CUARENTA Y CINCO

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Tiempo actual

¿Cuánto estrés puede resistir una persona antes de sufrir un colapso mental? Espero que mucho porque creo que no aguantaré más. Pareciera que los profesores se han puesto de acuerdo para marcarnos tareas, proyectos, ensayos y más esta última semana, ¿qué les pasa? Pareciera que quieren hacer un filtro antes de terminar el semestre para decidir quienes se quedan y quienes se van. Hemos estado hasta el tope de tareas y exámenes, Daniel a duras penas está sobreviviendo al igual que otros compañeros.

Al menos ya no tenemos que preocuparnos tanto por la materia de la señorita Ventura, ella marcó el proyecto al inicio del semestre, aquellos que empezaron temprano ya están dando los últimos detalles a su genealogía agregando fotos o historias que les van mandado varios miembros de sus familias. Los que no empezaron a tiempo están corriendo preocupados, ya que con la cantidad de tarea que tenemos encima resulta casi imposible sentarse tranquilamente a investigar y atar cabos para completar las generaciones. Algunos compañeros ya dejaron de lado el proyecto para enfocarse en las demás materias.

Daniel y yo nos hemos puesto de acuerdo para trabajar y estudiar juntos, hacemos buen equipo, así que terminando las clases iremos a la biblioteca a recolectar los materiales que necesitamos para un proyecto que tenemos pendiente y después iremos a mi casa para trabajar en él. Nos tocó escribir un ensayo acerca de las causas y consecuencias que se ven en nuestros días debido al impacto de la Revolución Industrial, no hemos empezado a hacerlo y es para mañana. El maestro pidió mínimo veinte cuartillas y una presentación para explicar a nuestros compañeros lo que aprendimos, típico docente que manda a sus alumnos a investigar para que luego pasen a exponer y den la clase por él.

*

1943

El tiempo parecía pasar demasiado lento, ambos morían de hambre nuevamente pero no habían encontrado otro lugar donde comer, el solo pensar en regresar a la posada cerca de la estación les hacía sentir náuseas.

A pesar de que las personas alrededor tenían un aspecto amable, nadie se atrevió a darles algo de comer, ya que les habían parecido groseros al insistir tanto en el nombre del pueblo, tema del que ningún poblador quería hablar.

– ¿Cuánto tiempo falta para que den las seis? –María hablaba desganada, estaba desparramada en una banca de la plaza principal.

–El mismo tiempo que faltaba hace cinco minutos –contestó Fernando sin ánimos–, menos cinco minutos. Que me preguntes a cada rato hace que el tiempo vaya más lento, ¿lo sabías?

–Deja de molestarme.

El día estaba fastidiosamente caluroso y la humedad del lugar les hacía sentir mucho más sudados de lo que en realidad estaban, a pesar de que se encontraban sentados sin hacer esfuerzo físico. La sombra de los árboles no parecía ser un gran refugio.

–Fernando, me rindo –habló María poco después–, ¿Cuánto dinero nos queda?

–Parece que tenemos suficiente para sobrevivir unos días más –contestó Fernando después de hacer las cuentas.

–Bien, entonces vamos a comer.

Ambos se levantaron sin ganas y se encaminaron con pereza en dirección a la fondita que estaba a un lado de la estación para probar bocado de nuevo.

María había optado por darle el dinero con el que contaban a Fernando para demostrarle que confiaba en él, pero ella conservaba una parte oculta en el fondo de la valija solo por si acaso.

Cuando divisaron el comedor dudaron de si era una buena idea comer ahí de nuevo, pero ante el constante acoso de sus estómagos para recibir alimentos no lo pensaron más y entraron. Extrañamente la fondita ya no se veía tan sucia como la recordaban, o ¿es que el hambre les hacía ver diferente las cosas?

¿Quién eres?Where stories live. Discover now