𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | ❝ A él le gusta ella, a ella le gusta él, todos los sabemos, excepto ellos. ❞
Sirius Black: Engreido, mujeriego, arrogante, testarudo, casanova, idiota... esas son solo algunas de las palabras con las que Sabrina describ...
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" ¿O es que su vida es tan aburrida que no le importaría a nadie? "
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LA SALA COMÚN de Gryffindor estaba llena de corazones rojos por todos lados. San Valentín había llegado junto con los primeros examenes.
En uno de los sillones escarlatas se encontraba Sirius Black, acompañado por su respectiva novia, Marlene McKinnon. Sabrina había descubierto que la chica le caía realmente mal, y no tenía idea de por qué, ya que, en realidad, ellas nunca habían tenido la oportunidad de hablar o de conocerse.
Luego de ver la asquerosa escena de besos de la pareja, Sabrina estuvo de mal humor por el resto de su día.
—Vamos, Miller. Por favor —aquello la hizo salir de sus pensamientos y mirar al chico que le rogaba a su amiga por una pequeña salida.
—Ya te dije que no, Lucas.
Todos rieron por las lagrimas falsas que soltaba el chico, todos excepto Sabrina. Luke lo notó.
—¿Estas bien, Brina?
—Sí —todos se sobresaltaron por lo fría que salió su voz, hasta ella misma—. Ya me voy.
Y tras eso, tomó sus libros y salió del comedor.
—¡Brina! ¡Sabrina! ¡Sabrina Johnson! ¡Sabrina Konstantinova Johnson! —el escuchar su nombre completo la hizo girar de golpe. Luke corría hacia ella.
Sabrina volteó para todos lados para ver si alguien se encontraba en el lugar. Odiaba su segundo nombre, le parecía completamente ridículo y feo, por lo que no quería que los demas se enteraran de la existencía de este.
Por suerte, nadie se encontraba allí.
—¿Qué quieres Luke?
—¿Qué es lo que te pasa? Estas muy seria desde navidad, no me hablas, siempre que te llamó tú me ignoras, ya nisiquiera pasamos tiempo juntos.
—No tengo tiempo para esto, Luke. Hablamos en otro momento —le dijo e intentó irse, pero el chico la frenó al agarrar su brazo.
—Ey... quería decirte algo.
—Dile lo que quieras decirme a Alex —escupió y se soltó del agarre de su amigo bruscamente para seguir con su camino, dejando al rubio estático en su lugar.
—¡Hey! Escuche lo que pasó. ¿Te peleaste con Boltom? ¿Te encuentras bien, Cuqui?
—Estoy bien, Regulus. Intentó ir a clases.
—La primer hora la tenemos libre —rió.
Sabrina no se inmutó, su mirada dura y seria permaneció en su rostro. Regulus frenó su risa al notar eso y se rascó la nuca incómodo.
