Los diez jóvenes

56 13 29
                                    

Los diez jóvenes


Ya había pasado varias horas desde que Evan y el pelotón de diez hombres trazaran rumbo hacia el páramo de Joseph. Aún restaba algún tiempo para que la tarde llegase, por lo que no amainaron el paso, caminaron sin detenerse costeando las aguas del golfo. Si bien esto tenía un solo motivo, el mismo era de gran importancia, puesto que la zona por dónde moraban era árida y de escasa vegetación, poco podían hacer para evitar ser vistos desde lejos. Fue por ello, que ante tal riego, decidieron avanzar por la costa, ya que al lado derecho se encontraba el inmenso golfo y del lado izquierdo, se aglomeraban densas y altas dunas de arena y se extendían paralelamente a lo largo de la costa hasta perderse de la vista.

Estas dunas, de una arena blanquecina y seca, les servían de gran protección, pues los ocultaba de los ojos Superiores, si bien, en ciertos sectores en dónde las dunas eran bajas o se detenían para comenzar más adelante, eran visibles, no contaban con mejores opciones, por lo que tenían que continuar y tener cuidado.

El clima ya era frío en aquellos parajes, no obstante, permanecer largas horas cerca del constante oleaje del agua a su derecha, provocaba que un viento helado soplara en torno a ellos. Por lo que debían de no solo soportar el caminar lento y difícil del terreno arenoso, sino también hacerle frente al clima frío, que los amedrentaba con agua y arena.

Mientras avanzaban, el séquito de hombre traspiraba esfuerzo y, cada cierto tiempo, el terreno irregular provocaba que más de uno tropezara y cayera al suelo, todos contaban con esta suerte, todos a excepción de Evan, que permanecía recto, sin vacilar, en la cabeza del grupo. Muchas veces volteaba y analizaba cada rostro que lo seguía, intentaba adivinar cuan casado se encontraban y en qué punto debía de elegir detenerse y recuperar fuerzas. Sabía que durante el día lo mejor sería descansar y avanzar en la noche, para disminuir el riesgo de ser vistos. No obstante, era muy peligroso descansar en pleno día en aquella situación, puesto que no contaban con un buen refugio lo suficientemente oculto para evitar la amenaza latente que significaban aquellas tierras, por lo que se encontraban obligados a caminar bajo el sol gélido y descansar bajo la protección de la oscuridad.

Evan, no sabía cuánto habían avanzado, pero de algo estaba seguro, lo hacían a un buen ritmo, puesto que Wakmar, la gran isla en el centro del golfo, se encontraba muy diminuta, perdida por algún lugar del este. Esto lo animó y le hizo sentir que todo estaba saliendo bien, aunque el temor y los nervios lo inducían a un estado de alerta constante, que a la larga resultaba muy agotador.

Continuaron algún tiempo más y con él, Wakmar dejó de ser visible y la tarde comenzó a ganarle la batalla al día. La luna, visible hacía horas, comenzaba a alumbrar los terrenos amarillos y pálidos del paisaje, mientras que la luz, aún recia de abandonar del todo su puesto, retenía la densa oscuridad que amenazaba con devorarlo todo.

—¡Alto! —anunció Evan alzando un brazo al aire—. Se aproxima la noche y amenaza con ser fría, aconsejó encender el fuego ahora, que aún hay un poco de luz, y luego descansar hasta que el alba esté próximo.

En aquella decisión de Evan se enfrentaron varios aspectos, pero el que declinó la balanza había sido uno muy peculiar, pues, al voltear y analizar el cansancio a sus espaldas, noto que no solo los hombres estaban exhaustos, sino también que el caballo, aquella bestia fuerte, esbelta y de un pelaje opaco; en la retaguardia, parecía necesitar agua y un buen descanso para volver a la marcha. Evan entendía, si acaso todo saldría mal, el caballo debía de poseer cierta fortaleza extra para, al menos, salvar a tres hombres y que ellos dieran las malas noticias allá en Wakmar, tal vez era una idea algo arriesgada y muy difícil de llevar acabó, pero no soportaba pensar que por culpa de aquel viaje, los hombres que lo seguían con fe ciega en él, muriesen y que nadie en Wakmar lo supiera. 

Acuerdos y Maldiciones - Saga "Los Privilegiados II"Where stories live. Discover now