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Dedicaciones para UnsaidClau , its_lachama , lulubookssra_ y cvpidme ❤️

Un poquito más tarde, pero lo prometido es deuda

Bueno, pues no había terminado de inclinarme hacia abajo cuando...

—¡Mierda! —escuché exclamar a alguien a mis espaldas, y cuando giré levemente la cabeza para ver de quién se trataba y supe que era él, justo él... No se supo más de mí.

Tuve poco más de un segundo para verlo antes de ser consciente de mi desnudez y caerme de culo como la propia pajua, presa del pánico. Pero ese segundo había sido suficiente para darme cuenta de que no era la única vestida con el mismo traje con el que se nace, y tampoco era la única que había cometido una torpeza, pues a él se le habían caído los potes que —igual que yo— llevaba, del susto.

Ignoré el cabezazo que me había dado con la perilla cuando me caí, que había sonado durísimo de paso, y, sin levantarme del suelo en el que había salido a parar, me reincorporé, sentándome y abrazándome las rodillas para cubrir mi cuerpo desnudo y vulnerable.

Luego levanté la mirada y vi que no tenía de qué preocuparme, pues Luke se había dado la vuelta, encontrándose de espaldas a mí. Había escogido taparse el amigo en vez del culo, dejándose las nalgas al aire, con lo que tuve que ser yo la que entonces volteara para no verlas. No se fuera a desgastar esa obra de arte.

—¿Estás bien? —me preguntó pasado el momento de trance inicial. Tardé en entender a lo que refería, hasta que el agudo dolor que se hacía cada vez más presente en la parte trasera de mi cabeza, hizo que cayera en la vaina.

—Sí —respondí, con una aceleración en la voz que ni tú entendiste, ni yo entendí, ni nadie entendió. Una gente nerviosa, una gente full pena—. ¿Tú?

¡Pero si él no se golpeó!, me reclamó mi subconsciente. ¿Para qué le preguntas cómo está? ¿Eres gafa?

Verga, qué pajua. De pana que cada día me sorprendía más a mí misma.

—Yo, bien —respondió el otro, normal, como si nos acabáramos de dar los buenos días.

Hola, licenciado, ¿cómo está? Desnudo, licenciada, ¿usted?

¿Qué hace este carajo aquí?, me pregunté. Después me acordé del peo del agua, y me imaginé que esa sería la razón. Que yo supiera, Luke se bañaba de noche también, casi siempre, y yo no había tomado eso en cuenta cuando se me ocurrió la maravillosa idea de irme a desnudar pa' allá. A él, que por lo que parecía había tenido la misma idea ganadora de Nobel, tampoco se le había pasado por la cabeza que yo fuera a estar ahí. Pajuo vs. Pajuo.

—Lo siento, yo... no sabía que estabas aquí —balbuceó, con una voz medio temblorosa que por un momento quise atribuir a que estaba tan nervioso como yo, hasta que recordé el frío que hacía, que en mí había perdido su efecto gracias al agua caliente de la ducha—. En mi cabaña no hay agua y...

—Sí, en la mía tampoco —me apresuré en decir, hablando como si tuviera un traki traki en la lengua, como pa' que no se notara que tenía esos nervios a flor de piel. Es que yo de pana...—. Me acordé de lo del grifo de la cocina, y por eso...

Reminiscencia | QPCL2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora