30: Sirius el inexperimentado

811 79 2
                                    

" Es solo otra rubia hueca

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

" Es solo otra rubia hueca. "

˚*✩•°˚*✩•°˚*✩•°˚*✩•°

SABRINA Y ALEX volvieron a la casa del último. Alex caminaba por delante de la chica, con la skate azul cargada en su mano y una sonrisa socorrona en su rostro burlón. Sabrina, por otro lado, iba detrás de él, mirándolo con los ojos entrecerrados y maldiciendolo en todos los idiomas existentes posibles. 

—Admitelo; fue divertido —le dijo el joven mago, volteando a verla sobre su hombro por unos instantes, sin dejar de caminar; para causar una mirada fulminante por parte de la chica, lo que ocaciono que el chico volviera a mirar a delante. 

—Los raspones por mi cuerpo no dicen lo mismo —le espetó ella enfadada, recordando precisamente el momento en el que una pequeña roca se atravezó en su camino, haciendola caer de la skate y ocacionando la risa instantanea de su joven amigo. 

—Pues a mi se me hizo muy divertido. 

—Tu porque no rodaste por ese duro piso de piedra. 

La chica comenzaba a ver a lo lejos la pequeña casa de dos plantas de Alex, con su hermoso jardín de rosas. 

La chica se dedico a apurar el paso, dejándo atrás a Alex, que la llamaba trotando por detrás para que parara; ella lo ignoró rotundamente y se paró delante de la puerta roja escarlata de los Smellie. 

Ciertamente, la casa de dicha familia no era tan grande y glamorosa como la de otras familias miembros de los sagrados 29. 

Los sagrados 29 era un conteo general de todas la familias mágicas con lineaje completamente puro de todo el mundo; el cual sólo lograban integrar 29 familias. Los Smellie eran parte de aquellas familia. 

Normalmente, las casas de estas familias eran enormes, con enormes patios y grandes ventanales; con aspecto a realeza y dinero. Sin embargo, esta casa no era así, era un lugar pequeño con dos plantas, pero tan solo dos habitaciónes en el segundo piso y un sólo baño en toda la casa. No tenía grandes ventanales ni un enorme patio, tampoco tenía aspecto a realeza y dinero, pero aún así era realmente encantadora, el lugar estaba repleto de plantas y los muebles eran color madera que contrastaban muy bien con el blanco de las paredes. La casa era acogedora e incluso conservaba detalles elegantes. 

El chico llegó a ella, tratando de recuperar su respiración. 

La casa estaba alejada de las demás cosas y para llegar a ella había que subir una alta colina a pie y él la tuvo que subir corriendo para alcanzar a Sabrina. 

La castaña le puso mala cara a Alex en cuanto lo vio abrir la boca para decir algo, probablemente una burla de su caida por la sonrisa burlona que aún estaba plasmada en su cara. Sonrisa que se borró al ver los ojos de su amiga clavados tan severamente sobre él. 

𝐔𝐍 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙 | Sirius Black | © EN PROCESOWhere stories live. Discover now