Capítulo Uno

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                Odiaba mi nuevo trabajo, realmente lo hacía, sino fuese por lo mucho que necesitaba el dinero, no habría vuelto a poner un pie allí. Deslicé la llave por la cerradura, empujé la puerta y me deslicé en el interior. Era un pequeño pero cómodo apartamento, lo único que me podía permitir, pero era mi lugar y nadie podía mandar allí.

                  Dejé las llaves sobre el desayunador al acercarme a la cocina, me acerqué hasta el refrigerador, busqué un vaso y me serví algo de agua. Estaba muerta, quería dormir y no levantarme por unas largas horas.

                 Suspiré.

                  Todo había cambiado.

                 Mi madre hubo muerto cuatros años atrás, llevándose una parte de mi alma, dejando a su única hija sola, sin nadie a quien acudir, aún recordaba su funeral, sólo éramos Amanda, los padres de ésta, compañeros de trabajo de mi madre y Keith.

               ¿Mattew?

               Mi supuesto padre hubo desaparecido durante las primeras semanas en la cual mi madre había caído en el hospital. Como menor, los médicos no me dijeron diagnósticos, tuve que recurrir a los padres de Amanda y ellos me habían dicho que ya los días de mi madre estaban contados, que ya estaba llegando su hora.

              Me había quedado en casa, sola, dolida y llena de amargura, Amanda me visitaba, lo pasábamos juntas, pero luego sus padres la enviaron a Francia para asistir a la universidad, ella se fue, contra su voluntad, pero tuvo que hacerlo, otra vez tuve una dolorosa perdida. Pocos meses de la muerte de mi madre y la ida de mi mejor Amiga, recibí una carta de desalojamiento. Mi padre había perdido nuestra casa, el único recuerdo de mi madre, tuve que irme, aquello fue lo más doloroso luego de que mi madre muriese, abandonar todo lo que conocía.

             « Mi casa está abierta para usted, señorita Reid »

             Aquellas palabras me habían sorprendido. La señora Brown me hubo acogido en su casa. El karma, nunca habría pensado que la maestra que había pensado que era una perra me ofrecería su casa. Me había apoyado mucho más de lo que hube pensado, incluso cuando mis planes de ir a la universidad por falta de dinero se fueron abajo, me recomendó un college, donde podría estudiar, era pagado por las becas que el gobierno ofrecía para ayudar a los menos afortunados. Ser diseñadora de interiores pasó a un simple deseo, no podía darme el lujo de tomar una carrera la cual ocuparía mucho tiempo, había escogido Administración de Oficina y cuando hube terminado luego de dos años, supe que era hora de alejarme de la profesora Brown y buscar mi propio camino.

               Había alquilado un pequeño apartamento, conseguido un trabajo en una heladería, me gustaba, la mayor parte del tiempo servía a los niños, pero hubo recorte de horario, lo que antes fue un trabajo a tiempo completo, ahora era uno de sólo medio tiempo, cuatros meses atrás decidí buscar un segundo trabajo y hube terminado en LUX, una conocida en la heladería sabía mi necesidad por obtener otro empleo, me había dicho lo que era; Un club, el mismo donde había estado con mi mejor amiga y sus primos, mas una cosa era ser cliente y otra empleado. Los clientes intentaban tocar de todas las maneras posibles a las empleadas.

                —Estoy jodida— susurré, dejando el vaso en el fregadero. Tomé un tazón, eché un poco de cereal y leche, y fui hasta el mueble. Encendí el televisor mientras comía.

                Mientras observaba algo en Netflix, recordé lo sucedido antes de mi madre caer en una cama de hospital.

                Cuando eras como yo y un chico como Jace intentaba abusarte, tenías que recordar que no duraría mucho en la cárcel o nunca visitaría una. Los padres de Jace habían contactado con Mattew, nunca supe exactamente que hubo sucedido, un día di mi declaración y otro día ya no supe.

Falling with you  (F.F.L #2)Where stories live. Discover now