Parte 9

3.4K 451 26
                                    


Es como un avispero, uno muy grande que ha sido alborotado con juegos artificiales

Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.

Es como un avispero, uno muy grande que ha sido alborotado con juegos artificiales.

¿Su juguete? No soy suya...

—¿A q-que se refieren?

Tu voz temblorosa hace que él se separe de ti, poniendo distancia entre ambos.

Su lenguaje corporal cambia, y su mirada filosa se dirige hacía todos aquellos que comentaron, aunque es difícil abarcar a todos los presentes. -
—No escuches lo que dicen.

Tus manos se entrelazan, intentando controlar el temblor bajo tus dedos. —No vas a matarme, ¿cierto?

La mirada de Nanami viaja sutilmente hacia ti. —No, hasta que me lo ordenen.

Un pequeño jadeo asustado brota de tu interior, pero se corta con una imponente voz masculina.

Un hombre alto y delgado, de apariencia adulta y de cabello blancuzco perfectamente peinado hacía atrás, hace aparición en la estancia, sosteniendo una copa de algo parecido al champagne.

Su mirada impar baila entre todos los presentes, enfocándote a ti y a Nanami.

Una sonrisa extraña surca sus ancianas facciones, y el temor sacude todo tu sistema. Apenas y puedes contener las intensas nauseas, soportando los nervios.

—Bienvenidos, me da gusto verles en una ocasión más. Este evento, como muchos otros, se debe al anuncio de algunas importantes noticias que como capo de la Nadretta tengo para darles —tus ojos se abren en grande, siendo presos del pánico—. La primera noticia es muy breve, pero significa un respiro para todos nuestros hombres, quienes con arduo trabajo llevan a cabo todos nuestros negocios en los casinos y clubes. La triada a aceptado permitirnos el ingreso a los barrios chinos en New York, siempre y cuándo no vendamos mercancía, simplemente administremos nuestros nuevos clubes —¿La Triada? Es la mafia china, quien tiene principal dominio en norte América—. Y la otra noticia es igual de breve, pero significa mucho para mí, principalmente como líder de la organización, y como padre. Satoru, mi hijo mayor, se unirá en matrimonio con una hermosa joven que hoy nos acompañada —los murmullos se esparcen rápidamente por el ambiente, y las mujeres no se esmeran en ocultar la curiosidad—. Por motivos prontos, preferimos no presentarla, pero solo es cuestión de tiempo para que todos ustedes la conozcan. Con esto dicho espero disfruten de la velada.

El viejo levanta la copa, y todos alrededor hacen lo mismo. Un chico mas joven, de apariencia similar, sonríe abiertamente a su lado. El brindis ensordece tus oídos, haciendo que mires el suelo, desconcertada.

El celebración se desordena, y cada uno comienza a hablar en la estancia, embriagando el lugar de diferentes voces y tonos.

Es como una pesadilla, una que te atormenta justo dónde más temes.

Miras a tu alrededor, buscando a aquel que te trajo, pero no le encuentras.

Comienzas a realmente sentir el pánico, bañado de la posibilidad de huir, pero entonces una voz femenina corta la ola de pensamientos continuos.

—¿Hola? —te sobresaltas de inmediato, mirando a la pelinegra delgada que se ha acercado para hablarte—. ¿Estás bien?

—S-sí, solo busco a alguien...

—¿A Nanami?

—S-sí, ¿sabes dónde esta?

—Lo vi ir detrás del Sr. Gojo cuándo terminó el discurso.

—¿Sabes dónde es? Yo necesito...

—¿Estas loca? Eres mujer, no puedes ir a dónde hay muchos hombres, no al menos de que seas hija de alguno o estés casada con alguno.

Su comentario te hace fruncir el ceño. Las palabras de Nanami resuenan en tu cabeza, y el sentido común te grita la situación; El ambiente en la mafia es terriblemente machista y conservador para todas las mujeres.

—E-entiendo.

La chica pelinegra se mueve hacía una mesa cercana, tomando dos pequeñas copas de algo que no logras identificar. —Esto es un refresco con vodka, es muy suave, no vas a embriagarte —lo tomas, y le sonríes tensamente en agradecimiento. Parece amable y agradable.

—¿Eres hija de alguien por acá, o tu...?

—Soy hija de un alcalde, —suelta con una sonrisa falsa—. uno corrupto, como todos en esta casa.

—Yo no soy corrupta —murmuras con una pequeña risa nerviosa, a lo que ella te dedica una mirada burlona.

—Ser la amante de Nanami no debe de ser muy ético.

El viaje de la copa a tus labios se detiene al escuchar eso. Tus labios se endurecen, apenada.

—¿Eso es lo que crees? ¿Es lo que todos en esta sala piensan?

La pelinegra se encoge de hombros, volviendo la cara. —No me malinterpretes, no te juzgo, el tipo es guapo, pero su historial no es bueno. ¿No pensaste en eso antes de implicarte con él?

—Yo no me implique con él, yo... — Me secuestro, contra mi voluntad.

—Tal como lo creí. Ten cuidado, hemos visto a muchas otras, y ninguna salió bien de esto. Ninguna mujer forastera sobrevive en este ambiente —sus palabras son cómo dagas en tu pecho. Tiene razón, además de que no parece decirlo con mala intención, pero su mirada es muy dura y filosa. Da un par de pasos para luego detenerse, volviéndose a ti una vez más—. Por cierto, mi nombre es Utahime.

—Yo soy...

—(T/N), ven acá.

La voz de Nanami entra a tus oídos, y para cuándo vuelves tu atención a la chica, ella ya no está.

No te queda de otra más que caminar hacía él, con la mirada baja y los nervios golpeando en tu interior. El rubio toma tu mano y te quita la copa con rapidez, sin causarte daño.

—¿Qué tomas?

—No lo sé, algo con vodka.

—No aceptes bebidas de nadie —suelta de mala forma, haciendo ademan de tirar el liquido de la copa en una maceta cercana. Le detienes con una de tus manos, presionando sobre tu dorso.

—No la desperdicies.

—¿Qué sugieres que haga? ¿Debo de beberla? —pregunta, enarcando una de sus cejas. Le miras con vergüenza, bajando la mirada. Él simplemente gruñe, alzando su mano y bebiendo de golpe todo el líquido.

Tus ojos se quedan en su manzana de Adán, observando como se mueve con cada trago.

Él suelta un suspiro, y luego simplemente deja la copa en el marco de una ventana. Sus ojos te miran rápidamente, y luego simplemente te índica por donde ir.

Tu mente repite una y otra vez la imagen, la secuencia de movimientos comunes y normales que tu mente convierte en algo seductor y varonil.

Intestas despejar tu cabeza, siguiendo a Nanami entre las paredes extensas y poco iluminadas de aquella enorme y lujosa casa.

—Muévete, es hora de que conozcas a... alguien. 

Bajo tu Piel | Nanami Kento | ©Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin