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Rusia: tío, la piraña acaba de comerse un helicóptero.

Italia: Ya lo sé.

Rusia: Los efectos especiales están hechos con el Paint.

Aquella película era horrendamente mala. Cada escena era más absurda que la anterior. Rusia no encontraba palabras para describir lo malos que eran los efectos especiales. El ruso había estado a punto de apagar la televisión cuando, en una escena, la megapiraña había saltado del mar y se había comido un helicóptero. 

Tanto Rusia como Italia amaban ver ese tipo de películas malas que echaban en la televisión los sábados por la tarde. Eran absurdamente absurdas. Otro mensaje de Italia no tardó en llegarle.

Italia: Me explicas por qué demonios la megapiraña acaba de hundir un barco de guerra acorazado de un mordisco?

Rusia: No

La película acabó diez minutos después, cuando la piraña se atragantaba con uno de los trozos del acorazado y se moría. Rusia tenía la sensación de que no existía un final más absurdo que ese. 

Rusia: Ven a mi casa

Italia: ?

Rusia: En diez minutos comienza Megatiburón contra Crocosaurio y no me la quiero perder.

Italia le respondió con un "Ok", y luego se desconectó. Rusia supuso que para comenzar a vestirse para acudir a su casa. Para el soviético, todo iba de maravilla. Su padre y sus hermanos no estaban, iba a pasarse la tarde viendo películas lamentables junto a Italia, y luego iban a pasar la noche juntos. Bueno, en realidad, eso último no venía en su plan inicial, pero Alemania había rechazado todas sus propuestas de quedar, y el ruso no quería pasar el día solo. 

Esperó pacientemente hasta que, por fin, el timbre de la casa sonó, y Rusia corrió hacia la puerta para abrirla. 

Italia le saludó haciéndole un gesto con la mano, antes de pasar dentro de la casa. Agarró a Leopoldo cuando el osito acudió hacia él, intrigado por esa nueva persona. Después, ambos se sentaron sobre el sofá, dispuestos a ver una película penosamente penosa. 

. . . 

—¿Dónde está Alemania?—Preguntó URSS, mirando a Third Reich con una sonrisa. Mientras le envolvía con los brazos y se pegaba a él. El alemán se separó un poco, apartando los brazos del ruso de su cintura, aunque sin perder la sonrisa. 

—Salió con España—se limitó a responder el menor. URSS sonrió y acercó su cara a la de Third Reich, casi poniéndose encima suyo. Aunque no lo besó, sino que, simplemente, se le quedó mirando, con una sonrisa de tonto. 

Tras bastantes segundos, el soviético por fin acortó la distancia con él y lo besó con intensidad. Third Reich se dejó, mientras se pegaba aún más a URSS, y notaba cómo el ruso le acariciaba el cabello lentamente.

Cuando se separaron, el más alto se encontraba encima del alemán, con una gran sonrisa. Poco después, volvió a tumbarse sobre su lado, mientras el menor se giraba hacia la derecha para mirarle a la cara. Él también sonreía.

Third Reich agarró la sábana, que hasta ahora le había cubierto sólo hasta la cintura, y se tapó con ellas hasta los hombros, cubriendo su torso desnudo. URSS, en cambio, no se movió.

—Te quiero—le dijo en un susurro, con una sonrisa de tonto. Third Reich se quedó callado y tragó saliva, antes de mirar hacia otro lado. 

Alemania y otras cosas bonitas ★ ❀ CountryHumansWhere stories live. Discover now