¿Quién eres?

DIECINUEVE

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– ¿Qué se supone que es esto? –Digo un poco contrariada a Dani quien me ha azotado una carpeta sobre la mesa.

–Atracción genética –dice orgulloso con los brazos cruzados.

Ya que lo estoy ayudando con su investigación, se me ocurrió la fabulosa idea de compartir con él un poco de mi situación a grandes rasgos, no le dije nada importante, no toqué detalles. Lo cual agradezco infinitamente ahora.

–Ya sé de qué trata, ¿a qué viene? –refuto enojada.

– ¿Cómo que a qué viene?, ¿sabes cuántos casos hay?

– ¿Pocos?

–Sí, pero no es el caso, dije que te ayudaría también si podía –dice muy seguro de sí mismo–, esta es la única manera que tengo para ayudarte. Así que déjate ayudar y lee eso.

Entorno los ojos, es muy lindo, pero tampoco soy tan tonta.

–Sé que estás pensando –dice él tratando de imitar mi voz– a mí nunca me pasaría eso, soy demasiado madura.

Empiezo a reír. ¿Cómo me puede conocer tan bien en poco tiempo?, ¿acaso seré un libro abierto?

–Oye cállate, para empezar, yo no hablo así y luego no va a pasar. Ni siquiera sé si tengo hermanos o padres o tíos o qué sé yo.

–Exacto, por eso debes estar preparada –luego agrega con aire misterioso–, ni siquiera sabemos si ya nos los hemos topado.

Reflexiono un poco en sus palabras, es cierto, día a día convivimos con cientos de personas. Probablemente ya haya visto a algún familiar en alguna ocasión, pero yo ni en cuenta. Dani continúa especulando mientras doy un vistazo a las hojas que hay en la carpeta.

–Mi hermana siempre dice que más vale prevenir que lamentar.

–Deberías hacerle caso.

Me saca la lengua.

*

–Atracción genética –dice Vane a la vez que deja caer una carpeta sobre mi escritorio, lo cual me sobresalta y hace que me salga chueca la firma que estaba empezando a hacer.

– ¿Eso qué? –pregunto algo enojado.

Ella me mira con gesto serio.

– ¿Cómo que eso qué?, es para que lo leas.

Entorno los ojos y me reclino en la silla con los brazos cruzados.

–Ya he leído sobre eso y lo sabes.

–No importa, no está de más tener información adicional.

Tomo la carpeta y le doy una ojeada.

–Esto parece una tarea de la universidad, ¿qué has estado haciendo?

–Es algo así, no importa. Te servirá, así que solo léelo, ¿sí?

Hago un gesto fingiendo que lo tiraré al bote que tengo a un lado.

– ¿Y si mejor no?

–Me pasaré toda la noche leyéndotelo, tengo otra copia –sale de la oficina con aire digno.

Me reclino sobre el escritorio y apoyo el mentón entre las manos mientras miro receloso la carpeta. Finalmente la abro y empiezo a leer. "Más vale prevenir que lamentar", dice Vane siempre.

No quiero pasar una noche tan aburrida.

*

No puedo creer que he leído ese absurdo ensayo sobre atracción genética, sí, merece que se le llame ensayo. Qué se cree al traérmelo, y ¿qué pensaba yo al leerlo? Ya he leído mil veces sobre eso otras veces para prepararme para lo que venga. Aunque releerlo me trajo nuevos sentimientos, ahora estoy a punto de vivirlo, no está de más obtener nueva información. La mayoría de las personas a las que les ha pasado han dicho siempre lo mismo: nunca lo imaginaron y no lo creían posible.

Haré que este no sea nuestro caso.

La verdad es que he tardado más en leerlo de lo que pensaba, analicé cada caso que se mostraba. Sí me interesa mucho este tipo de información, no quisiera echar a perder las cosas en el primer encuentro ni después.

Releí toda la información unas tres veces y hasta subrayé algunos conceptos que consideré importantes, es una investigación muy bien hecha. Creo que incluso la información que se recabó se hizo con... amor. Me siento mal ante la reacción que tuve cuando me dijo de qué se trataba, pero creo que puedo enmendar un poco las cosas.