43: Proximamente merodeadora

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" Casi eres tan buena en el mundo de las bromas como nosotros

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" Casi eres tan buena en el mundo de las bromas como nosotros. "

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SABRINA ESQUIVÓ AGILMENTE las cosas que volavan desde las manos de Sophie. La rubia se encontraba vaciando su armario. Tomaba las prendas de ropa y las lanzaba sin siquiera ver a donde e iban a parar a algún lado de la habitación luego de haber sido arrojadas y volado por los aires.

Mara, desde su sector de la haitación se quejaba a los gritos de la chica. 

—¡Basta Williams! Eres una inmadura y gran estúpida —gritó la chica a todo pulmon cuando una blusa azul fue a parar justo en su cara. 

—Caprichosa —susurró Sophie, aunque al parecer Mara la había escuchado ya que se indignó—. Ya lo ordeno, muñequita —se dirigió a la chica con una falsa sonrisa y con una voz aguda—. ¿A donde vas, Brina? —cuestionó al percatarse como su amiga abría la puerta para marcharse de la habitación. 

Sabrina ya había hecho su maleta y simplemente iba a ir a la enfermería a comprobar como estaba Remus.

—Voy a un lugar, no me esperen —dijo saliendo de la habitación. 

—No iba a hacerlo de todos modos —escuchó como la más antipatica de las hermanas Greengrass decía. 

Sabrina caminó a paso veloz por los pasillos hasta que llego a la enfermería. Abrió las enormes puertas y se introdujó a la habitacíon, cerrando detrás de ella. 

Caminó hasta la camilla del oji-miel. Las cortinas que rodeaban su cama estaban cerradas, por lo que la chica no llegaba a ver al chico. Decidió preguntar antes de entrar por precaución. No sabía si se estaba cambiando o algo y atraparlo en una escena comprometedora sería demasiado incómodo para ambos. 

—¿Remus? —llamó. 

Casi al instante, tres cabezas se asomaron por las cortinas. James Potter, Sirius Black y Peter Pettigrew. Los tres amigos miraban a la niña confundidos pero también con curiosidad. 

—¿Qué haces aquí, Johnson? —cuestionó Sirius con disgusto, altivo. 

Sabrina abrió la boca para contestar, pero alguien se le adelanto. 

—No seas grosero, Sirius. Puedes pasar, Sabrina —dijo una voz que la gryffindor reconoció como la de Remus. 

La chica pasó por al lado de los amigos del chico, bajo la atenta mirada de Sirius, y entró al sector de aquella cama de la enfemería. Remus estaba sentado en la cama, con su ropa puesta. Sabrina lo miro curiosa. 

—En unas horas me dará el alta, así que ya me cambie. Luego no tendré tiempo y no alcanzaré el expreso. 

—¿Y entonces...? ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó ahora James y Remus lo miró mal. 

—James, no seas... —pero fue interrumpido por el de anteojos. 

—Sólo es curiosidad, no me molesta que esté aquí ni nada. 

—Somos amigos —contestó Remus por ella y sus tres amigos voltearon a verlo con los ojos bien abiertos—. ¿Qué? 

—¿Cómo que qué? No puedes ser amigo de ella —exclamó Sirius horrorizado con la idea—. Fraternizas con el enemigo —Sabrina lo miro con una ceja levantada ¿el enemigo?

—No es el enemigo, Sirius. Tu le hiciste una broma y ella se defendió. Hubieras hecho lo mismo —la defendió Remus y la castaña le dio una sonrisa de cariño, la que él le devolvió—. Hablando de eso. Esa broma fue muy buena —la alago. 

A Sirius se le cayó la mandíbula al escuchar aquello. 

—Bueno, si es por eso, entonces si, fue muy buena; casi eres tan buena en el mundo de las bromas como nosotros —la alagó ahora James. 

Sabrina rió. 

—Podrías ser tranquilamente una de nosotros —le dijo Peter y los demás lo miraon extraño. 

Remus lo pensó... 

—Una merodeadora... No estaría mal —dijo él. 

—Cuando les cuente a mis amigos de esta conversación, no me creerán —dijo ella divertida. 

—¿Le estan ofreciendo ser una de los nuestros? —espetó el chico de pelo negro con los ojos bien abirtos, sin creerselo del todo. 

—En realidad no hicimos eso, pero sería una buena idea... ¿Sabrina, quieres ser una merodeadora? —preguntó Remus a la chica. 

—Me alagan chicos —comenzó tratando de reprimir la carcajada que se avecinaba—, pero voy a pasar. A mis amigos no les gustaría eso. Lo siento, además el credito por la broma de Sirius no es totalmente mía. De hecho, la idea fue de Regulus.

Eso hizo que la sorpresa de los demás llegara y se reflejara en su rostro, mientras que Sirius parecía más sorprendido que antes. 

—¿Mi hermano tiene imaginación? 

Todos rieron de eso, excepto la chica. 

—Bien ehhhh.... me parece que ya tengo que irme, Sophie se preocupará... 

—Williams es una exagerada —dijo James Potter, rosando los ojos. 

Sabrina lo ignoró y se acercó a su amigo, para sacar una pequeña barra de chocolate de su bolsillo y dársela, pero antes de que el chico pudiera tomarla, alguien se la arrebató de las manos a la chica. 

—No puede comer chocolate, está mal de la panza —dijo Sirius como si la chica fuera tonta. 

¿Eso les dijo?

—En realidad, Sirius —empezó Remus, quitándole el chocolate a Black—, ya me están dando de alta, por lo que ya estoy bien y sí puedo comer chocolate. 

Sabrina observó como Sirius abría la boca para comenzar a discutir por lo que prefirió salir de la enfermería cuanto antes. 

—Mira, la has espantado, Sirius —escuchó a James quejarse. 


—¿Entonces nos veremos en verano? —preguntó Narcissa caminando al lado de Regulus. 

—Sí —afirmó el chico. 

—Adiós, chicos, iré con mis amigos —les dijo la castaña, abrazando a ambos chicos y caminando al compartimento en el que había visto entrar a su grupo de amigos. 

Todas las miradas recayeron en ella en el momento en el que entró, pero al ver que se trataba de su amiga, volvieron a lo suyo, mientras Sabrina dejaba su equipaje. Tomó asiento al lado de Luke y enfrente de Alex. 

Sabrina miró a sus amigos. Alex y Luke hablaban entre ellos. Donn la acusaba de hacer trampa a Sophie en un juego de cartas que Sabrina no reconoció pero si escucho que se llamaba UNO y Lucas leía un libro de Quidditch. Todos estaban haciendo algo pero lo que ella optó por dormir el resto del camino a su casa. Colocó su cabeza en el hombro de Luke y cerró los ojos. El chico comenzó a acariciarle el cabello y en cuestión de segundo, se durmió. 

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〖♡ M I R I D E G R A N G E R ♡〗

𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | Sirius Black | © EN PROCESOWhere stories live. Discover now