Serie de One Shots Free! Personaje x Lectora.

Momotarou Mikoshiba x Lector (8)

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Gruño frustrada, con el lápiz mecánico en su mano. 

—¿¡Por que no puedo dibujar nada de lo que imagino!? —grito al techo, irritada consigo misma y con su poca capacidad de dibujo. 

Momo, a su lado, reía como un idiota. Eran las siete de la tarde, ambos tenían el día libre. (T/N) había ganado una semana de vacaciones gracias a su gran promedio y sobre todo, a su juego. El cual iba por la versión beta, aún no estaba finalizado, pero dentro de un año lo estaría y miles de personas lo jugarían. 

A  sus 23 años, (T/N) era nombrada como "Prodigio" ¿Por que? Primera mujer en sacar un juego MMORPG. Con buenos gráficos y una historia atrapante. 

Ahora mismo, vivían juntos, en un departamento bastante grande. Momo trabajaba en un zoológico, en el sector de insectos —obviamente— y (T/N) había adquirido su propia organización de Nerds. O así los llamaba ella. Quienes la ayudaban en los gráficos, creación de los personajes, diseños, blabla. 

Y ya que ahora no tenía mucho que hacer, intento pensar en otro juego. El cual llego con velocidad a su mente, el único problema era pasarlo a hoja. 

—Es un cerebro inútil, vació. —golpeo su frente contra el escritorio, el ojos dorados acaricio de forma suave la espalda de su novia. —¿Por que? ¿Por que no puedo dibujar como Dios manda? ¡¿Why!? 

El pelirrojo se asomo sobre el hombro de su novia, viendo el dibujo. Lo escucho reír con fuerza.

—¿Que es eso? ¿Un alien? —rodó por el suelo, sin contener la risa. (T/N) hizo una mueca, inflando las mejillas. 

—Es un..intento de minotauro.. ¡No te rías! 

Dejo el lápiz en la mesa, y dejo que su espalda se apoyara sobre el respaldo de la silla. Tenía los ojos cerrados y al abrirlos, choco con la mirada ardiente de su novio. Levanto una ceja. 

—¿Momo?

—Necesito enseñarte un lugar. —lo vio sonreír con confianza y parpadeo curiosa.

—Si me llevas a otro lugar lleno de arañas, juro que te matare. 

El chico tembló. —N-No lo haré. Es a otro lado. ¿Confías en mi? 

Una suave sonrisa se desplazo en su rostro. —Si, idiota. 

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No supo ni a donde se dirigía, pero solo lo seguía. Iban tomados de la mano, el sol se había escondido hace una hora y media, y podía oír el dulce ruido de los grillos. Momo caminaba con seguridad, como si recorriera ese camino millones de veces. A lo lejos, logro distinguir el camino que la llevaba hacia la entrada del bosque. Parpadeo, nunca fue por allí, pero sabía que su novio solía ir para encontrar mas insectos. 

Sintió algo en su brazo e inconscientemente mato al mosquito de un manotazo.

—¡Asesina! —le regaño Momo, ella solo rodó los ojos.

—Estaba chupando mi preciada sangre.

—No es chupar, absorben. —corrigió.

—Da igual, me quita sangre. 

Lo oyó reír con suavidad, y desde ese ángulo, logro observar el rostro del pelirrojo. Sus mejillas largas, nariz normal, mejillas algo rojas. Suspiro, ¿Como un chico como el, logro enamorarse de una chica como ella?