El próximo cap ponemos 3 dedicaciones na' más, y si hacemos la activación subimos a 4 otra vez
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@Pitufo, no te hagas el loco que esa era la nuestra
Ya, pues
Mi yo del 2016 los deja leer tranquilos
Como te decía, no supe más de Aleisha hasta el verano de 2019.
Resulta que Ashton, quien para ese entonces acababa de cortar relaciones con una tal Fiorella Casas que te debe sonar de algo, decidió tomarse unas vacaciones en Australia para despejarse un poco y estar con la familia antes de empezar a grabar el siguiente álbum y volver al ajetreo de siempre. Y como digamos que yo estaba un poco bastante deprimido todavía por lo de la innombrable, más al haberme enterado de todo lo que había pasado —desde lo de los cuernos con el mexicano hasta lo de la negociación con Sierra—, Ashton me obligó a ir con él.
Al comienzo para mí fue humillante, horrible, ¿sabes? Escuchar cómo en cada reunión familiar todos te preguntan por la novia de la que tanto han oído hablar, y tener que poner mil excusas porque en el fondo aún crees que en cualquier momento te va a buscar y todo se va a resolver, y no quieres que tu gente piense mal de ella... Me hace sentir como un imbécil saber que estuve meses esperando la llamada de alguien que nunca llegó, que dejé de hacer tantas cosas por estar echado en mi cama todo el día pensando en qué momento se había ido todo a la mierda. Estaba destrozado.
Dándose cuenta, mi mamá me obligó a quedarme en su casa, que antes también había sido mía y de mis hermanos, durante el resto de las vacaciones.
Al comienzo no entendía a dónde quería llegar con eso, pero poco a poco, volviendo a dormir en mi antigua habitación, ayudando en las tareas del hogar y simplemente conviviendo a diario con mi familia, volví a encontrarme a mí mismo. No te voy a decir que fue fácil, pero lo conseguí, y estoy orgulloso de ello.
En fin. La cosa es que un día, cuando ya no me quedaba mucho para volver a Los Ángeles sintiéndome entonces mil veces mejor que cuando me había ido, a mi mamá se le ocurrió la maravillosa idea de dejarme solo en casa mientras papá trabajaba y ella iba a hacer unos recados al centro de la ciudad. Me dejó una lista de quehaceres más larga que la de útiles escolares de primaria, y como yo soy yo lo dejé para último minuto. De todas maneras logré terminarlo todo a tiempo, o eso creí hasta que mamá Liz llamó preguntando si había puesto a descongelar el pollo y había regado el patio, añadiendo también que le faltaban sólo diez minutos para llegar a casa. A mí, como por supuesto se me habían olvidado esos detallitos, me tocó prender el turbo y hacer una Monster High Fusion volviéndome un híbrido entre Ken cocinero y Ken jardinero. Así, mientras metía el pollo en el microondas y lo ponía a descongelar, fui corriendo hasta el jardín, busqué la manguera y me puse a regar.
