerta detrás de mí y fui a mi cama.

¿Por qué sentía que esa chica estaba diciendo la verdad?

Abrieron la puerta de la habitación y me encontré con el gran tamaño de Alexander, cerró la puerta detrás de él y se acercó, quedó inclinado frente a mí, observándome con la preocupación latiendo en sus ojos.

—Es mentira— ahogué un sollozo.

Una grande mano cubrió mi mejilla, cerré los ojos y sentí como silenciosas lágrimas empezaban a derramarse en mis mejillas.

—Tú te fuiste— acusé con dolor. —Él se fue y luego mi madre murió— Alexander no decía nada, solamente me observaba mientras intentaba hacer lo mismo entre mis húmedas pestañas. —Pero la amaba, nunca le haría algo como eso. Él la amaba— Alexander me atrajo hacia él, haciendo que hundiese mi rostro entre su cuello mientras me rodeaba con sus brazos. Respiré profundamente su olor, acción que solamente ocasionó que mi corazón doliese más.

Sollocé en silencio contra el hueco de su cuello mientras lo sentía frotar mi espalda.

—¿Quieres que investigue?— me preguntó en voz baja minutos después.

—¿Qué?— pregunté, separándome y observándolo al rostro.

—Tu padre. Saber si todo esto es verdad.

—Yo...no.

—Quiero hacerlo.

—No tienes que hacer eso, Alexander. Esa chica dice la verdad. No sé. Las últimas acciones de mi padre lo confirman— y aquello era lo que más dolía, sus acciones, sus viajes. Podría negar que mi padre tuviese otra hija si sus acciones hubiesen sido diferentes, mas ahora, no podía hacerlo.