Pre Valhalla

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"¡Lyla! Ven a comer", su voz masculina me hizo sobresaltarme en mi cama, estaba en mi cuarto, actualmente mi verdadero padre se quedaba en casa para cuidar de mamá, había estado faltando a su trabajo hasta que pidió permiso, claro que no siempre iba a ser así, ya que trabajar es esencial para cualquier persona, por momento estaba viviendo de su dinero guardado, el cual casi nunca gastaba por trabajar día y noche en el hospital.

Ayer había ido a la cita con Takashi, habíamos estado chateando y demás, me volvió a recordar que Draken quería entrenarme o algo por el estilo, probablemente en el dojo del abuelo de Mikey, pese que estuve ahí una vez, me daba algo de nervios volver a estar ahí sabiendo que ellos me entrenarán antes de lo de Valhalla.

Hoy había amanecido lloviendo, aunque seguramente pararía de llover en un rato, debido a eso, me había quedado en casa desde la mañana, de todos modos no tenía razones de salir tan temprano y me aburría estando aquí así que...

Ahora mismo estaba tatuándome con sumo cuidado sobre la piel de la clavícula, el último día en aquel trabajo temporal me llevé conmigo tintas y agujas personales, por supuesto que no las dejaría en el olvido. Con una toalla limpia iba limpiando cada vez que algo de sangre salía, era complicado, llevaba tres horas aquí sentada frente un espejo que tomé del baño, el cual sostenía con mis piernas a duras penas. Tomé algunos descansos porque duele bastante y en parte me ardían los ojos de no parpadear tan seguido.

"¡Ya voy!", grité desde mi cuarto esperado a que me escuchen. Akiko estaba bastante feliz desde que mi padre era quien estaba en casa y no aquel monstruo, así que la escuchaba riendo la mayoría del tiempo. Agradecí internamente que por fin tuviese una figura paterna real, pese que el doctor no tenía ninguna responsabilidad sobre ella, le tomó cariño.

A este paso ya estaba terminando mi tatuaje, tenía unas cuantas membranas para tatuajes guardadas, me las pondría después para no estropearlo. En un último suspiro hice el último punto sobre mi piel, me dejé car en la cama soltando un gran suspiro. Me senté de nuevo para limpiar el exceso de tinta y mirar el tatuaje en mi clavícula. Me había tatuado todo un ramo de flor un cerezo, como los que vi ayer junto a Takashi. Con cuidado coloqué la membrana sobre el tatuaje, cubría mi clavícula en longitud, no sin antes haber limpiado y colocado algunas cremas medicinales para sanarlo pronto. Me coloqué mi camisa de nuevo, así tapando el tatuaje.

Aún tengo la piel enrojecida y algo adolorida por lo recién hecho, pero estoy contenta con los resultados tomando en cuenta que fue a mano alzada. Bajé las escaleras rápidamente para llegar a la sala, donde estaba Akiko jugando con sus muñecas. Mi madre y el doctor ya habían comenzado a comer.

"Te llamamos antes, pero como tardabas comenzamos a comer antes", habló mamá desde la mesa, sorbiendo sus espagueti.

"Perdón", me disculpé por llegar tarde. Caminé a la cocina y me serví en un plato la cantidad que quería, moría de hambre, más después de estar horas tatuándome en mi habitación.

Comencé a comer con ellos en silencio, miré un plato con sobras, supuse que mi hermana ya había comido desde antes.

"Tenemos algo que decirte, Lyla", habló el doctor, dejó su plato a un lado por momento. Alcé la mirada para ver a ambos adultos.

"Probablemente nos mudemos de casa", dijo mamá, la notaba algo feliz.

"Me agrada la idea, pero... ¿Todos juntos?", pregunté jugando con la comida.

"Eso es lo que decidimos tu madre y yo como tus padres, van a vivir en mi casa, probablemente contrate a alguien que pueda cuidarla y...", miró hacia atrás para fijarse que Akiko no esté escuchando. "Probablemente alguien que la ayude a hacer terapia para verificar si perdió si o si la movilidad en las piernas", se había inclinado un poco para hablar bajito.

𝓛𝓪 𝓱𝓲𝓬𝓲𝓼𝓽𝓮 𝓫𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora