SESENTA Y SIETE

80 15 18
                                    

Tiempo actual

La firma del acta se llevará a cabo la próxima semana, Jorge se ha recuperado casi en su totalidad de sus heridas, la movilidad del brazo ha mejorado bastante, así que no hubo necesidad de prolongar más el acto.

Daniel me mantiene informada de cada paso que da Ana, debo admitir que va deprisa, es sorprendente lo mucho que ha podido encontrar por sí misma. Jorge no ha sido tan sagaz en su búsqueda como ella.

–Oye, cariño –Lo abrazó por la espalda mientras se sirve un poco de café–. ¿Has visitado últimamente la tumba de tu abuelo?

*

La pregunta de Vanessa me sorprende.

–Creo que... la última vez fue hace... ¿tres o cuatro meses?

Ella niega con la cabeza.

–Eso es mucho tiempo, ¿no crees? Tu abuela se sentiría triste si supiera que no le has llevado flores.

–Sí, es cierto, pero Alberto nos dio el fin de semana libre, lejos de todo el caos de la oficina. No creo que quieras pasar un día entero en el cementerio conmigo.

–No será todo el día –ríe–, además irías solo. Quiero pintar un poco esta mañana. Así que date una vuelta y hagamos algo juntos por la tarde. ¿Te parece?

Doy un sorbo a mi café recién preparado.

–Estás insinuando que te estorbo aquí en la casa.

–Para nada, solo que no quiero tenerte aquí aburrido mirándome pintar, esperando a que termine.

Lo pienso por un momento, tiene razón. Hace mucho que no voy al cementerio y si ella estará en su faceta de artista es sinónimo de música pesada a volumen elevado mezclado con aromas fuertes. Mejor salgo por un rato.

–Bueno, me has convencido –me acerco a darle un beso–. Le diré a Javier que me acompañe para no tener que manejar.

Sé que se quedará más tranquila si alguien me lleva, es un camino largo, no quiero exponerme a alguna recaída en mi recuperación.

–Es una buena idea, dile que maneje con cuidado. Te amo.

–Te amo, nos vemos por la tarde.

*

–Pasajeros del autobús número 85E con destino a...

Ese es mi autobús, me levanto estirándome y camino hacia la puerta indicada. Este fin de semana me decidí a visitar a mi abuelo en el cementerio. Estoy emocionada ya que haré el viaje yo sola, no es la gran cosa realmente, es un viaje de dos horas y pico. Aún así mamá estaba muy nerviosa, le pedí a Daniel que me acompañara pero ya tenía compromiso con su hermana, lo entendí totalmente, sé que ella trabaja mucho y cuando tiene un día libre es un evento extraordinario por lo que no lo presione en cuanto al asunto.

Mamá me preparó el desayuno muy temprano y papá me trajo a la estación, insistió en quedarse hasta que mi autobús saliera pero logré convencerlo de que no era necesario.

Encuentro mi asiento sin problemas, elegí uno junto a la ventana para disfrutar mejor el camino. Tengo el celular con la pila completa, la memoria SD libre y mi música favorita descargada, además de algunas papitas y galletas que compré antes de abordar.

Me pongo los audífonos cuando el autobús se empieza a mover, me quedo dormida poco después.

Me hubiera gustado decir que disfruté el recorrido pero me la pase durmiendo. Despierto al llegar a la estación. Bajo del autobús y salgo para tomar un taxi, el clima es un poco más frío, me alegro de haber hecho caso a mamá y haber traído un suéter.

¿Quién eres?حيث تعيش القصص. اكتشف الآن