Amanecer

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Introducción al nuevo arco
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"Wow

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"Wow...",solté al ver nuestra nueva casa.

De entrada era una casa bastante grande, de dos pisos y una cochera enorme. En mayoría era color blanco con tonos azulados, se sentía acogedora, también tenía muebles bonitos y estaba bien organizada.

Caminé por la sala y miré por encima de los muebles, los cuales tenían una ligera capa de polvo por encima.

"Como ser médico es una labor de casi veinticuatro horas, la limpieza se me dificulta un poco", mi padre habló apenado.

"Te podemos ayudar con eso, ¿verdad, Akiko?", la miré feliz. Por detrás escuché un sonido de una máquina, pues mamá había llegado antes. Estaba bajando por las escaleras con ayuda de una máquina que bajaba su silla de ruedas. Se le veía feliz a decir verdad.

"Yo puedo ayudar a limpiar la alacena", mencionó mi hermana, yo me agaché a su altur y le di un pellizco a su mejilla.

"Tú lo que quieres es comerte las galletas de chocolate".

"No...", mintió.

"¿Donde voy a dormir?", pregunté. Aún tenía la mochila de la escuela, pues hace un rato había venido junto a Akiko gracias a la dirección que me dio papá. No quedaba tan lejos como pensaba, pero si iba a querer movilizarme por mi cuenta, necesitaría una moto yo también, además la idea de tener una me ponía feliz.

"Puedes escoger, hay más habitaciones en el piso de arriba", mencionó papá mientras tomaba asiento en uno de los sillones. Asentí mientras iba al piso de arriba, escuché a mi hermana contarle a nuestra madre sobre cómo estuvo su día.

Solo mis pasos sonaban en ese pasillo, me detuve frente una puerta cualquiera, la abrí cuidadosamente, encontrándome con una habitación el doble de grande que la anterior.

"Bueno, me quedo aquí", dije sin más, dejé mis cosas a un lado. Salí de ahí y fui a por mis maletas con mis cosas, las cuales algunas estaban amontonadas en el pasillo. Comencé a poner todo en su lugar, al menos tenía un closet espacioso, pero sobraba bastante.

Debería ir por un poco de ropa después...

Terminé en un gran rato, me tomó mi tiempo poner todo en su lugar, cambiar algunas cosas de lugar a mi gusto... Y por supuesto que no podía olvidar aquellas fotos que tomé con Takashi el día que peleamos contra Moebius. Las coloqué en una esquina del espejo que tenía al lado del closet, pues solas se sostenían contra el marco del espejo. Suspiré y me dejé caer en la cama, que por cierto era más grande también.

Hasta el cielo raso de la habitación tenía detalles bonitos.

¿Merecía todo esto en realidad?

Sacudí mi cabeza y me levanté para ir a cambiarme de ropa, iría a comprar algo de ropa para pasar el rato. Me puse aquel gorro que mi chico confeccionó para mi y cogí mis llaves junto con algo de dinero de mis ahorros.

𝓛𝓪 𝓱𝓲𝓬𝓲𝓼𝓽𝓮 𝓫𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓻Where stories live. Discover now