XXIII: I know now, this is who I really am

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Dazai estaba seguro de que él producía más malestar en la gente, que la gente en él. Sin embargo, existía un número selecto de personas que le hacían sentir ansioso con solo escuchar su apellido. Siempre fue así, se dijo a sí mismo, mientras cruzaba las largas calles y buscaba aquel restaurante que su tía le había señalado esa mañana. 

Desde pequeño, se le enseñó a anhelar el reconocimiento y la atención de aquella parte de su "familia", pero al no obtenerla ni nunca ser suficiente, no hizo más que dejarle con una ansiedad y decepción de la cual solo después de dejar Yokohama logró deshacerse.

Pero el malestar físico que sentía cada vez que escuchaba o nombraba el apellido Tsushima, seguía en él. Era más una respuesta involuntaria que nada, expresada a través de una sensación de náuseas acompañada con un tenue dolor estomacal.

¿Por qué seguía reaccionando así? Ya no era un maldito niño, ya había vivido cosas peores que solo ser renegado por esa familia que nunca le dio nada. Nada más que estrés y ansiedad, pensó, y tal vez se debía a que la situación implicaba directamente a su padre.

Y si Dazai le temía a algo, era a su padre. Incluso si solo mencionaban su nombre, con solo pensar en él, se estremecía de pies a cabeza.

Aunque la última vez que vio a esa mujer fue a los doce años, ella ciertamente no había cambiado. En aquella mesa en el exterior del restaurante donde pidió verlo, Tsushima Hana estaba sentada con ese mismo aire de elegancia y melancolía con el cual Dazai la recordaba. Diez años no hicieron un gran cambio en ella, notó el moreno mientras se acercaba. 

Su rostro seguía siendo el mismo, con unas arrugas más marcadas en el borde de sus labios nada más. El pelo oscuro, teñido para disimular las canas que comenzaron a brotar a los treinta y nueve años. Ella era la menor de los hermanos, siendo su padre el mayor, y este casi estaba bordeando los cincuenta, recordó Dazai. Aunque hace mucho que había olvidado cuál era la edad exacta de su padre, supuso que Hana debía tener más o menos cuarenta y cinco años, ya que la diferencia entre ella y sus hermanos mayores no era mucha.

De todas formas, se conservaba bien, y de entre todos sus familiares, ella siempre fue la que le agradó más. Nunca habló mal de su madre, aunque sabía que la odiaba, ni tampoco le recordaba a Dazai lo mucho que se parecía a ella. No era cariñosa ni atenta con él, pero le dejaba existir. Cuando era niño, a veces, lo miraba con lástima, como si supiera qué clase de atrocidades su hermano mayor era capaz de realizar con tal de aleccionar a su único hijo, pero nunca hizo nada para acercarse a él. No eran tía y sobrino, no había un lazo entre ellos en el cual confiar, solo estaban ligados por la sangre.

―¿Llevas esperando mucho tiempo? ―preguntó Dazai cuando se acercó a la mesa, hablando como si la mujer ahí no fuera nada más que una desconocida y esa fuese su primera reunión.

Bueno, ciertamente pensarse como desconocidos no estaba tan lejos de la realidad, pensó el moreno. Sería mucho más fantasioso considerarse "familia".

Mientras rodeaba la mesa y se acercaba a la silla vacía, por el rabillo del ojo notó que Hana lo observaba de pies a cabeza. Sabía que no todas las mujeres mayores que él le miraban como si fuese un pedazo de carne a degustar, y creyó que había superado esa repulsión cuando era observado, pero tal parece que aún conservaba un poco de eso. Al igual que la ansiedad que le producía esa parte de su sangre. Las náuseas aumentaban, su estómago se retorcía, pero estaba tan acostumbrado a fingir estar bien y mantener una máscara de tranquilidad frente a todos aquellos que podían hacerle daño, que logró evitar que el pánico se apoderara de su cuerpo.

―¿Por qué me observas tanto? ―preguntó con una felicidad y diversión fingida―. ¿Tanto cambié?

Su tía solo asintió. Sus ojos se detuvieron en su rostro, en el color de los iris que era la más clara señal de su herencia, y luego bajó la mirada, posándola en los platos perfectamente servidos frente a ella y su sobrino que no se veían apetitosos.

Leave the kiss for later [SKK]Where stories live. Discover now