Capítulo 45- A él no le importa la vida o la muerte.

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He Yu no estuvo de acuerdo en ver a Xie Qingcheng. Era como si estuviera determinado a alejarse completamente del lado de Xie Qingcheng y cualquier noticia que se le diera sería completamente olvidada.
Xie Qingcheng también fue al hospital. He Yu no estaba acostumbrado al ruido del hospital, así que fue rápidamente transferido a un hospital privado, donde Xie Qingcheng no podía ni siquiera pasar la puerta.
Los días siguientes fueron caóticos para Xie Qingcheng. Xie Xue, Chen Man....vecinos de su antiguo barrio preocupados por él, sus colegas, sus superiores. Había todo tipo de gente buscándole, preguntándole qué pasó aquella noche y por qué había sido expuesto en un video en la torre de radio por una organización xxxxx, además de que era citado por la policía de vez en cuando e iba a la estacion de policia para cooperar con la investigación y completar los procedimientos.

  

Sabía que en Internet ya estaba en boca de todos, pero no le afectaba porque no tenia tiempo para sentarse a mirar las plataformas de redes sociales. Xie Xue dejó de hablar y se quedó llorando y hablando con él por teléfono durante mucho tiempo. Ella le preguntó dónde estaba para ir a verlo, pero él se negó y no le dijo exactamente dónde estaba.
Afortunadamente, Xie Xue nunca había visto ninguna foto de la escena donde murieron sus padres y Xie Qingcheng nunca había descrito la causa exacta de sus muertes, para protegerla de caer en la misma larga desesperación que él.
Xie Qingcheng esperaba que cuanto menos supiera, mejor, Chen Man también vino. A diferencia de Xie Xue, él estaba completamente informado. Por eso fue el primero en llegar, cuando Xie Qingcheng aún estaba en la primera etapa de la investigación.
No formaba parte de la oficina de Zheng Jingfeng y había sacado tiempo del trabajo para venir a toda prisa. Abrazó a Xie Qingcheng nada más al entrar por la puerta y el impaciente hombre incluso tardó en soltar una frase.

-Hermano, ¿estás intentando matarme de un susto?

Xie Qingcheng vio la barba oscura en su cara, parecía que el chico no había estado de humor para afeitarse los últimos dos días, suspiró y palmeó la espalda de Chen Man.
Más tarde, cuando la investigación llegó finalmente a su fin, Chen Man volvió a recoger a Xie Qingcheng para llevarlo a casa.
Ese día, Xie Xue iba a venir también, pero se encontraba tan mal debido a la continua tensión mental que Xie Qingcheng le sugirió tomarse una licencia para volver a la casa del callejón a descansar y que la tía Li cuidara de ella.
Él y Chen Man volvieron al dormitorio del personal médico de Shanghai.
Los dormitorios están clasificados, por ejemplo, el dormitorio de Xie Qingcheng es más espacioso que el de Xie Xue, pero no se puede negar que la casa de Xie Xue está llena de desorden y el dormitorio individual de Xie Qingcheng era un espacio de cuatro paredes frías.

- Hermano, descansa y duerme un rato, te prepararé algo de comer.

Chen Man entró en la cocina.
Había estado en el dormitorio de Xie Qingcheng más de una vez, así que estaba familiarizado con él.
Cuando llegó el sonido de la campana extractora, Xie Qingcheng estaba descansando pesadamente en el sillón.
De pronto, sintió que esta escena le resultaba un poco familiar y entonces recordó que el día en que había enfermado por su alergia al mango, He Yu también había venido y estaba ocupado en la cocina siguiendo la receta.
Xie Qingcheng abrió los contactos de su teléfono y cruzó montones de mensajes sin leer, buscando finalmente las palabras de He Yu.
El registro del chat se detuvo en los mensajes en los que le había preguntado por su situación, He Yu todavía no le había contestado.
Después de pensarlo por un momento, Xie Qingcheng buscó su número en la agenda y le llamó una vez más.
Como esperaba, el teléfono sonó unas cuantas veces y luego colgó.

Xie Qingcheng suspiró suavemente. Ni siquiera podía lidiar con una mujer, mucho menos con un jóven enfadado y este jóven no solo estaba enfadado, sino que tenía el corazón roto y frío.
No sabía qué hacer y se llevó la mano a la frente. Después de un largo rato, colgó el teléfono con cansancio y se dirigió al baño.
Cuando salió en su bata después de ducharse, Chen Man estaba poniendo los platos en la mesa del comedor.

Libro de Casos ClínicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora