Visita inesperada y una promesa

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Los demás chicos de la tenebrosa pandilla me miraban como si fuese un pedazo de pastel, pero los ignoraba ya que la simple presencia imponente de su líder se llevaba mi atención por completo. El viento frío azotó mi cuerpo y no pude evitar sentir escalofríos y un revoltijo en mis entrañas, aunque eso último fue debido a la ansiedad del momento. Se nota a kilómetros de distancia mis nervios debido a la desventaja en la que me encuentro. Mis manos temblaron en señal de rendimiento, el pelinegro simplemente se acercó a mí a un paso lento y tortuoso. 

"¿Qué quieres de mí?", traté de entonar una voz retadora, pero sonó más asustada que otra cosa. Aunque perfectamente puedo usar estos nervios a mi favor, puedo jugar a la chica frágil al menos con los demás tipos, pero con Hajime Kokonoi no podría, me conoce mucho...

"¿Qué acaso no puedo visitar a mi ex?", se burló y sacó su lengua después. Yo rodé mis ojos.

"No fuiste tan siquiera un culo perdido, lárguese", solté sumamente molesta, aún en mi lugar me crucé de brazos y bufé. Solo logré que su sonrisa gane más fuerza. 

"Otra vez hablando en tu idioma raro, recuerdo que solías insultarme así", intentó recordar viejos tiempos para ganar confianza, aunque su intento fue en vano ya que mi estómago dio un vuelvo del asco. 

"Se llama español, ahora dime qué mierda quieres", caminé hacia él con un paso peligroso, mis puños cerrados listos para impactar a cualquier parte de sí que logre alcanzar. 

"Me debes algo", finalmente lo que solía ser su personalidad irritante y burlona cambió por una totalmente fría y seria, los chicos a su espalda se acercaron, tratando de encerrarme. 

"Si hablas de dinero mejor olvídate", solté molesta. ¿Dinero? ¡Por supuesto que me prestó mucho! No por nada siempre supe defenderme económicamente durante mi peor era, no solo tatuaba o trabajaba en cualquier estupidez, los gastos de la casa eran exorbitantes y necesitaba cubrirlos. "Tampoco recuerdo haberte hecho una estúpida promesa, sabes que lo que fuimos fue una farsa". 

"¡Oh, hieres mi ego!", sacó un billete y falsamente secó su lágrima imaginaria. "Entonces puedo canjear tu deuda con algo más", sonó pensativo y con un ademán hizo que sus hombres se alejaran de mí. 

"No aceptaré ninguna de tus condiciones, además sabes que fuiste un idiota", lo miré de arriba a abajo, con idiota me refiero que le daba completamente igual verme llena de moretones y sarpullidos, también solo fui alguien con quien pasó el rato, ya que no le molestó en lo absoluto negarme y mostrarse con otras mujeres.

"Lástima, nos serías de ayuda en la pandilla", suspiró con pesadez. 

"No soy tonta, no aceptan mujeres ahí", sospeché. "¿Qué traes entre manos?".

"Intenté llevarte por las buenas, el líder sabe de tu gran amistad con su hermana y eso le molesta, odia que tú y tu noviecito sean parte de su vida, pero todo eso cambiará cuando Hakkai se una a Black Dragons", alzó su voz. 

"Supongo que viniste a desahogarte y Takashi Mitsuya es su nombre, que no se te olvide", amenacé. "Tú y tu grupo de matones se pueden ir al carajo, no iré contigo y no te debo nada, porque si hablamos de deudas, sabes bien que te saqué de la miseria y te di consejo también. Recuerdo perfectamente como llorabas por esa chica, ¿cuál era su nombre...?", le eché sal y limón a su herida, a todo esto: antes de ser algo de Koko fuimos conocidos y por supuesto que me contó sobre su penoso amor fallecido. 

"¡NO LA MENCIONES!", me alzó la mano, pero entonces alguien más se interpuso frente de mí. 

"Baja la puta mano", ordenó Baji. "Este no es su territorio, conozco perfectamente las normativas y políticas de estos asuntos como para que intentes tomarle el pelo a Lyla", acusó a Koko, había estado siguiéndome... Inteligente. 

𝓛𝓪 𝓱𝓲𝓬𝓲𝓼𝓽𝓮 𝓫𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓻Where stories live. Discover now