11: Pruebas

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" Creí que estabas de mi lado, Caramelo

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" Creí que estabas de mi lado, Caramelo. "

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DOS SEMANAS DE clases, tan solo habían pasado dos semanas de clases y para Sabrina ya era irritante su estadía en el colegio. Ella junto a Donn eran la boca de las bromas de aquellos cuatro chicos de Gryffindor los cuales se hacía llamar como Los Merodeadores. Sabrina ya sabía que lo único que sentía por esos chicos era odio y repulción. Por otro lado, los chicos las molestaban unicamente para probocar a la rubia, y lo habían logrado, ya que la noche anterior había recibido un castigo de la profesora McGonagall. 

Ella y Sophie estaban sentadas en la mesa de Hufflepuff junto con sus amigos de esta casa. Todos escuchaban atentamente las quejas de la rubia por su castigo con la profesora McGonagall y todo el odio que le tenía a aquellos chicos que la habían metido en problemas. 

Sabrina rodó los ojos al ver como los cuatro chicos hacian una enorme y llamativa entrada en el salón, ganandose la mirada de casi todos los estudiantes. La chica se dedicó a observarlos por precaución, ya que al día anterior los chicos había metido pastillas vomitivas en su comida y la chica se pasó todo el día en la enfermería mientras vomitaba toda su cena. Al notar que su humor no era el mejor, supusó que no tenían ganas de hacer bromas, por lo que comenzó a desayunar con más confianza hasta que escucho una voz a sus espaldas. 

—Hola Miller. Está mañana estas más deslumbrante que de costumbre —el acento frances delató al chico, Sabrina sabía de quien se trataba. 

Donn rodó los ojos pero aún así se sonrojó. Ignoró al chico y continuó comiendo, escuchando como el frances no se daba por vencido con su coqueteo. 

—Adiós, tengo que irme a hacer unos deberes para Slughorn —comentó la Hufflepuff poniendose de pie. 

—Está bien, pero no lleges tarde a la primera clase de vuelo. 

Lo había olvidado, hoy tendría su primera clase de vuelo los de primer año y los entranamientos de quidditch comenzaría junto con la temporada. 


—Es completamente injusto que no podamos hacer las pruebas para el equipo de quidditch solo porque estamos en primero. No tiene sentido —se quejó por cuarta vez Sophie. 

—A mi me parece bien, así no puedes lastimarte —opinó Donn encogiendose de hombros. Resivió una mirada desconcertante de la rubia. 

Las tres amigas caminaban tranquilas luego de su primer clase de vuelo. 

—No puedo creer que me estes diciendo esto. Creí que estabas de mi lado, Caramelo —dramatizó Sophie poniendose una mano en el pecho. 

Sabrina no decía nada en absoluto. A ella no le interesaba mucho dicho deporte por lo que tampoco estaba interesada en hacer las pruebas para su equipo. Esto no quería decir que ella no sabía jugarlo. Su madre había estado compitiendo en juegos con el equipo oficial Wigtown Wanders, por lo que le había pasado enseñanzas a su hija. 

Las tres chicas desviaron su camino de la torre de Gryffindor para dirigierse a la cancha de quidditch, donde ya había varios estudiantes. 

Las chicas tomaron asiento en las gradas para ver jugar a los nuevos miembros que iban a elegir en ese momento. 

—Tienes que estar bromeando —murmuró Sophie al ver como tres chicos se sentaban al lado de ella. 

Al voltear la vista, Sabrina se encontró con Remus Lupin, Peter Pettigrew y Sirius Black. Este último sonreía maliciosamente mientras se dedicaba a mirar hacia adelante, aunque algunas veces volteaba a ver a las tres amigas de reojo y se reía silenciosamente, aunque Sabrina, al estar justo al lado, podía escucharlo perfectamente. 

—¡Vamos James! —exclamó el pelinegro, alentando al de anteojos. 

Cuando el chico nombro a su amigo Sabrina decidió prestar atención al juego y, al hacer esto, se percató de que James Potter estaba en la cancha y había anotado un punto. 

—Estoy seguro de que entrará al equipo —informó Remus quién había despegado la vista de su libro cinco segundo para admirar el gran gol que anotó Potter y luego regresar a su lectura. 

Sophie bufó. 

—Es tan injusto que personas tan crueles como él puedan hacer las pruebas y chicas tan sexys y buenas como yo no —se quejó Sophie sacudiendo su pelo egocentricamente. 

—Sophie, deja de quejarte. El año que viene podrás hacer las pruebas y así tendrás más tiempo para entrenar y mejorar —le dijo Sabrina volviendo su atención a su cuaderno de dibujos. 

—¡Pero yo quiero entrar al equipo este año! ¿Cómo es que tú no quieres? ¡Tu madre es una gran jugadora! 

—¿Y?

—"¿Y?" ¿Cómo que "Y"? —se exaltó—. Tú lo llevas en las venas. ¿Por qué no estas tan emocionada por hacer las pruebas como yo? —la rubia se cruzó de brazos—. Y no me digas que no sabes jugar, porque algo debes saber. 

—Pues mis padres me enseñaron algo —dijo la castaña despreocupada, sin despegar la vista de su dibujo en ningun momento. 

La chica trazaba líneas, pero Sophie no podía ver exactamente que era lo que estaba haciendo ya que Sabrina tapaba la hoja con su brazo. 

—¡Por eso! —gritó euforica pero al ver que su amiga no respondía, tomó aire para calmarse y luego dirigirse a Donn—: ¿Y tú, Caramelo? ¿Tus padres te enseñaron a jugar al quidditch?

La Hufflepuff volteó a verla seria mientras comenzaba a tomar sus cosas. 

—A veces eres muy cruel —le dijo antes de irse a paso rápido, enfadada. 

—¿Qué fue lo que hice ahora?

Sabrina solo rodó lo ojos. 

Donn había estado padeciendo de bullying por sus compañeros de clase. Algunos estudiantes la molestaban por pertenecer a una familia de muggles, aunque eso no lo sabía nadie, ya que a la chica le apenaba hablar de eso. 

La castaña trató de levntarse para ir con su amiga de Hufflepuff pero no pudó levantarse de se asiento. Comenzó a desesperarse e intenó de nuevo volver a levantarse pero seguía sin poder. Casi por instintos volteó a ver a los tres chicos que estaban a su lado. Remus aún estaba leyendo su libro, Peter solo miraba atentamente como su amigo pasaba la quaffle y Sirius también observaba a James como su amigo más bajito, pero algo lo diferenciaba de sus otros dos amigos; él sonreía maliciosamente e intentaba de ocultar su risa, sin mirar a la chica que se removía a su lado. 

—Sophie —llamó en un susurro a su amiga que no había despegado la vista del partido, por lo que no había notado lo que le estaba sucediendo a su amiga. 

—Mhm. 

—No puedo levantarme —volvió a susurrar e intentó nuevamente ponerse de pie, pero fue en vano. 

La rubia volteó a verla confundida, creyendo que había escuchado mal. 

—¿Qué? 

—No puedo levantarme —repitió. 

—¿Por qué no?

—Porque no, ayudame. Busca a alguien, fueron ellos —señaló a los tres gryffindors y Sophie trató de levantarse para enfrentarlos, pero Sabrina la agarró del brazo y la obligó a volver a su sitio—. Ahora no, solo busca ayuda, ¿sí?

—Está bien. 

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〖♡ M I R I D E G R A N G E R ♡〗

𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | Sirius Black | © EN PROCESOWhere stories live. Discover now