Negocios y Espadas

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Negocios y Espadas


—No creo que sea buena idea… —dijo Drake rascándose su enmarañada barba.

—Vamos, Drake —habló Nox—. ¿Dónde quedó el hombre valiente que condujo el barco magno y rescató a todos?

—Eso fue diferente… no tuve que enfrentarme con ningún capitán Magno.

—Es cierto —dijo Silver de pie con la cabeza gacha—. Pero peor es enfrentarlos ahora, no hay mejores opciones.

—Sí, sí, eso lo sé —le respondió Drake—. Pero de todas formas… todo esto me da mala espina.

—La hora se acerca, pronto el Capitán vendrá —tomó la palabra Evan, que se había vestido con una ligera armadura por debajo de un abrigo largo y negro—. Le he dicho a un Magno que se encontraba caminando por el muelle, que quería hablar con el capitán Kelec, pareció dudar un instante, pero luego dio media vuelta y corrió hacia alguna parte.

—¿Cómo se lo has dicho? ¿Hablas Magno? —preguntó Drake.

—No, Silver me ha escrito una nota y esa misma se la entregué al Magno.

—Es cierto —agregó Silver—. Pensé que si Kelec había hablado con Evan, Evan debía de llamarlo a él. Siento que de esa manera se manejan los códigos entre capitanes.

—Claro —dijo Nox mientras sonreía—. Claro, claro, he vivido mucho de esos códigos en esta isla, por supuesto yo no seguí ninguno, sino que he visto entre los soldados que algunos poseían más… ¿Cómo se dice? Más relevancia, como algún tipo de título superior y que, a su vez, había otros soldados, que eran superiores a ese y así sucesivamente. Creo que el soldado con un título más relevante, es aquel Kelec, capitán de los Mangos.

—¿Entonces los soldados harán los que Kelec diga? —preguntó Drake, que parecía intranquilo.

—Así es, aunque las circunstancias están un poco diferente de lo normal, si me entiendes.

Drake no entendió, pero de igual forma asintió y guardó silencio.

Los cuatro hombres permanecieron en silencio un tiempo más, se encontraban en la cabaña de Evan, dónde el Magno llamado Kelec había decidido visitarlo hace dos días. Estaban sentados, salvó Silver, que permanecía de pie, impaciente; esparcidos en torno a una chimenea encendida que brillaba con desdén y calentaba el recinto.

—Ya va siendo hora, alerta, pueden llegar en cualquier moment… —decía Evan antes de que un débil golpeteo llamará su atención.

Silver se dirigió a la puerta. Lo que vio tras abrirla, lo desconcertó.

—Buenas noches, soy… soy el traductor del capitán Kelec. Traigo un mensaje para Evan Anubis.

—Ya sé quién eres, habla y no vaciles, no soy un hombre con el que se puede jugar —le dijo clavándole su oscura mirada al delgado y temeroso joven.

—Entiendo, entiendo, señor. El capitán Kelec me ha dicho que la primera reunión, entre Evan Anubis y él, tomó lugar en esta cabaña, por lo que el señor Kelec sugiere que esta nueva reunión sean en su morada. Para ser justos.

Silver, de rostro contorsionado y de malhumor, observó al chico, alto, delgado y de cabellos revueltos y una mirada triste. No pudo evitar recordar a Tom y fue esto lo que le impidió responderle, en cambio, dijo:

Acuerdos y Maldiciones - Saga "Los Privilegiados II"Where stories live. Discover now