2: Explicación a los muggles

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" La mágia existe

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" La mágia existe. "

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LOS AMIGOS SE miraron con temor y salieron corriendo de la piscina para adentrarse en la casa. Entraron mojando todo el lugar hasta que llegaron a la cocina, donde la señora Bolton yacía en el suelo con la respiración entrecortada por el pánico y su esposo, el señor Bolton, estaba en una silla pálido, no parecía querer reaccionar.

—Llamaré a la policía—. Fue lo unico que dijo ante las miradas curiosas de los niños que buscaban respuestas.

—¿Pero que fue lo que pasó, mamá?

—Llegaron muy lejos con esta estúpida broma —dijo encaminandose a la sala.

Sabrina estaba confundida y al ver que Luke había comprendido lo que pasaba decidió preguntarle por aquello.

—Lo que pasa es que durante esta semana nos han llegado cartas muy extrañas. Parece que alguien intenta burlarse de mi y de mis padres. Nos han dejado decenas de cartas en el buzon que hablaban de un colegio de Mágia al cual había sido aceptado. Rídiculo. La mágia no existe y se creen que yo voy a creer esas estupideces. Mis padres se han encargado de quemar todas esas absurdas cartas—. Sabrina abrió tanto los ojos que Luke creyó que se le saldrían de su cara.

—Esta vez llegaron muy lejos. Al momento de abrir los huevos para su pastel de fresa solo se encontró con lo mismo, cartas hablando de mágia.

Sabrina salió disparada hasta el salón para impedir que la señora llamara a la policía. Luke y su padre salieron detras de ella.

—¿Qué pasa? —le preguntaba el chico una y otra vez, pero su amiga no contestaba.

Al llegar al teléfono, notó como la señora ya se había cominucado con el departamente de policías de la zona.

—Hola. Buenas tardes, llamó para comunicar que... —No pudó terminar, ya que Sabrina le había arrancado el teléfono de las manos—. ¡Oye! —exclamó horrorizada.

—Lo siento, número equivocado —dijo para luego colgar con fuerza el teléfono.

—¿Qué haces Brina? —preguntó alterado Luke.

—No pueden llamar a la policía. —Al ver la cara de confusión de los Boltons se explico mejor—. Todo lo que decía en la carta es real. La mágia existe. Luke, tu eres un mago.

—¿Tu has enviadó esas cartas para jugarme una broma? ¿Crees que soy estupido? —bramó furioso.

—Luke, tu eres un mago, al igual que yo, al igual que mis padres, al igual que los alumnos que asisten a ese colegio, al igual que la gran mayoría de la gente que vive en el Valle de Godric.

—¿Qué?

—La mágia es real y puedo probarselos.

Y tras decir eso los cuatro se encaminarón a la casa de la chica, ella no podía a hacer mágia para demostrarles que lo que decía era verdad, pues ademas de ser menor de edad, ella no tenía una varita; así que sus padres tenían que dar un ejemplo.

—¡¿Mamá, papá?! —gritó pero sus padres no contestaron—. ¡Luke recibió la carta de Hogwarts! —dijo ahora y su madre llegó a la sala corriendo.

—¿Qué fue lo que dijiste? —preguntó sonriente.

—Luke irá a Hogwarts —le dijo la chica a su madre euforica.

—Por Merlín —exlamó y los Boltons la miraron como si estuviera realmente loca.

La madre de Sabrina dio un pisotón fuerte de repente, haciendo que todos en la sala se sobresaltaran.

—¡Mason ven rápido!

Unos segundos después su padre ya había llegado a la sala, pero no se percató de la presencia de sus vecinos.

—¿Qué es tan importante como para sacarme de mi trabajo? —Pero su esposa no pudó responder ya que una explosión se escucho de un piso subterraneo de la casa, el piso de donde había llegado Mason. Allí abajo tenían todas las cosas mágicas que tenían que esconder de los muggles—. Esa fue la posión que tarde tantos días en preparar. Acaba de estallar —murmuró apenado.

Un grito ahogado hizo que el hombre se percatara que sus vecinos se encontraban en la casa. La señora Balton miraba con terror como los platos del almuerzo se lavaban solos en el fregadero.

—Santo Dios... ¿Qué...? ¿Cómo...? —Decía horrorizada mientras apuntaba con su dedo tembloroso el lavabo.

El padre de Sabrina sacó su varita y los apuntó.

—Oblivia...

No pudó finalizar el hechizo ya que Sabrina le había arrebatado su varita.

—Devuelveme mi varita. Debó borrarle la memoria a esos muggles —exigía persigiendo a su hija por toda la sala.

—¿Dijo varita? —preguntó Luke mirando la escena con diversión.

—¿Cómo es que nos llamó? —dijo exaltadó el señor Bolton.

—Creo que nos dijo muggles, querido.

—¿Qué es un muggle? —miró con terror a su esposa.

—No tengo idea.

—Los muggles son personas que no tienen ninguna habilidad mágica —contestó con simplesa la señora Johnson, metiendose en la conversación de ambos muggles, ganandose tres miradas curiosas por parte de sus vecinos—. ¡Ya es suficiente Mason! —regañó al hombre y se detuvieron, el y su hija—. Luke es un mago. Si les borras los recuerdos, lo que ya saben lo olvidaran y tendremos que explicar más de lo que devemos.

—¿Quién es Luke? —preguntó su padre recuperandó el aire, pero sorprendido por que lo que acababa de decir su esposa.

Luke levantó la mano timidamente.

—Bien. Creo que se han dado cuenta que la mágia es real. No entiendo porque Dumbledore no les ha venido a hablar sobre el tema, como hace normalmente a los nacidos de muggles. Supongo que vio que Sabrina es amiga de Luke y creyó apropiado que nosotros les expliquemos —dijo con amabilidad la señora Johnson indicandoles a los vecinos que tomaran asiento en los sofás de la sala.


—Entonces... ¿Nuestro Luke es un mago? —preguntó la madre del chico ya más tranquila luego de la explicación que les dieron los Johnsons. Mason asintió.

—¿Y en ese colegio extraño le enseñarán a hacer mágia? —preguntó ahora su padre, comiendo un galleta que había preparado la madre de Sabrina. La pequeña asintió—. Santo Dios.

—Genial —exclamó Luke.

—Sí. Genial.

—¿Y cómo sabemos que esto no es un invento suyo de una broma bien elavorada? —preguntó ahora la señora con un poco de desconfianza.

Los padres de Sabrina se miraron.

—¿Quieres devolverme mi varita, cielo? —le preguntó el hombre a su hija y esta sacó de su bolsillo un palo de madera.

—Wingardium leviosa —pronunció su padre y el señor Bolton comenzó a flotar por el aire.

Unos segundos llenos de gritos por parte del hombre y ruidos de sorpresa por parte de su espasa y luego lo bajo.

—¿Ahora nos creen? —preguntó el hombre y los dos muggles de la sala asintieron freneticamente.

—Mañana podemos llevar a los niños a comprar las cosas necesarias para su primer año. Nosotros podremos ayudarlos —ofreció Priscilla, la madre de Sabrina.

—Esta bien, supongo.

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〖♡ M I R I D E G R A N G E R ♡〗

𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | Sirius Black | © EN PROCESOWhere stories live. Discover now