𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | ❝ A él le gusta ella, a ella le gusta él, todos los sabemos, excepto ellos. ❞
Sirius Black: Engreido, mujeriego, arrogante, testarudo, casanova, idiota... esas son solo algunas de las palabras con las que Sabrina describ...
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" En la boda pido ser la madrina. "
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BELLATRIX LE SONRIÓ a Sirius sarcásticamente, antes de centrarse en su hermana, comenzando una conversación con ella. Regulus se acercó a Sabrina, que seguía pegada a Sirius, quien no parecía querer soltarla del todo, sabía las cosas que hacía su prima por diversión y ciertamente no era nada bonito. Él tenía un brazo rodeando el pecho de la chica y miraba a su prima mayor con los ojos entrecerrados.
—Bella no es tan mala como piensas —le aseguró Regulus y la chica miró su brazo, el que había sido tomado por Bellatrix unos minutos atras hasta que Sirius la liberó, tenía marcas rojas por la zona y una pequeña abertura, le había clavado las uñas en la piel.
—Sí, sólo esta loca de remate y tortura gente por diversión —murmuró Sirius rodando los ojos disgustado, antes de apartar la vista de la chica pelinegra para mirar a su hermano—. ¿Para que la defiendes si sabes muy bien que no es buena?
—No es buena pero tampoco es mala —Sirius lo miró como si estuviera completamente loco por pensar aquello.
—Si lo que es ella no es ser mala entonces no se lo que es.
Los tres se quedaron en silencio unos segundos, hasta que el menor de los hermanos frunció el ceño al percatarse de algo.
—¿Por qué no sueltas a Sabrina? —preguntó disgustado y Sirius instantaneamente aparto el brazo de alrededor del cuerpo de la chica.
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—¿Puedes creer eso? —exclamó Regulus realmente indignado, mientras se llevaba un pastel que había hecho junto a su prima y su amiga unas horas antes.
—¿Qué hacías durmiendo en el cuarto de Sirius? —preguntó Narcissa sonriendo divertida.
Regulus había hecho un relato extenso a la rubia sobre lo que había pasado esa mañana. Sabrina abrió la boca para defenderse pero no sabía como, así que la volvió a cerrar.
—¿Y tu por qué sonries? —dijo ahora irritado el chico a su prima, quien no borró su sonrisita, mientras miraba a la gryffindor.
—Habla, Sabrina.
—Pues sólo estaba aburrida y no tenía sueño y dio la casualidad de que él tampoco...
—Eso no explica como es que terminaste durmiendo en su cama con una camiseta de él.
Ah, ese detalle. A la noche le había agarrado frío así que Sirius se la dio para que no tuviera que ir a la habitación otra vez y volver.
—Pues nos quedamos viendo estrellas en su balcón y...
—Awwww, vieron estrellas. Eso es romántico —exclamó Narcissa emocionada. Sabrina nunca la había visto así y eso la asustó. Regulus, por su parte, la miro desconcertado por su actitud.
—Deja que termine. Bueno pues me quede dormida y él me cargó a su cama. Sólo eso paso, nada raro y sobre todo nada romántico —hizo enfacias en esa última parte para remarcarselo a la rubia y que lo comprendiera, pero ella seguía mirandola de la misma manera que antes.
—En la boda pido ser la madrina —gritó ella entusiasmada.
—No va a haber ninguna boda y ninguna madrina; no digas tonterías Narcissa —pidió Regulus irritado por las ocurrencias que decía la chica.
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La estación King Cross estaba realmente abarrotada de gente que caminaba o corría de un lado a otro entre saludos y despedidas. Sirius y Sabrina buscaban con la mirada a sus amigos.
—Bueno, que tengan un buen año y espero los resultados de los exámenes —la señora Black les dijo a sus hijos y luego apretujó a Regulus en un abrazo y miró a Sirius con una mueca, él le puso la misma mueca. Luego miró a Sabrina y la abrazó como a Regulus—. Que tengas un bonito año, querida, esperamos que nos visites más seguido. Luego apretujó a Narcissa—. Bellatrix, encargate de que los cuatro entren al tren —le pidio a su sobrina.
Las dos hermanas Black se habían quedado junto a ellos esta última semana.
La pelinegra asintió y todos vieron alejarse al matrimonio.
—Muy bien, ehhh —comenzó ella—. Desaparezcan de mi vista y suban a ese... —pero no pudo acabar cuando un niño se situó al lado de Sirius y comenzó a hablar.
—Hola, Sirius —James saludó a su amigo—. ¿Has visto a los demas? —Sirius negó.
Ambos se quedaron en silencio al notar que Bellatrix se había callado y todos los observaban o al menos los Black y Sabrina. En ese momento Lily Evans pasó justo por delante de ellos y James la miró fijamente con ojos tiernos.
—¿Por qué cada verano que pasa se vuelve más bonita? —Sirius rió fuertemente y le palmeó la espalda al chico de anteojos.
—Jamas te hará caso, James. Buscate a otra mejor —su amigo le pusó una mueca por la poca fé.
—Cuando me esté casando con Lily te voy a recordar esta conversación, además, ¿quién podría ser mejor que mi Lily-flor? Ella es perfecta —eso, sólo hizó que Sirius riera aún más fuerte.
—Sí, sí, como digas, amigo.
Bellatrix carraspeó falsamente, para volver a tener la atención de los presentes. James fue el primero en voltearse a verla con una ceja alzada. Luego miró a Regulus y Narcissa que continuaban mirandolo a él con desagrado y luego a Sabrina, a quién le dedicó una sonrisa.
—Hola, Sabrina —la saludó con la mano.
Sabrina le pusó mala cara. A ella no le caía para nada bien el chico Potter, podía ser amiga de Remus pero sus amigos jamas le caerían bien.
—Muy bien... —habló Bellatrix, llamando la atención de todos—. Como decía, suban a ese tr... —pero nuevamente, fue interrumpida.
Una chica abrazó fuertemente a Sabrina, apretujandola. La castaña no lo esperaba, por lo que tardó unos segundos en corresponder al abrazo de Sophie.
—Te extrañe —exclamó la rubia, separandose del abrazo. Bellatrix gruñó molesta por la interrupción, aunque luego pareció más molesta aún al verle la ropa a la chica. Sophie ya llevaba puesta la túnica de gryffindor.
—¿Por qué tienes el uniforme puesto ya? —cuestionó, extrañada y divertida.
—¿Por qué todos me preguntan lo mismo? —exclamó ella, malhumorada—. Me molesta tener que cambiarme en el compartimento con Luke, Alex y Lucas presentes y no quiero hacer la interminable fila del baño.
