58: Pequeño problema peludo

600 58 2
                                    

" Ya estas en tercer año y aún no sabes para donde queda tu salón

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

" Ya estas en tercer año y aún no sabes para donde queda tu salón. "

˚*✩•°˚*✩•°˚*✩•°˚*✩•°

—DEJENME VER SI entendí —dijo Sabrina, pensando en todo lo que había pasado hasta entonces—, ¿ustedes vienen aquí, me insultan diciendome que soy la mascota de los profesores e insinuan que use mis habilidades como buena estudiante para lograr que me den un pase para la sección prohibida de la biblioteca para ustedes y no me dajan ser una animaga para ayudar a Remus? Me parece muy injusto. 

—No estamos siendo injusto Sabrina —exclamó Sirius, en medio del dasillo decierto—. Sólo queremos protejerte. 

—No necesito ninguna protección se defenderme muy bien sola, creanme o no. No los necesito y yo quiero ayudar a Remus. 

—No podrían defenderte sólo ni aunque quisieras —le dijo el Black y ella lo miró con una ceja alzada. 

—Mejor no la subestimes Sirius. Ya veo que termina dandote una paliza —murmuró James, pero ya era tarde; su amigo ya había sido derribado por la chica menor en un abrir y cerrar de ojos. Él se encontraba en el piso, con una mueca de dolor y ella lo miraba desde arriba, para nada recentida. 

—¿No que no iba a poder?

—Pues es distinto, yo soy debil pero si llega alguien más fuerte que tu—Sabrina sonrió, el chico básicamente había admitido que ella era mejor que él. Le extendió una mano, que Sirius tomó y ella lo ayudó a ponerse de pie. 

—¿Podemos centrarnos? —pidió James—. No puedes ser una animaga, Sabrina. 

—¿Por qué no? 

—Porque no. Eres muy pequeña —eso la había indignado. Miro al chico Potter cruzandose de brazos y con una mirada fría. Sirius tenía razón, se le estaban pegando las actitudes de Regulus y Narcissa, más de esta última. 

—¡Sólo nos llevamos un año!

—Un año es una cantidad rasonable de tiempo como para decir que no —le dijo Sirius. 

—¿Saben que? No se porque estoy discutiendo con ustedes. No necesito su permiso. Si quiero ser animaga lo seré. 

—No podrás sin nuestra ayuda —le aclaró James. 

—Soy muy capaz de hacerlo por mi cuenta, no se que harán ustedes cuando no consiguan el libro de la sección prohibida. O cuando no consigan la mandrágora. 

Los tres amigos se miraron entre ellos y luego volvieron a mirar a la chica. Todo a la vez, lo que la sorprendió. 

—¿Qué mandragora?

—Uno de los pasos contiene una mandragora. 

—¿Tu como lo sabes?

Ella no dijo nada. Se dio la vuelta, aún de brazos cruzados, dispuesta a irse. 

𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | Sirius Black | © EN PROCESOWhere stories live. Discover now