Fyodor, El Jefe

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Fyodor, El Jefe


El recorrido de Evan comenzó rápido y escurridizo, pues el camino, rodeado de árboles y densa vegetación, lo obligaron a dar giros y tomar senderos por dónde el caballo podría cabalga a gusto y con soltura. Si bien este no se quejaba y se esforzaba con ánimos para cumplir su tarea, Evan sabía que aquella bestia se había ganado un buen descanso y recompensa.

Cabalgaba por un pasadizo verdoso, en dónde los robles altos y gruesos flanqueaban, como si el bosque les diese la bienvenida, sin embargo, este bello pasadizo duró poco tiempo y pronto volvieron a surgir pinos y frondosos arbustos que dificultaban el andar. No obstante, no vacilaron y siguieron a toda velocidad. Pronto la noche lo inundó todo y la luz de luna apenas llegaba al suelo irregular del bosque, Evan era consiente de que el tiempo era escaso y que debía de llegar al páramo de Joseph lo más rápido posible, no conocía bien su dirección, pero sabía que se encontraba no muy lejos del lago de cristal, por lo que cabalgaron flanqueando la costa del río, si bien esto presentaba varias complicaciones, puesto que no lograban avanzar a causa de la vegetación, que no daba el brazo a torcer, y por ende muchas veces tuvieron que introducciones al bosque, rodear la zona y no salir en mucho tiempo. Es por ello, que pasadas dos horas, Evan se percató que se encontraba muy lejos del lago y, sumado a su desorientación y cansancio, el caballo se detuvo.

—¿Qué pasa, amigo? —le dijo Evan a su caballo—. ¿Estás exhausto?

El caballo resopló mientras agitaba la cabeza hacia los lados. En ese momento Evan decidió descansar un poco, se apeó del caballo y escrutó la noche que lo rodeaba, intentando ver algo a través de los árboles, pero nada vio y un desasosiego pasó por su mente, sin embargo, mientras su bestia descansaba, decidió estudiar el perímetro.

Caminó hasta la pared compuesta de árboles aglomerados, que se encontraba a unos treinta metros y luego, al comprobar que nada podría atravesarla, volteó hacia la derecha y continúo algunos metros más mientras estudiaba la amplia pared. Parecía algo extraño, pues los troncos de los árboles se encontraban entrelazados y funcionado entre sí para crear un muro natural y, en aquel instante, mientras se encontraba estudiando maravillado y sorprendido aquella muralla natural, se percató que la misma no lo era en absoluto. Puesto que tras pensar unos segundos y analizar con detalle diversas uniones y sectores de los troncos que conformaban a la muralla, entendió que todo aquello había sido provocado con la ayuda de la habilidad Control de un privilegiado. Esto lo animó, pues recordó que el Páramo de Joseph presentaba una abundante vegetación alrededor y solo dejaba ingresar por un solo lado. Sabiendo esto, corrió flanqueando el muro con el fin de llegar al la entrada.

Tras algunos minutos, la alcanzó, sin embargo, aquella entrada se mostraba muy diferente de lo que recordaba. Pues, si bien la oscuridad embargaba el ambiente, logró percibir el sendero de roca que se adentraba hacia el páramo, diversas lámparas apagadas flanqueaban el camino y al final, se lograba ver un claro con algunas tiendas y una alta torre en el centro, que cumplía la función de cabaña y atalaya a la vez. Enseguida se percató que aquel sitio no era su objetivo y que debía de huir de allí pronto, pues si bien el lugar parecía deshabitado, correr riesgos innecesarios no formaba parte de sus planes.

Corrió lo mejor que pudo devuelta a su semental, por suerte lo observó allí, con la mirada brillándole a los lados del rostro, aquella mirada decía lo preparado que estaba y Evan no dudó en montar y ponerse de nuevo en marcha.

Antes de correr lo más rápido posible que el paisaje le permitía, hizo una pequeña marca que él solía colocar en diferentes sitios para orientarse en terrenos desconocidos. Mientras el caballo seguía las indicaciones del joven, este no pudo evitar pensar que clase de lugar era aquel, cuántos había allí en el bosque y para qué servían, fue en aquel instante que un recuerdo le vino a la mente: Los primeros días luego de huir de La Gran Capital, se había despertado temprano y había estudiado la cabaña de Joseph, en eso, Elijah lo había interrumpido y, mientras debatían, Minos irrumpió entre ellos y luego de varios comentarios desagradables típicos de él, acabaron envueltos en una discusión en la cual Evan oyó como los jóvenes hablaban sobre sitios en donde los inferiores de la capital eran llevados al bosque para recolectar materiales cuando los mismos escaseaban y aún resta a tiempo para llevar a cabo las recolecciones correspondientes. Por lo que Evan supuso que aquel sitio se traba de aquellas zonas en dónde los esclavos eran llevados ocasionalmente por los privilegiados.

Acuerdos y Maldiciones - Saga "Los Privilegiados II"Where stories live. Discover now