69: Animagos

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" Somos animagos, Remus

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" Somos animagos, Remus. "

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EL SIGUIENTE MES había pasado volando para Sabrina, pero no tan rápido para Sirius. Él y Peter habían tenido que aguantar otro mes más con una hoja de mandrágora en la boca y el chico pelinegro tenía que aguantar a Sabrina todas las noches en la torre de Astronomía burlrse de él por no conseguir convertirse y recordandole que ella si lo había logrado. A pesar de las burlas, la chica lo había estado ayudando con respecto a su transformación y al concluir el mes, volvieron a salir de noche y Sirius y Peter conjuraron en hechizo. Sirius se convirtió en un enorme perro negro de ojos grises, mientras que Peter, avergonzado de su transformación había conseguido convertirse en una rata. El pobre chico tuvo que aguantar las carcajadas de Sirius y James, pero decidió centrarse más en las palabras bonitas que Sabrina le decía sobre dicho animal, aunque el chico no sabía que en realidad eran todas inventadas ya que ella no sabía nada de ratas. 

—Bien, ahora que todos conseguimos una transformación, sin haber sufrido ningun riesgo, podemos decirle a Remus —les dijo Sirius, una vez que todos hubieran llegado a la sala común a media noche, por lo que estaba vacía—. Lo haremos mañana... 

—Me parece bien —contestó James. 

—A mi también —estuvo de acurdo Peter. 

—Está bien —agregó Sabrina. 

Y sin más que decir, todos se fueron a sus respectivas habitaciones a dormir. 

A pesar de lo acordado, al día siguiente no se animaron a contarle a Remus y el secreto se siguio postergando hasta el siguiente mes, cuando por fin reunieron el valor posible para reunirse entre ellos para llegar a un acuerdo. 

—¿Soy solo yo o Remus ha estado extraño este último tiempo? —preguntó Sirius en aquella reunión. 

—No ha estado raro, lo que pasa es que nos da miedo la forma en la que vaya a reaccionar, pero mañana es luna llena y hicimos todo esto para poder acompañarlo y que este bien, no podemos no decirle antes de la noche de mañana, ¿quedó claro? En ese momento saldremos todos juntos y buscaremos a Remus —dijo una decidida Sabrina. 

Y sin más que decir, todos salieron de la sala común y comenzaron a caminar por los pasillos, directo a la biblioteca, donde Remus solía estar en su tiempo libre. No tardaron en encontrarlo en una mesa apartada, leyendo un libro de defensa contra artes oscuras. 

James carraspeo su garganta para llamar la atención del chico. Lo consiguió. Remus levantó su mirada y al verlos su ceño se frunció. 

—¿Podemos hablar contigo? —pidió Sirius dedicandole una tierna sonrisa al chico, cosa que sorprendió mucho a Sabrina que estaba acostumbrada a sus miradas arrogantes y divertidas. 

—No. 

Esa respuesta los tomó por sorpresa, pero antes de que alguno pudiera reaccionar, Remus ya había tomado sus cosas y había salido de la biblioteca. Sabrina miró a los merodeadores, ellos estaban tan sorprendidos como ella. 

—¿Qué estan esperando? Vamos tras él —les dijo y todos comenzaron a moverse para seguir al chico. 

NO tardaron en alcanzarlo ya que Remus no era el mejor en deportes y se cansaba rápido al caminar. 

—¿Estás bien? ¿Estas enojado con nosotros? —preguntó Peter una vez al lado de Remus. 

—Sí. 

—¿Por qué? —exclamó James. 

—Desde que llegamos me han estado ignorando. Todos ustedes —miró de reojo a Sabrina, quien se ruborizó levemente y bajo la cabeza—. Al principio pense que yo les había hecho algo pero luego entendí que no lo había hecho, yo no les hice nada. Se fueron porque si. Así que ahora es mi turno de ignorarlos —les dijo e intentó volver a caminar para volver a alejarse, pero Sirius lo tomó de la túnica y lo arrastró hasta un salón de clases vacío, con desición—. ¿Qué...?

—Mira Remus. No hemos estado cerca tuyo porque no sabíamos como decirte esto, pero ya estamos listos —le explicó el pelinegro. 

—¿Sí? A ver. Iluminame —le pidió el licantropó, cruzando los brazos sobre su pecho. Aquella pareció ser la respuesta que no esperaba Sirius, ya que perdió un poco su valentía. 

—Sí, Sabrina te dirá —dijo el chico y empujó a la mencionada para adelante. Esta lo miró mal. 

—Bien... Mira Remus, sabemos que tu sufres mucho durante tus transformaciones —el chico se tensó levemente—, y sabemos que estas solo, ya que es peligroso que otro humanoo este junto a ti mientras eres... bueno... ya sabes... Por eso pensamos en una forma de estar junto a ti para poder ayudarte. 

Eso pareció conmover al chico, ya que había apartado su postura de defensa e indiferencia. 

—Apreció sus buenas intenciones, Sabrina, pero que me acompañen durante mis transformaciones es imposible. Los humanos no pueden estar presentes. 

—¿Quién dijo que estariamos allí en forma de humano? —cuestionó la chia, cosa que confundió al chico. 

—No entiendo. 

—Somos animagos, Remus —le dijo Sirius, transformandose en un perro. Sabrina, James y Peter lo imitaron y tomaron su forma animaga. Un perro, una gata, un ciervo y una rata. 

Remus los analizó con asombro, no parecía haber reaccionado hasta luego de que los animagos volvieran a su forma habitual, con sonrisas, esperando la reacción de su amigo. Sin embargo, esta no fue la que esperaban. 

—No —fue lo único que dijo antes de salir de allí, con el rostro pálido. 

—¿No? —cuestionó James una vez que el chico hubiera abandonado la habitación. Sirius se encogio de hombros. 


La noche de luna llena había llegado con rapidez. Luego de la conversación con Remus, ni Peter, ni Sirius, ni James, ni Sabrina lo habían visto al licantropo. Estaban realmente preocupados. 

Los cuatro chicos corrieron escaleras abajo hasta llegar al enorme sause boxeador. Desde allí se podían escuchar claramente los gritos de Remus como hombre lobo. Sabrina pusó una mueca y luego visualizo en su mente su forma de animaga. Y entonces, ya no había adolescentes sino que había cuatro animales: una gata, un perro, un ciervo y una rata. Lograron entrar por el tunel que los dirigía hasta donde estaba Remus. 

A pesar de que el chico rubio no quería que sus amigos lo acompañaran, a la mañana siguiente, él les había agradecido. Las heridas que normalmente se hacía habían sido menos profundas que de costumbre y en menor cantidad. No había sido tan terrible como siempre. Y eso lo agradecía gratamente. 

Ahora sabía que no estaría solo durante sus transformaciones nunca más. 

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〖♡ M I R I D E G R A N G E R ♡〗

𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | Sirius Black | © EN PROCESOWhere stories live. Discover now