Pesado

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Llevábamos sentados en unas bacnas dentro del hospital desde hace unos 10 minutos, los cuales se habían hecho eternos. Seguía llena de sangre, aunque se comenzaba a secar. Takashi no había dicho mucho desde que llegamos, tener que vivir lo mismo con otro de sus amigos solo hacía que el trauma fuese imposible de superar.

"Voy al baño", le avisé, no obtuve respuesta de su parte, pero sé que me escuchó.

Me dirigí a los baños más cercanos, entrando al de mujeres. Tomé papel y quité el exceso de sangre de mis manos y después las lavé con agua y jabón. Entré en pánico un momento porque había manchado demasiado los lavabos, pero la sangre salió de inmediato. También había aprovechado a hacer mis necesidades y asearme un poco. Al salir del baño, escuché varias motocicletas llegando, aceleré el paso y fui a ver quienes eran.

Vi a Takemichi junto a Draken, también llegó Mucho junto con Smiley. Hakkai ya había llegado, al parecer estaba acompañando a Takashi.

"Chicos", les llamé en un volumen no muy alto, voltearon a verme y corrieron a mi lado.

"¿Dónde está Baji?", Mucho fue el primero en hablar.

"Supongo que sala de cirugías, no nos dijeron nada", respondí, parecía preocupado. Asintió y se fue solo por el pasillo.

"Hiciste mucho hoy", Draken se acercó y puso su mano sobre mi cabeza. "No te vayas a culpar si algo malo sucede", parecía estar calmado por el tono de su voz.

Asentí no muy convencida.

"¿Qué se sabe de Mikey?", pregunté a ambos chicos.

"Enojado, quería matar a Kazutora", esta vez Smiley tomó la palabra. "Pero no lo hizo de no haber sido por un amuleto que Baji dejó... De todos modos Kazutora se entregó a la policía y los demás escapamos".

"Ya veo... ¿Mikey no vendrá? Quiero hablar con él", fruncí el ceño.

Smiley abrió sus ojos, dejando ver el tono rojizo de sus orbes.

"Eso queda en ti, pero él ahora mismo es otra persona", siguió el camino por donde Mucho se había ido.

"Tiene razón. Mikey ahora mismo está fuera de si", Draken repitió las palabras de su amigo. "De todos modos está fuera", susurró.

"Gracias, Draken", asentí y fui hacia la salida.

"Oye tú", me llamó, me detuve pero no me giré. "Gracias por lo de Baji, es raro, pero siempre ayudas cuando apuñalan a alguien", no esperó mi respuesta y siguió a los demás por donde indiqué antes.

Me quedé pensando en sus palabras.

"Sí... Es raro", susurré para mi misma.

Caminé hasta una de las salidas del hospital, por donde escuché las motos. Al llegar me fijé en una mayoría de personas afuera, de la misma pandilla, estaban en sus motocicletas, con caras de preocupación y hombros tensos.

Salí ignorándolos aunque sentí sus miradas en mi. Era raro ver a una chica en una pandilla, pero deberían irse acostumbrando, era una nueva era y no avanzaban en pensamiento... Caminé por los alrededores del hospital hasta ver a Mikey en un lugar alejado, estaba recostado en su moto, mirando el cielo, que por cierto, seguía tan despejado como antes.

"Mikey", le llamé.

Como si estuviese esperando mis llamados, se volteó al instante, abrió los ojos al verme.

"¿Qué pasa?", preguntó, yo me acerqué a él y pude ver como tenía un amuleto en sus manos. Pero no me metería en ese tema.

"Siento mucho tener que hablar de esto ahora pero... Le habías encomendado a Takemichi traer a Baji de vuelta..." comencé hablando lentamente. Eso lo sabía por aquella vez que me puse a cotillear con Takashi y Mikey nis descubrió.

𝓛𝓪 𝓱𝓲𝓬𝓲𝓼𝓽𝓮 𝓫𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓻Where stories live. Discover now