QUINCE

461 83 23
                                    

Tiempo actual

Le tomé la palabra a la señorita Ventura. Dejé mi investigación de lado por un momento y me centré en ayudar a alguien más. No fue muy complicado elegir a quién ayudar, solo tuve que sentarme a observar un rato.

De entre todos mis compañeros elegí a un chico que no tiene nada más que el nombre de sus padres en su árbol genealógico. Pobrecito. Es una tarea un poco complicada pero afortunadamente sus abuelos siguen con vida, así que en una visita podrá conseguir cuatro generaciones que le darán la nota aprobatoria, siempre y cuando encontremos los registros para avalar los datos que obtengamos. Demasiado fácil para mí, una gran proeza para él.

Su nombre es Daniel.

Tiene la misma edad que yo, solo es mayor por unos cuantos meses. Cabello negro, muy negro, pareciera que lo trae pintado. Ojos cafés medianos, nariz graciosa. Un chico común. Distraído hasta el punto de casi llegar al descuido, no quiero parecer mala, pero me sorprende que haya llegado tan lejos en la vida.

En fin, me decidí por él porque es un buen chico. Estamos en el mismo equipo en otra materia, es cuando me he dado cuenta de que es sumamente despistado y que necesita ayuda desesperadamente.

El resto de los compañeros del salón no han tenido tanto problema para encontrar datos que les ayuden a continuar con sus investigaciones, algunos me han pedido que les enseñe a usar los sitios web de búsqueda y lo he hecho con mucho gusto. Todos van avanzando bien, hacen que sienta un poco de envidia.

Pero prestar ese servicio me ayuda a distraerme.

Pensar cómo ayudar a Daniel permite que me replantee el esquema que normalmente ocupo para mi propia investigación, cada caso es particular, así como cada familia es distinta también.

Lo primero que hay que hacer con Dani, es ayudarle a encontrar información sobre sus abuelos. Durante la semana nos juntamos en la biblioteca varias veces después de clases, platicamos acerca de cómo trabajaríamos a fin de obtener información y para que él me contara lo que sabía acerca de su familia. Así podré encauzar correctamente el esquema de investigación.

–Mi mamá se peleó con el abuelo poco antes de que yo naciera y desde entonces no se han vuelto a ver, me dijo que si quería saber algo de él fuera a visitarlo.

Esa es la historia de su familia y la razón del por qué no ha podido avanzar mucho en su genealogía del lado materno: por problemas familiares.

Él y sus hermanos visitan a su abuelo de vez en cuando y tienen una buena relación con él, pero no conocen mucho acerca de esa parte de la familia.

Por eso insistí durante la semana en que viniéramos a visitar a su abuelo hoy, así le ayudaré a averiguar lo más que podamos sobre sus antepasados y luego corroborar con los registros que encontremos.

Esperaba una visita tranquila y casual a una casita pequeña pero acogedora, sin embargo, al llegar me di cuenta de que sería un poco distinto a lo que había pensado.

– ¿Tu abuelo vive en una clínica? –pregunto extrañada.

–Todos tenemos un familiar que está loco y vive en una clínica, ¿no?

Me quedo mirándolo un poco sorprendida.

–No sé qué responder a tu comentario.

Empieza a reír, me cuenta que su abuelo había empezado a tener "leves" ataques repentinos de esquizofrenia y padece fibrosis pulmonar por lo que requiere de oxigenoterapia, así que decidió trasladarse a vivir ahí como muchas otras personas que padecen diversas enfermedades delicadas.

¿Quién eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora