Capítulo Treinta

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No supe en que momento o como terminé en la cama luego de lo sucedido la noche anterior con Rowan, solamente supe que al despertar mi prometido no se encontraba a mi lado y cuando bajé a desayunar luego de prepararme, solamente Roxanne y Sabine se encontraban en el apartamento.

—Buenos días— saludé para luego observar como Roxanne dejaba un tazón de frutas y uno de avena con nueces frente a mí, acompañados de un vaso de jugo.

—Buenos días— me saludó con una sonrisa. —Supongo que luego de lo de anoche necesitas un buen desayuno— mi estómago rugió por comida mientras el bebé me pateaba como si estuviese totalmente de acuerdo con ella.

—No tienes idea— apenas me estaba llevando un poco de frutas a la boca cuando el timbre se escuchó, Roxanne se apresuró abrir la puerta y segundos después regresó con Amanda quien llevaba los ojos un poco rojos como si hubiese estado llorando.

—¿Qué sucede?— pregunté mientras Amanda se dejaba caer a mi lado, ganándose una mirada curiosa de Sabine quien parecía buscar a los gemelos.

—Lo siento, nena. Están con su abuelo— dijo con dulzura a Sabine. —Me los quitará, Lexi— me sorprendió que no empezara a llorar al decir aquellas palabras.

Tomé unas de sus manos, apretándola y dije: —Solamente está enojado, tienes que hablar con él y explicarle cómo sucedieron las cosas— la animé.

—Matthew es un buen chico— intentó tranquilizarla Roxanne.

Largos minutos después de tranquilizar a mi mejor amiga y luego de haber desayunado, ésta me sorprendió con los preparativos para una despedida de soltera. Definitivamente amaba a esa chica.

—Llamé a Kristtel, Holly y algunas de tus ex compañeras de trabajo para la despedida— la observé sacar algo de su bolso, sorprendiéndome después al mostrarme de que se trataba.

—¿Colócale el?...— observé a Sabine, asegurándome que se encontrara distraída con la televisión y sus juguetes. —...¿pene al chico?— pregunté en voz baja observando el cartel.

—Vaya, eso es muy creativo— dijo una muy divertida Roxanne.

—Claro, tienes que ver todo, pero tendrás que esperar hasta la noche— sonrió Amanda.

Amanda prácticamente se había encargado de todo en las siguientes horas, y aunque planeaba no tener una súper fiesta luego de la ceremonia, no pude protestar cuando vi el salón y probé el menú el cual Roxanne se estaba encargando de supervisar. Nuestra última parada había sido a un spa, pues según mi mejor amiga, tenía que estar completamente relajada para el día de mañana. Para el momento en el cual Alexander regresó al apartamento, acababa de despertar de una siesta la cual había decidido tomar luego de terminar de escribir mis votos matrimoniales.

Un beso en mi cuello junto a una lamida y a un prometido el cual lucía ansioso me dijo que algo estaba sucediendo, haciéndome estar en alerta, me senté en la cama y tomé su rostro cuando éste retrocedió.

—¿Qué sucede?— pregunté, sus ojos verdes se encontraban oscuros, tormentosos.

—¿Te desperté?— fue su pregunta, deslizando una mano sobre mi vientre donde se encontraba nuestro bebé.

—Ya había dormido suficiente— al parecer, dormir mientras te encontrabas embarazada nunca era suficiente. —Alex.

Nuestros ojos se encontraron y apoyando su frente contra la mía, susurró: —Es el efecto de la próxima pelea— su delicioso aliento acarició mi rostro.

Falling with you  (F.F.L #2)Where stories live. Discover now