— Chicas, ¿Quieren gaseosa? Nadie tomó de acá, por eso les ofrezco. —un chico muy amable se acercó a nosotras para ofrecernos un vaso grande de Sprite.
— Bueno, dale. Muchas gracias. —dijo Dalia con una sonrisa genuina. El chico se dio la media vuelta y se marchó.
— ¿Qué opinás de Lautaro? —interrogué de repente.
— Parece un chico copado. ¿Por qué? —ella respondió casualmente.
— No, por nada... —bebí un poco de la gaseosa que nos regaló el chico.
— Te gusta. —soltó una risita.
— ¡Ay, no, nada que ver! —negué mirando por la ventana.
— Dale Mía, te conozco. —presionó y yo rápidamente miré hacia la escalera del sitio, ubicada justo atrás de mi amiga. Lautaro estaba diciéndole algo a su amigo. Dalia se giró un poco en su lugar para imitarme.
¡Es una suerte que yo los haya visto subir!
— Bueno, chicas, acá traemos de todo un poco. Coman lo que quieran. —él hablaba mientras venía caminando en nuestra dirección con hamburguesas, gaseosas, papas fritas, patitas de pollo y aderezos junto con Máximo.
— ¡Uyy, qué ricoo! —mi amiga expresó mirando una de las bandejas mientras que se acercaban.
— ¿Y esa gaseosa? —preguntó Máximo sonriendo divertido.
— Ah, nos la regaló un chico que se acaba de ir. —ella explicó.
— Tengan cuidado, capaz que la escupió o le puso veneno para ratas. —Lautaro comentó con sarcasmo.
— ¡AAAH! ¡COCHINOOO! —ambas lo retamos al unísono. Máximo se tentó de risa al ver nuestras caras espantadas.
— No, no. Seguro que el chico era re buenito y solo la dejó entera para ustedes porque son chicas lindas. —dijo serio— O puede que tenga alguna cucaracha pegada en la tapa. —agregó.
— No vamos a creer eso. —negué mirándolo con aburrimiento.
— No lo crean, pero no se quejen cuando sientan alguna patita adentro de sus bocas. —acotó con malicia.
— Mejor la voy a tirar, ya vengo. —Dalia se levantó de su silla y caminó hacia un tacho de basura que estaba por ahí.
— ¡Qué malo que sos! —solté una risita.
— Solo fui honesto. —comentó despreocupado mientras se acomodaba en su asiento al lado mío.
Mi amiga volvió a sentarse frente a mí junto a la ventana y Máximo a su derecha. Comenzamos a comer mientras que charlábamos de cosas casuales...
~~~
Transcurrió una hora y media...
Una vez que terminamos de comer nos fuimos hacia la plaza que no quedaba muy lejos.
— ¡Hey! ¿Cómo va todo? —Máximo saludó a un chico rubio de ojos verdes de la estatura de Lautaro aproximadamente, que justo pasaba por al lado de nosotros.
— ¡Hey! ¿Todo bien? —el chico le respondió y se quedaron hablando. Nosotros seguimos caminando para ir a sentarnos. Una vez que nos sentamos volvió Máximo con su compañía.
— Chicos, él es mi amigo Ciro, pero todos le decimos Mike. Va a estar un rato con nosotros porque los demás con los que organizaron la salida todavía no llegaron. No les molesta, ¿No? —el chico alto explicó tratando de integrarlo.
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Dramas Paralelos
Teen FictionMía es una joven con una vida estructurada y una familia protectora, especialmente su madre Yudith, que tiene expectativas muy altas para ella. Dante, en cambio, es un chico con un pasado turbulento y un entorno complicado, incluyendo su exnovia Zha...