Serie de One Shots Free! Personaje x Lectora.

Haruka Nanase x lector (7)

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El aire caliente paso entre sus mejillas, las cuales estaban húmedas debido al agua de mar. Llevaba el traje de surf y observaba con total concentración las olas, tal y como hizo Scott el día que se conocieron. Cielo despejado, calor y perfectas olas.

¿Que mas podía pedir?

Una sonrisa se asomo en su rostro y apoyo su cuerpo en la tabla, y con los brazos, se impulso hacia una de las olas. Pronto, se encontraba parada, disfrutando del agua que caía sobre ella. Y con su mano, acariciaba gentilmente la ola. Por suerte, esta vez no cayó de la tabla y pudo seguir hasta el final. Desde la orilla, podía ver el brazo de Scott saludándola con alegría. 

Suspiro con profunda felicidad cuando sus pies tocaron la arena, clavó la tabla sobre ella y camino hasta Scott. 

—¿Donde has estado? El profesor te buscaba. —le regaño (T/N), el cabello (c/d/p) atado en una coleta baja y goteando agua. 

El se encogió de hombros. —Hablando con mi padre, ya sabes. Lo típico. "Espero que te decidas por un buen trabajo blablabla" —imito el timbre de voz de su padre, sacándole una risa a (T/N). 

Ya habían pasado 2 años desde que comenzó en la academia de Surf. Su ingles mejoro al igual que su condición física. El primer año fue un castigo para ella, hasta tal punto de pensar dejar el surf. Las chicas de allí, ya estaban entrenadas y preparadas para las olas, en cambio, a (T/N) le faltaba preparación física y mental. Sufrió algo de "bullying", pero Scott siempre se mantenía a su lado cuidándola. Como un hermano mayor. 

O eso quería pensar. 

Tenía que admitir, que el ojos dorados tiene su encanto. Sonrisa atractiva, buen físico y carácter divino. Lo único malo, es que el cree que tiene a todas las chicas a sus pies. Y la triste realidad es que es cierto, menos a ella. 

Por eso, había empezado a preocuparse un poco cuando el comenzó a tratarla de otra forma. Ya saben, elogios, miraditas..

—¿(T/N)? ¿Estas ahí? ¿Te entro algún pescado en la oreja? —pregunto, divertido. 

—Perdón, me quede pensando en algo. Ve a hablar con el instructor, yo iré a cambiarme. 

El asintió. —¿Lo llamaras verdad? 

Tomo una toalla, que estaba en una de las mesas de playa, esas de plástico blancas. Se la paso alrededor del cuello y colgó su bolso en el hombro. —Si. 

Y camino hasta los vestuarios, sintiendo la mirada ardiente de Scott sobre su nuca. 

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Mientras secaba su pelo, con su hombro sostenía el celular sobre su oreja, escuchando el pitido de fondo. Pronto atendieron.

—(T/N). —saludo su novio, escucho ruidos de fondo, imagino que estaría entrenando.

—Haru, lo siento. No sabía que estabas entr–

—No me molesta. —aclaró con rapidez, casi con desesperación. Pudo sentir lo mucho que el la extrañaba. Mas movimiento y de pronto, silencio. 

—Haru, deberías hablar afuera. Podrían creer que estas loco si de repente te escuchan hablar en los vestuarios. Y solo.

Lo escucho bufar y ella soltó una risa, divertida. 

—¿Como va tu entrenamiento? —pregunto, su voz tenía el mismo timbre de siempre. Pero ella podía distinguirlos cada uno, en ese mismo momento, se encontraba feliz.