01. Dear first love...

7.4K 463 171
                                    

Los vítores sonaban más fuertes que la misma música dentro del local. Las luces casi no me dejaban observarte; daban de lleno en tu rostro y no podía apreciar tus ojos azules que, esperaba, me encontraran entre la multitud. Pero incluso si no podía verte bien, ni tú a mí, quería que supieras que estaba ahí. Sabía que a pesar de que dijiste que no querías que asistiera al concierto, esperabas que fuese a escucharte cantar otra vez.

¿Realmente creías que no asistiría? Conocía cada uno de esos poemas que convertiste en canciones, conocía cada uno de tus versos. Era casi como cerrar un ciclo escucharlos llegar a más personas de las que alguna vez imaginaste.

La música, la canción que salía de tus labios, llenaba todo el lugar, y no importaba si no era el único que te escuchaba, sentí que estábamos solos y que cantabas para mí. Me seguías buscando entre la multitud, ¿no es así? No tan seguro de que estuviera ahí, pero en el fondo sabías que te estaba observando en absoluto silencio y sin pestañear, sin poder apartar la mirada.

Como todos aquellos que estaban a mi alrededor, también quise gritar, pero mis labios no se abrieron. Solo podía observarte, allá arriba cumpliendo parte de un sueño que no sabías que tenías, rodeado de tantas personas que se preocupaban genuinamente por ti. Que se sentían felices por ti.

Yo también, aunque no lo creyeras, yo también...

Oye, Chuuya, ¿recuerdas ese día? Ese último día de nuestra adolescencia, dos días antes de que decidiera dejarte. No puedo decir que me arrepienta, no creo que alguna vez lo haga. Llámame cruel e injusto, pero fue lo que necesitábamos.

Tenía diecisiete años, tú dieciocho. Mi cumpleaños sería en tres días, parecíamos tan cerca de alcanzar la salida a esa vida que llevábamos. Y lo haríamos, pero no al mismo tiempo. 

La música estuvo sonando tan fuerte, acabábamos de tener sexo y no podía respirar. No estaba bien lo que hacíamos, pero lo necesitábamos para olvidarnos de todo. El mundo era realmente un lugar doloroso, aún lo es, pero ya estamos más acostumbrados a vivir en él; resignados a la idea de que poco podemos hacer para cambiarlo, o cambiarnos a nosotros mismos.

La canción que sonó en ese momento, aquella que bloqueaba el sonido de tu agitada respiración, retumbaba contra las paredes con tanta fuerza. Realmente me dolía la cabeza, pero sabía que habías subido el volumen para que nadie escuchara nuestros gemidos, ni los vecinos, ni tu madre en la cocina que fingía no saber lo que hacíamos, ni tu padre si es que llegaba a casa antes de que me marchara. Ese hombre realmente me odiaba, sé que jamás me perdonará que haya "ensuciado" a su único hijo, pero tampoco lamento haberlo hecho. Sé que fui y siempre seré la peor influencia con la cual te toparás en toda tu vida.

Recuerdo que me quedé mirando tu rostro. Tu cara estaba sonrosada, tu piel brillante por el sudor, aún conservabas esa expresión post orgasmo que me encantaba, pero, a pesar de que tenías los ojos abiertos, no me observabas. La música seguía sonando, la voz del cantante me estresaba, la estrofa "You're a monster from hell" se repetía una y otra vez, y no sabía si aquella frase me estaba señalando a mí o a ti.

Tal vez era para ambos. 

El sonido me molestaba. Me dolía la cabeza y decidí apoyarme en tu pecho. Recuerdo que intenté bloquear el ruido de esa forma, pero el estribillo continuaba y era insoportable. Señaló mis defectos, señaló aquello que desesperadamente intenté borrar: mi verdadero ser.

You're a monster...

You're a monster...

You're a monster...

―Odio esa canción ―me quejé ese último día.

Leave the kiss for later [SKK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora