I: Leave the kiss for later

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Alguna vez conoció a un chico que escribía poesía. Fue durante su primer día en la nueva secundaria, recordó. Sus padres le enviaron a esa escuela después de haber sido expulsado de la anterior a solo tres meses del inicio de clases. Podían pagarle tutores privados, pero no lo querían en casa. Era más fácil enviarlo a una buena o mala escuela y olvidarse de su existencia por un par de horas, o al menos hasta que fueran llamados y recibieran las quejas de cualquier cosa que Dazai hubiese hecho.

¿Esparcir rumores y producir conflictos entre los alumnos? Era fácil. ¿Robar las respuestas de un examen y luego inculpar a otro? Lo había hecho una decena de veces. ¿Vender esas respuestas y no ser descubierto? Una centena. Y lo mejor, o lo peor, era que si bien todos sabían quién era el responsable, no tenían pruebas. No había forma de inculparlo, el director solo podía llamar a sus padres y esperar que estos corrigieran su actitud o le hiciesen admitir todo. Pero a ellos nunca les importó. Al final de cuentas, la escuela anterior logró expulsarlo solo porque así lo quiso. Se dejó atrapar vendiendo las respuestas de uno de los exámenes, esperando una reacción, una palabra, algo...

Pero no importaba lo que hiciese, sus padres seguían sin mirarlo.

"No me importa si vives o mueres, solo deja de molestarnos y vete", le había dicho su madre ese día, el primer día en su nueva escuela, esa misma mañana. Y realmente había estado dispuesto a cumplirlo, recordó. Buscó la oportunidad de escabullirse hasta la azotea de su nueva escuela y dejar una buena primera impresión en forma de su sangre en el piso. Pero mientras subía las escaleras, mientras caminaba por los rincones más solitarios, se encontró a ese chico pelirrojo escribiendo poesía.

Y ese chico lo notó. Por primera vez en mucho tiempo, o en toda su vida, alguien lo notó.

Pero no fue suficiente. Ni esa atención, ni esos sentimentales poemas, tampoco ese juvenil amor que surgió. No eran lo que necesitaban en ese momento, y no dudó en dejarlo atrás, pero había días en que debía regresar obligatoriamente a la lírica y, entre el desinterés y el aburrimiento, se preguntaba: ¿Qué había sucedido con...?

¡Achú!

Las miradas de casi todos los alumnos dentro del auditorio dieron la vuelta, incluyendo la del expositor de la charla, y se fijaron en Dazai. Con el rostro tranquilo, ligeramente entretenido por el pánico posterior que viviría su kohai, apuntó al muchacho de blanco cabello a su lado, señalando sin pena ni compasión al verdadero autor de la interrupción.

―¡Lo siento! ―exclamó el albino, inmediatamente volviendo a disculparse por el volumen de su voz―. Lo siento, lo siento, uhm... continúe, por favor.

El expositor de la charla asintió, incluso desde la distancia se podía apreciar su molestia por la involuntaria interrupción, pero el hombre frente a la multitud de estudiantes de literatura retomó el tema. Poco a poco, la atención de los alumnos abandonó al avergonzado albino, volvieron la mirada al frente y Atsushi se permitió respirar. Sin embargo, Dazai se esforzaba por desaparecer la burlona sonrisa que quería tan desesperadamente extender por sus labios.

―No es gracioso... ―murmuró Atsushi, casi susurrando y mirando con recelo al hombre junto a él.

―Nunca dije que me pareciera gracioso ―se excusó, manteniendo la voz baja―. Fue como el estornudo de un gatito. Ah, ojalá lo hubiese grabado.

Senpai...

―Shhh, volverán a llamarte la atención, Atsushi, además la charla sobre poesía europea es tan interesante ―suspiró, apoyando por completo su peso contra el respaldo del asiento y casi dejando su cuerpo resbalar de la silla―. No me inscribí en literatura para esto, ¿crees que me pueda escapar?

Leave the kiss for later [SKK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora