Capítulo Veintiuno

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La ambulancia había llegado rápido y el traslado al hospital fue inmediato, no había apartado las manos de mi vientre durante todo el proceso, estaba aterrada y cuando intentaron apartar a Roxanne de mi lado supliqué que le permitieran estar conmigo, sin embargo, era imposible, no era un familiar y cuando todo a mi alrededor se volvió negro y perdí el conocimiento, no solamente estaba en pánico, sino que llamaba a Alexander.

El sonido de la máquina del hospital era constante cuando empecé a despertar, abrí los ojos con pesar, encontrándome con el blanco techo de la habitación y las luces, haciéndome cerrar los ojos nuevamente para acostumbrarme. Un agarre firme contra unas de mis manos me hizo girar el rostro y cuando lo hice, me encontré con el rostro más hermoso que había visto jamás. Unos verdes, casi negros ojos me observaban con mirada profunda y una pequeña sonrisa tiró de mis labios.

—Hola, tú— mi voz salió ronca y mis ojos se llenaron de lágrimas mientras contemplaba al hombre que amaba.

Alexander se encontraba a mi lado.

De repente me encontré rodeada por él, abrazándome como si fuese capaz de romperme y lo rodeé con los brazos, escondiendo el rostro en su pecho, respirando su olor, el olor que tanto amaba.

—Te prohíbo que me dejes, Alexis— su voz salió ronca, fuerte y posesiva. —Eres mía, no tienes permiso para alejarte de mí— apreté mi agarre contra su fuerte espalda, necesitando tanto su cercanía mientras sus palabras se clavaban en mi alma y corazón.

—Nunca— susurré cuando nos observamos, Alexander se inclinó y me besé, duro, posesivo y crudo, marcando sus palabras.

Mis manos fueron a mi estómago cuando nos separamos y nuevas lágrimas se acumularon en mis parpados, tenía miedo de preguntar, no quería escuchar que había perdido nuestro bebé. Alexander deslizó una mano sobre la mía, dejándola descansar sobre mi vientre.

—¿Está bien?— pregunté en un hilo de voz, conteniendo los deseos de llorar.

—Sí— dijo, frotando mi estómago con suavidad. —Tuviste un pequeño desgarro en la placenta, lo que ocasionó el sangrado. Necesitas reposo completo— continuó. —El bebé se encuentra bien— finalmente pude respirar con tranquilidad, Alexander tomó la mano donde permanecía mi anillo de compromiso y besó. —Odio haberte dejado sola— mi corazón dolió mientras nos observábamos, él no sabía que aquello ocurriría, sabía que Alexander nunca me dejaría sola en una situación como esa.

Nos quedamos en silencio, observándonos mientras nuestra mano se encontraba sobre mi vientre, la manera en la cual Alexander me observaba y tocaba apartaban cualquier pensamiento doloroso, y luego de algunos minutos, observé como apretaba un botón. Observé a mi alrededor, notando finalmente la habitación, era privada.

La puerta se abrió y observé como un hombre vestido con bata médica se acercaba mientras ojeaba lo que supe que seguramente era unos análisis médicos.

—Es bueno que se encuentre despierta, señorita Reid— dijo el hombre, acercándose. —Es normal que suceda en las primeras semanas de gestación un sangrado, sin embargo, debido a su expediente médico necesitará guardar completo reposo, tenemos que evitar cualquier posible sangrado durante las próximas semanas de gestación— Alexander apretó mi mano, transmitiéndome seguridad. —Tuvimos que sedarla, por eso se desmayó, era imposible hacerle los respectivos análisis en su estado de pánico— no recordaba aquello, solamente que todo se empezaba a poner negro.

El médico me revisó en silencio y luego de unos minutos terminó, pero por su semblante sabía que había más de un simple reposo.

—Con su historial médico, debemos evitar cualquier riesgo posible, muchas pacientes que experimentan trastorno alimenticio le es difícil completar el embarazo, tenemos la ventaja que nunca ha padecido completamente de la enfermedad, pero corre posible riesgo de un aborto si no sigue las instrucciones al pie de la letra— dijo. —Le pediré que no haga ninguna clase de esfuerzo físico, y las relaciones sexuales estarán prohibidas hasta cumplir las veinte semanas de gestación— el color subió a mi rostro ante esto último y observé a mi prometido, Alexander observaba al doctor y cuando me observó supe que nunca pondría en peligro a nuestro bebé.

Falling with you  (F.F.L #2)Where stories live. Discover now