Capítulo 168: No me quieres

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Xie Qingcheng estuvo entumecido durante mucho tiempo antes de darse cuenta de que estaba llorando.

Esa sensación era muy extraña.

Pensó con lentitud: “así que aún podía derramar lágrimas, ¿no?”

Su corazón estaba finalmente lleno hasta el borde, cargado de emociones sin digerir que surgieron y se convirtieron en lágrimas que no quería derramar.

Fue demasiado cobarde.

Pensó.

Demasiado patético.

Tenía treinta y tres años, ¿por qué un hombre de esa edad se había dejado empujar hasta ese punto? No le gustaba la idea de ser catalogado como débil, siempre había querido ser un anciano fuerte en el que pudieran acudir y confiar completamente, pero en una noche, en una sola noche…

Todo estaba arruinado.

En ese momento, se sintió de repente infinitamente cansado, como si hubiera recorrido un largo, largo camino y persistido en soledad durante mucho, mucho tiempo. Había querido deshacerse de todas las espinas del camino en el escaso tiempo que tenía para que las personas a las que protegía pudieran caminar por un camino suave después de su partida.

Quería enseñarles cómo debían seguir adelante.

Como un xiongzhang confiable.

Pero, en cambio, a los ojos de los de su generación más joven, se había convertido en un gay que servía a los demás con sexo y se enredaba descaradamente con los chicos.

A los ojos de los de la generación más joven, se había convertido en un hipócrita indecente con el que se podía follar a su antojo. (1)

Xie Qingcheng estaba siendo sujetado por He Yu y no levantó siquiera las manos para separarse de él. Estaba tan tranquilo y asustado, tan tranquilo que He Yu ya no se atrevió a volverse loco. Finalmente, casi aturdido y, antes de que se secaran sus lágrimas, dijo— Suéltame, He Yu.

   “—... sabía que te gustaba y pensé que podía controlar tus sentimientos. Pero me he sobreestimado. No sólo no te ayudé a levantarte, sino que me hundí contigo. Debí haberme alejado de ti el día que supe que te gustaba. Al principio pensé que podría hacer que te soltaras poco a poco, pero en realidad sólo te dejé caer más y más profundo dándote esperanzas innecesarias.

Incluso me dejé caer a mí mismo.

   “—Fui demasiado engreído.

   “—Me equivoqué, un error tras otro y te hice daño una y otra vez. Merezco haber acabado en esta situación.

He Yu negó con la cabeza, ya sollozaba incontroladamente.

Xie Qingcheng giró lentamente sus ojos y puso su mirada sobre su rostro, sólo que sus ojos seguían estando muy poco enfocados.

   “—... parece que desde que estás conmigo, siempre estás más triste que feliz, antes casi nunca llorabas, pero ahora siempre estás dejando caer lágrimas delante de mí.

He Yu se secó las lágrimas con fuerza y dijo con voz ronca—No, Xie ge, yo… cada día que estoy contigo, soy muy feliz… yo.

—¿Y seguirás siendo feliz si sigues como ahora?

—...

—Siempre tuvimos que enfrentarnos a este día, He Yu —la voz de Xie Qingcheng era como agua estancada, sin ningún disturbio en lo que decía一. El hecho es que soy un divorciado trece años mayor que tú, nunca he sido homosexual. Yo…

Libro de Casos ClínicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora