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Dedicaciones para its_lachama y lulubookssra_ ❤️

Cuando salimos de la poco densa selva que cubría el camino a las cabañas, no tardé nada en ver a los que faltaban del grupo FijiSOS, reunidos en torno a un grupo de piedras cerca de la orilla de la playa.

Entre ellos, se distinguían dos grupos: los que estaban vestidos todos fitness, como si fueran a correr el tour de Francia en vez de pasear en bicicleta, que eran Calum, Michael, Crystal y Fiorella; y los que se habían puesto lo primerito que consiguieron, que eran Ashton, Luke y Roy. Los hubieran contratado para una campaña de Adidas basada en la incluslividad —bajo el lema, "Fancy o caja fuerte, todos podemos ser amigos. Viste Adidas"— si no fuera por la cara de ladillados que tenían. Lo peor es que yo ahí burlándome y segurito era mi culpa por andarlos haciendo esperar. Ups.

El primero en vernos llegar a la distancia fue Caldo... digo, Calum Hood, el bajista de 5SOS que, según Bárbara, si te lo comías caliente y con fideos, te quitaba la gripe rapidito. Ni cubitos Maggi, pues.

Calum alzó sus oscuras cejas, perfectamente visibles a la distancia, haciendo como que chequeaba el reloj imaginario en su muñeca para luego mirarnos con fingida decepción, negando con la cabeza.

Sin parar el trote, mi hermana le respondió señalándome a mí, acusándome descaradamente con la mamá de Kiko. Yo abrí la boca con sorpresa e indignación, haciéndome la loca como que no había sido culpa mía que llegáramos tarde.

Al ver a Calum comunicándose de forma no verbal con alguien, los demás se giraron para encontrarse con que éramos nosotras. Así, se nos quedaron viendo mientras nos acercábamos, algunos con alivio y otros con una decepción calumnesca.

Bárbara no tardó en apuntar las críticas que emitían con sus miradas a mí, la falsa esa, y yo no pude hacer más que negar sus afirmaciones.

—¿Qué pasó? ¿Se te pegaron las sábanas? —Michael preguntó cuando llegamos a la roca, alzando la barbilla hacia mí.

Apenas dijo eso, Mike volteó a ver a Fiorella, que levantó su pulgar en dirección al peliloco con cara de orgullo, felicitándolo por la expresión venezolana que había usado, y que acababa de pasarlo al nivel dos de Ranchilingo.

—Ustedes, mamaguevos, que anoche me emborracharon y pretendían que me parara a las cinco de la mañana como si fuera a abrir el colegio —repliqué, cruzándome de brazos y dedicándole una mirada severa.

—Sí, ella lo dice como si la hubiéramos obligado a beberse media botella —se metió Roy, más cizañero que el coño, gozando un puyero con la vaina.

—Ultimadamente —declaré cuando todos se rieron, imagino que acordándose de algo que yo por supuesto había borrado del cassette—, esto es culpa de Luke.

—¿Yo? ¿Por qué? —Se llevó las manos al pecho, confundido a la vez que ofendido de que le estuviera echando el carro de mierda tan gratuitamente.

—Porque sabías que acababa de tragar vino parejo y me dejaste mezclar —le expliqué, levantando la barbilla pose minion arrechita.

—Primero, que te advertí, varias veces —defendió su vaina, con más diversión que enfado ante mis acusaciones—, pero insististe en que "aguantabas eso y más". —Me copió, poniendo la voz más aguda y haciendo unas muecas con los ojos que aunque me provocó meterle un coñazo sabía que me representaban demasiado—. Y segundo —volvió a su tono de voz normal— que todos mezclamos y precisamente la única que no aguantó fuiste tú.

Reminiscencia | QPCL2Where stories live. Discover now