Capitulo Dieciséis

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Ir de compras con Alexander había sido mucho más de lo que hubiese esperado, él había insistido en pagar el teléfono y la ropa que había comprado, la que de por sí, no solamente había sido ropa deportiva. Necesitaba algo más de ropa, ahora que no tenía la necesidad de comprar un auto, podía gastar algo de dinero, pero Alexander no lo había permitido, cuando sacó su billetera a la dependienta casi se le habían salido los ojos al observar las tarjetas de créditos, y porqué no, a mí también cuando había puesto la mirada en una en especial, en una de color negro, sabía lo que significaba.

Dejé escapar el aliento mientras terminaba de colocar la última prenda en el perchero. El closet era enorme, dividido por una pared de espejos la cual separaba el lado femenino del masculino, mi lado estaba completamente vació, apenas había comprado un par de prendas, llenar aquel closet sería gastar mucho dinero.

Estaba cansada, solamente deseaba tomar una ducha caliente y dejarme caer sobre el mullido colchón y una almohada bajo mi cabeza. Una mirada sobre mi espalda me obligó a mirar hacia la entrada del closet y mi aliento se detuvo cuando observé la musculosa figura de Alexandex. Tenía el pecho desnudo mientras su cintura era cubierta por la toalla.

—¿Sucede algo?— pregunté mientras su intensa mirada seguía sobre mí.

Alexander se acercó con pasos lentos hasta dejar sus grandes manos sobre mi cintura.

—Quiero que uses mi dinero— susurró con voz áspera. —Lo que tengo te pertenece, gatita.

—No quiero abusar— deslicé las manos hasta sus hombros, disfrutando de los fuertes músculos bajo mi palma. Estaba frío debido a la recién ducha.

—Por favor, abusa de mi— sus ojos verdes tomaron aquel toque oscuro y perverso mientras la esquina de su boca era estirada hacia arriba de manera coqueta.

—Hablo en serio— sonreí. —Es tu dinero. Te has esforzado mucho para tenerlo.

—Algo— se encogió de hombros. Sus rasgos se volvieron oscuros y duros. —Su mayoría es herencia de mis padres, un fideicomiso de Jude y el dinero que he ganado desde que estoy en la underground— y eso se escuchaba como demasiado dinero.

—Es mucho dinero.

—El dinero no importa. Quiero que puedas usar todo lo que es mío y sentirlo tuyo. Todo lo mío es tuyo, gatita.

Sus palabras eran intensas, haciendo que mi corazón golpeteara contra mi pecho de manera loca. —Quizás podría aceptar tu oferta— acepté mientras deslizaba las manos tras su cuello y jugueteaba con el sedoso cabello tras su nuca.

Alexander se inclinó y nuestros labios se buscaron, su boca fue suave contra la mía, pero el hambre estaba allí, la sentía.

—¿Estás lista para ir a la cama?— susurró sobre mis labios.

—Necesito una ducha primero— le dije y Alexander se separó para darme espacio.

—¿Quieres que frote tu espalda?— preguntó con picardía.

—¡No!— reí, empujando un poco su pecho. —Si haces eso, no será una ducha.

—Prometo hacer que te sientas bien— y de aquello no me quedaba duda.

—Provocador— sonrío.

—Culpable— sonrió con malicia antes de retroceder. —Ve, moja ese sexy cuerpo tuyo mientras permanezco aburrido en la cama— decidí salir del closet, sintiendo a Alexander seguirme.

Falling with you  (F.F.L #2)Where stories live. Discover now