Parte 24

2.6K 380 46
                                    

—¿Cuál es tu nombre?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Cuál es tu nombre?

La mirada oscura del rubio se poso en la niña, quien le miraba desde el asiento trasero esperando una respuesta.

Le perturbaba el inmenso parentesco con (T/N), la forma en la que hablaba inclusive, solo que un poco mas inentendible por la mala pronunciación de las palabras. Era una niña pequeña, después de todo.

—Nanami.

—¿Nanami qué?

Se contuvo de ser grosero, principalmente porque no estaba hablando con una persona adulta, sino con una niña pequeña de menos de cuatro años. Lo cierto era que Nanami no tenia paciencia, ni siquiera para niñas de tres años.

Contuvo un suspiro, y encendió el auto para ponerlo en marcha. Lilly estaba totalmente atada con el cinturón de seguridad en la silla especial para niños pequeños, algo que Nanami no entendía como había llegado a suceder. Se sentía como un padre responsable.

—Nanami Kento.

Lilly le miro en silencio. Generalmente los niños hacían preguntas al azar, no porque les importara, sino porque tenían la impetuosa necesidad de hablar y nunca cerrar la boca.

Milagrosamente el viaje en auto no estaba siendo incómodo. Realmente no había forma de que un viaje en auto fuese incomodo con una infante pequeña solo parecía hablar consigo misma y con los pequeños juguetes en sus manos.

De vez en cuando Nanami la mirada por el retrovisor para asegurarse de que estuviera bien, y también para comparar el tremendo parecido que guardaba con la exasperante de su hermana mayor. Es que era un punto insuperable.

Aún faltaba bastante trayecto hasta llegar a casa, así que la niña aprovecho para iniciar una extraña conversación inentendible para el adulto.

—¿Vives con mi hermana?

Nanami la miro por el retrovisor, con el ceño fruncido. —Sí... —no se sentía incomodo de responderle aquello, aunque de cierto modo intento buscar decir lo menos posible. Después de todo si decía mas de lo necesario, la niña no entendería la mayoría de las cosas.

—¿Por qué?

El rubio entrecerró los ojos. Ahora recordaba porque no le gustaba los niños. Eran demasiado preguntones, y sospechaba que el gen de Cassio -el padre de (T/N) y Lilly- era demasiado metiche y exasperante para su gusto.

"Porque tuve que secuestrarla..." —Porque tuvimos que encargarnos de algunas cosas.

¿Tuvimos? ¿Qué cosas exactamente?

Nanami apretó el volante bajo sus manos, intentando desviar el camino que estaban tomando sus pensamientos. Aquella era su mente desde que había conocido (T/N).

—La extrañe mucho, ya quiero verla.

Lilly sonrió distraídamente, mirando los pequeños juguetes entre sus manos. El rubio la miro una que otra vez por el retrovisor, sin responderle de inmediato. Lo cierto era que la niña no tenía la culpa de querer saberlo todo. Estaba preocupada por su hermana, y era lo normal, ¿no?

Bajo tu Piel | Nanami Kento | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora