Capítulo Veintisiete

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La respiración caliente de mi prometido en mi cuello enviaba agradables sensaciones por mi cuerpo cuando desperté. Todavía podía dormir de lado, la doctora me había mencionado que las posiciones a la hora de dormir se hacían incomodas según el vientre crecía. Las manos de Alexander se encontraban sobre mi vientre de manera posesiva, deslicé unas de mis manos y la dejé sobre la suya.

—Buenos días— escuché la voz ronca en mí oído

—Hola— susurré, cerrando los ojos. No deseaba alejarme de sus brazos, quería pasar el resto del día en la cama, a su lado. La noche anterior nos habíamos dormidos tarde, Alexander me había escuchado todo el tiempo mientras le hablaba del bebé.

—¿Hace cuánto estás despierto?— pregunté, enredando nuestros dedos.

—Acabo de hacerlo— dejó un beso en mi cuello, haciendo que soltara pesadamente la respiración.

—Mmm.

—Fui a correr y regresé a la cama con mi chica embarazada— tenía un hombre madrugador y amante a mantenerse en forma.

Nos quedamos unos minutos en un cómodo silencio hasta que me tuve que mover entre sus brazos para salir de la cama a la mi vejiga apretar en mi bajo vientre ante la necesidad de ir al baño. Alexander me dejó ir y luego de atender mis necesidades, cepillé mis dientes.

—¿Estás bien?— observé hacia mi novio quien se encontraba con los brazos cruzados sobre su fuerte pecho mientras permanecía apoyado contra el marco de la puerta del baño.

Asentí al dejar el cepillo de diente en su lugar, mi mirada se deslizó por su pecho descubierto hasta caer a la perfecta v en su bajo vientre, los pantalones largos de algodón del pijama, y la protuberancia de lo que se encontraba bajo estos casi me hizo la boca agua.

—Tomemos una ducha— se acercó, tomando mi rostro entre sus grandes manos e inclinó el rostro hasta quedar a escasos centímetros de mi boca. —O si quieres algo más— susurró antes de deslizar la lengua por mi labio inferior.

—Alex— protesté, mis manos se aferraron a las duras abdominales y él gruñó antes de deslizar la lengua en el interior de mis labios y besarme.

Las estúpidas hormonas de embarazada mas lo caliente de mi prometido hicieron que mi entrepierna se empapara, y minutos después me encontraba completamente desnuda bajo el chorro de agua caliente mientras mi novio se encontraba en las mismas condiciones y dejaba hambrientos besos en mi cuello.

Podía acostumbrarme a terminar en la ducha todas las mañanas mientras mi prometido lavaba y cuidaba mi cuerpo, aquello sin duda sería el sueño de muchas chicas. Luego de deslizar el vestido de verano por mi cabeza y peinar mi cabello, ambos bajamos a desayunar.

—¿No vas a entrenar?— pregunté con curiosidad mientras tomaba un poco de frutas y daba un bocado.

—No antes de que no casemos— dijo Alexander y recordé las palabras de la noche anterior, él había dicho sobre casarnos en menos de dos semanas.

—Deberían empezar con los preparativos— nos dijo Roxanne, llamando nuestra atención.

—Me he encargado de eso— habló mi novio, haciendo que arqueara una ceja.

—¿Qué quieres decir?

—Todo está listo, gatita. Nos podemos casar mañana mismo— abrí la boca al escucharle mientras él tomaba mi tenedor y comía de mi fruta.

—¿Cómo que todo?— pregunté.

Por alguna razón miré a Blake y Jackson quienes se encontraban cerca de la sala y bastó tener la repuesta, seguramente ellos le habían estado pasando todos los datos a mi prometido. La iglesia, decoración, todo.

Falling with you  (F.F.L #2)Where stories live. Discover now