Capítulo Treinta y Cinco

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Tener un bebé recién nacido era toda una aventura, Declan solamente se levantaba para comer, dormía toda la noche y cuando se encontraba despierto observaba con sus pequeños ojos curiosos a todo su alrededor. Su cabello era castaño casi rubio y algo me decía que tendría el color de cabello su padre y aunque no se podía definir el color de sus ojos cuando nació, estos estaban tomando un color verde.

—Gracias— tomé un sorbo del batido que me ofreció Roxanne. Había pasado una semana desde el nacimiento de Declan. —Es delicioso— Roxanne decía que necesitaba mucho líquido para amamantar, y aunque no parecía que tendría escases de leche en un futuro cercano, no discutías con una mujer que había amamantado a su hija hasta el año de edad.

Incliné el rostro mientras observaba a mi bebé quien se encontraba pegado a mi pecho mientras sus pestañas caían sobre sus sonrosadas mejillas. Incluso cuando todavía sentía un poco de dolor al alimentarlo, era algo lo cual me encontraba superando e igual su padre y una experiencia única, amaba como mi bebé buscaba mi calor y frotaba su rostro en mi pecho cuando tenía hambre.

—Necesitarás mucho líquido para este pequeño— señaló Roxanne.

Luego de lo sucedido en el hospital, Jude nos había ofrecido su casa en Las Vegas, y aunque Alexander se había negado al principio por no querer a Declan expuesto a lo que seguramente se encontraba en la residencia de un integrante de una banda de rock. Luego de limpiar y según él desinfectado la casa, nos habíamos trasladados al lugar.

—¡Solamente come!— escuché a Matteo susurrarle a Matthew. Ambos niños juntos a Sabine estaban seguro que Declan solamente dormía y comía.

—Sus pañales no tienen olor— ahora fue el turno de Sabine.

Los presentes reímos al escucharlos. Me gustada eso de encontrarnos en la casa de Jude, esta contaba con un gimnasio y Alexander no tenía que estar fuera hasta altas horas en la noche, aunque claro, todavía tenía sus caminatas a primera hora todas las mañanas. Cuando terminé de alimentar a Declan, lo coloqué sobre mi hombro y froté su pequeña espalda, y segundos después escuché su pequeño eructo.

—Lo voy a acostar y tomar una ducha— les informé a las presentes.

Sabía que las cosas entre Amanda y Rowan no se encontraban bien, ellos apenas se hablaban entre ellos, y por la única razón que se comunicaban eran por sus hijos quienes intentaban mantenerlos lo más cerca posible. Y mientras Amanda y Rowan todavía no solucionaban sus problemas, mi padre había regresado a Michigan mientras Holly se había quedado para la próxima pelea de Alexander.

Jude se había asegurado de tener todo preparado cuando salimos del hospital y todas nuestras cosas habían sido trasladadas a la casa, sin embargo, Holly y Amanda habían decidido quedarse hospedadas en el hotel.

Dejé a Declan en el moisés, asegurándome de que no tuviese nada cerca que pudiere tomar entre sus pequeñas manos y que estuviese acostado boca arriba, las enfermeras habían enfatizado de que durmiese en su cuna y boca arriba.

Observar a mi bebé dando pequeñas respiraciones, con sus ojos cerrados y durmiendo con tanta tranquilidad llenaba mi corazón de alegría. Me llevé el radio de bebé al baño y llené la bañera para luego quitarme la ropa y meterme en el agua tibia. No me quejaba, había estado durmiendo los últimos días, pero la próxima pelea de Alexander me tenía llena de ansiedad, todavía recordaba lo sucedido en el hospital y el como aquel sujeto se había acercado en la tienda.





Falling with you  (F.F.L #2)Where stories live. Discover now