14: Imposible no odiarla

1K 81 2
                                    

" Estas demente, Greengrass

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

" Estas demente, Greengrass. "

˚*✩•°˚*✩•°˚*✩•°˚*✩•°

LOS PRIMEROS MESES de Sabrina en el colegio habían sido un gran caos. Su odio hacia Sirius Black no había disminuido ni un poquito. Cada semana, sus bromas pesadas, aumentaban de nivel, llevandola a una humillación pública cada vez más alta. Sabrina no podía estar más enojada. 

Sirius, por su parte, disfrutaba hacer enfurecer a la gryffindor. Sabrina estaba segura de que, si Regulus o Sophie no hubieran estado con ella en los momento de las bromas para defenderla, probablemente, ella ya habría abofetado a Sirius de tal manera como para ser expulsada. Ya que cuando se enojaba, su fuerza aumentaba drasticamente. 

Durante aquellos meses transcurridos en el colegio, Sabrina había estado casi todo el tiempo junto a Sophie y Regulus. Más con la rubia, ya que compartir casa y cuarto lo que ocasionaba más encuentros entre ellas. 

El slytherin y la rubia se habían vuelto sus confidentes. 

A pesar de que Sabrina y el menor de los Black no compartían casa, el chico solía buscarla continuamente. Cuando ella salía de sus clases, normalmente Regulus estaba fuera del salón esperandola, o cuando Slytherin y Gryffindor compartían clases, ellos se sentaban juntos. 

Donn, por su parte, había dedicado su tiempo a ignorar a Lucas, quién insistía en que ellos harían una muy linda pareja. 

La Hufflepuff era demasiado tímida como para responder sus halagos, así que prefería ignorarlo. 

Mientras que Luke y Alex se volvían cada vez más cercanos. Sabrina no podía evitar sentir celos, ya que ella y el rubio habían sido mejores amigos desde siempre; hacían todo juntos, y el hecho de enterarse que él iría a Hogwarts con ella la había entusiasmado muchisimo. Penasaba en las cosas que harían juntos en su primer año, pero nado de lo que se imaginó sucedió. Luke estaba todo el tiempo con Alex y Sabrina casi no lo veía. 


Esa semana en particular, los profesores había llenado de trabajos practicos y deberes para realizar a los estudiantes de segundo año, por lo que Sirius no tuvo la oportunidad de molestar a la castaña. Si fuera por él, los trabajos habrían quedado en blanco, pero tener un amigo tan responsable como lo era Remus, no le permitió hacer eso. Además que el chico debía adaptarse a su nueva rutina.

Acostumbrarse a su nuevo horario se la había facilitado a Sabrina, ya que era bastante parecido a la escuela muggle a la que había asistido antes de ingresar en Hogwarts. Mara no podía decir lo mismo. 

A la morocha le costaba demasiado despertarse a la mañana. Siempre se quejaba por el horrible sonido del despertador de Sophie. 

A pesar de que en Hogwarts no se permitieran los aparatos muggles, la rubia se había esmerado en entrar aquel pequeño despertador verde a escondidas. 

Tener aquella alarma, en realidad, era aliviador, ya que no podía llegar tarde a clases, pero eso no se lo diría en voz alta a nadie. 


En esos momentos, Mara caminaba furiosa por el extenso corredor. Sus hermosas guillerminas de plataforma alta, resonaban fuertemente con cada paso que daba. 

Los pasillos estaban deciertos ya que los estudiantes debían estar en clases, pero los de primer año tenían una hora libre, ya que la profesora Patricia Rakepick se había ido por dos días a visitar a su padre enfermo. 

El enojo y la rabia que tenía la chica aumentaba con cada zancada que daba. 

Al final del corredor, Sophie Williams reía animadamente con una pequeña Hufflepuff. El cuerpo de la rubia estaba apoyado completamente sobre la pared y de su hombro colgaba su mochila con los libros de clase. La chica se reclinó para apartarse de la pared, cuando notó que su compañera de cuarto se dirigía hacia donde ella y su amiga estaban. 

Mara apretaba los puños y caminaba con decición hasta donde las dos amigas la esperaban confundidas y divertidas por la apariencia de la chica. 

—Voy a matarte, Williams —Sophie soltó una sonora carcajada, que retumbó por las paredes, ocacionando un eco. 

—¿Qué fue lo que te pasó, muñequita? —se burló, utilizando ese apodo insoportable que tanto odiaba Mara. 

—Lo mismo me pregunto yo. ¿Qué fue lo que me paso? o mejor dicho: ¿Qué fue lo que me hiciste? 

Los ojos de Sophie se abrieron en sorpresa ante la insinuación de la morocha.

—¿Yo?

—¡Sí, tú! Amencí así. Con esto —exclamó más molesta que antes, señalando con su dedo indíce el pelo. 

Sophie no pudo evitar reirse nuevamente por la situación. Mara, su compañera de cuarto, que adoraba peinarse y cuidar de su cabello, estaba frente a ella, toda despeinada y con el pelo azul. 

—Estás muerta, churrita —amenazó y le propino un empujón a Sophie, quien dejó de reir instantaneamente—. No dejaré que esto quedé así —y la volvió a empujar, pero esta vez, la rubia cayo al suelo, dandose un fuerte golpe en la espalda. Donn soltó un grito de espanto ante la escena que se estaba desarrollando frente a sus ojos.

—¡Tranquilizate Greengrass, yo no hice nada! —su voz, a pesar de tratar de mantenerse con firmeza, sonó temblorosa.

—¡Claro que sí!

—¡Claro que no! La poción de cambio de color apenas se ve en segundo año. ¿Cómo crees que yo podría hacerlo? 

Mara no dijo nada. No sabía que decir. 

Sophie tenía razón, ellas no habían visto el tema aún. Se había alterado tanto al ver su reflejo en el espejo aquella mañana y comenzo a sacar conclusiones, que no se había puesto a pensar en que Sophie no sabría preparar la poción. E incluso si hubieran visto el tema, la rubia no habría podido hacerle eso ya que era horrible en pociones. 

La pelinegra —ahora peli-azul— observó con los ojos bien abiertos, como la chica de Hufflepuff se acercaba a Sophie para ayudarla a ponerse de pie. Escuchó los gemidos de dolor de ella, sin despegar sus ojos de los verdes de Sophie, ella tampoco había dejado de mirarla. 

—Estas demente Greengrass —murmuró y luego se fue con Donn hacia la enfermería, ya que apenas podía caminar por el dolor. 

Mara obervo las espaldas de las amigas alejarse, escuchando las quejas de su compañera de casa, sintiendose culpable y con la necesidad de ir a disculparse con ella. Estaba por hacerlo, pero luego recordo lo mal que le caía así que simplemente se fue de allí. 






JURO SOLEMNEMENTE QUE MIS INTENCIONES NO SON BUENAS

Me encanto escribir este capítulo. Es totalmente distinto a lo que estuve escribiendo hasta ahora, ya que este está narrado desde la perspectiva de Mara. Tal vez haga más capítulos así, más adelante. 

TRAVESURA REALIZADA

★・・・・・★・・・・・★

〖♡ M I R I D E G R A N G E R ♡〗

𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | Sirius Black | © EN PROCESOWhere stories live. Discover now