Parte 22

3.5K 426 88
                                    

Advertencia: Contenido +18

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Advertencia: Contenido +18


—No queremos lo mismo.

—¿Éstas segura?

Elevaste tu barbilla, confiada y desafiante. Nanami rodeó la cama, yendo a por ti desde tu espalda. No te sobresaltaste al sentir cómo el colchón de hundía a tus espaldas, aunque realmente aquello fue un milagro, porque estabas nerviosa de como ibas a lograr resistir las indiscretas jugadas del rubio.

Una de sus manos se presionó suavemente contra el inicio de tu cuello, pero a pesar de eso no te moviste, ni siquiera cuándo separó una parte de tu cabello para subir más y más hasta el inicio de tu oreja.

Estabas soportando bien las jugadas, como toda una ganadora, hasta que sentiste como presionó un caliente beso sobre el borde de tu omoplatos, arrastrando su otra mano por debajo de la blusa.

Apretaste tus labios, conteniendo cualquier sonido que amenazase con salir.

Aquello no fue todo, después del beso le siguió un suave mordisco, uno que fue capaz de hacerte soltar un gemido bajo, casi insonoro, pero existente.

No querías mostrarle cuánto te afectaba su toque, pero ahí estaba la prueba, no había de otra.

Nanami no parecía desanimado por tu poca reacción, al contrario, parecía más animado de romper tu autocontrol. Su lengua creo un camino lento, cálido y erótico por tu hombro, terminando en el hueco de tu cuello. No pudiste frenar los sonidos de tu boca, así que buscaste su mirada, encontrándolo a un lado de ti, mirándote divertido.

—Sé que intentas mostrar tu autocontrol, pero deberías de aprender a controlar mejor tu cuerpo si quieres ganar contra mí.

—Bastardo exasperante —soltaste entre dientes, importándote un comino todo lo que sucediera alrededor, únicamente queriendo que no parara de hacer aquello que te empezaba a remover todas las fibras débiles de tu interior.

Su masculino cuerpo se incorporó rápidamente, y en un movimiento fuerte te llevo contra la cama, totalmente inmovilizada bajo su figura, como ya no una, sino dos veces habías estado.

Tus manos buscaron a tientas su cuerpo, reconociendo en ese momento lo bien que se sentía sobre ti, lo bien que se ajustaba a tu silueta.

"Como dos piezas de puzzle aquí", pensaste para ti misma, incapaz de decirlo en voz alta para hundir aún más de lo necesario tu orgullo.

Sus largos dedos buscaron a tientas el borde de tu blusa, jalándola con impaciencia. Era lo primero que hacía, como una rutina.

—Siempre lo haces primero...

—El orden no altera el producto, ¿o sí?

Sus labios se estrellaron contra los tuyos en un beso fuerte, apasionado y necesitado. La forma en la que suspiraba luego de separarse sólo te hacía cerrar los ojos, casi extasiada.

Bajo tu Piel | Nanami Kento | ©Onde histórias criam vida. Descubra agora