SESENTA Y CINCO

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–Muchachos, que gusto me da verlos. Adelante, los estaba esperando.

Al terminar la última clase corrimos sin parar. Llegamos jadeando hasta el salón de la señorita Ventura quien siempre nos recibe agradablemente.

Daniel acerca dos sillas hacia el escritorio.

–Por favor, dígame que descubrió algo –suplico ansiosa tomando asiento.

Ella sonríe ampliamente mientras revisa entre sus papeles.

–Creo que esto te gustará.

Me extiende una hoja tamaño oficio, es la imagen de una foto ampliada. La tomo y comienzo a leer, es un registro de matrimonio fechado en 1955, entre un tal Fernando de la Garza y una María. No se aprecia mucho, desafortunadamente hay una gran mancha de humedad que ha corrido la tinta imposibilitando la lectura clara del documento. Gran parte de la información se ha perdido, entre la cual están los apellidos de la mujer. Empiezo a sentirme un poco triste pero continúo leyendo, tratando de descifrar el resto del escrito... Al finalizar la lectura veo la firma del sacerdote que realizó la unión: Alejandro Corona.

–Oh, por Dios –exclamo emocionada.

La maestra me mira con curiosidad.

– ¿Qué encontraste? –Pregunta Daniel acercándose más.

–E... Es que no estoy segura, pero creo que sí es mi María.

Los miro a ambos como queriendo que me confirmen lo que les acabo de decir.

–No se leen muy bien los apellidos –se disculpa la maestra–, pero mi amiga trató de descifrar algo del documento original y según ella parece que el nombre de la novia es: "María García Corona".

La miro dubitativa. Yo busco a una María Corona Herrera, que realmente debería llamarse María Herrera Herrera... ¿Por qué no podría ser también María García Corona?

Uff, esto es en verdad confuso.

–Realmente no tengo muchas dudas en cuanto a que sea ella –asiento la hoja sobre el escritorio y señalo la firma de Alejandro–. Este sacerdote que concretó la unión, este señor Alejandro Corona Sánchez, es su padre... adoptivo, por así decirlo, pero es su papá.

–Vaya, qué interesante –exclama la maestra.

–Sí, su nombre figura en el registro de nacimiento de María como su padre y ahora aparece en el de matrimonio... pero como sacerdote.

–Dame un segundo, mi amiga me mandó más imágenes del libro por si las necesitábamos. Déjame revisarlas.

Daniel no se ha movido de la silla pero me mira expectante, se juega nervioso las manos y sonríe tímidamente.

–Aquí están.

Las observamos juntas por unos segundos.

–Vaya, Ana, puede que tengas razón. Ese sacerdote no firmó en ningún otro matrimonio... mas que en este.

Estoy realmente emocionada, las lágrimas amenazan con salir y me acerco para abrazar fuertemente a la señorita Ventura.

–Muchas gracias, de verdad. No sabe lo mucho que me ha ayudado.

–Lo hago con gusto, en lo que pueda serte útil, lo seré. Ahora tienes un nuevo camino por recorrer, mantenme al tanto si necesitas algo más.

Nos guiña un ojo amistosamente, realmente amo a esa mujer.

*

Acompaño a Ana después de clases, está sumamente emocionada. Todo el camino ha hablado sobre las nuevas posibilidades, lo feliz que se siente y sí, está rebosando de alegría. Me da gusto verla así, emana su brillo por donde quiera que pasa.

¿Quién eres?Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz