Los rumores dicen...

94 0 0
                                    

Algunos días después...

Mía Lee Estilo Punk:

¿Qué cosa me tenés que contar? —presioné intrigada. Ya sentía que éramos amigos de toda la vida. Este chico me inspiraba una confianza increíble.

Elián Ramírez:

Estoy saliendo con Valentina... pero ella...
Está confundida con Lautaro...

Me quedé petrificada frente a la pantalla.
Pero no era por el hecho en sí, sino porque yo estaba empezando una amistad con Lautaro y no era nada fácil tener que ocultar semejante cosa. A su vez, Elián también era mi amigo.

De todas formas, yo tenía un secreto con ambos, porque ninguno de los dos sabía que yo me hablaba con el otro.

Mía Lee Estilo Punk:

¡¿Qué?! Pero... ¿Cómo? —¡Esto no me podía estar pasando a mí!

¿Ella sigue con él? —fingí no saber nada.

Elián Ramírez:

Ellos se tomaron un tiempo para aclarar sus sentimientos. Mientras tanto... ella sale conmigo :/

Mía ayudame, no sé qué hacer...

¿Y yo qué tenía que hacer? A alguien le iba a tener que mentir, a alguien iba a tener que lastimar, pero ambos eran mis amigos... y por ambos yo estaba triste.

~~~

Lautaro y yo cada noche nos escribíamos y nos contábamos cómo había sido nuestro día... hablábamos de música y del estilo de su banda hardcore, de nuestras anécdotas divertidas y tristes también... nos entendíamos casi a la perfección. De hecho, teníamos muchísimas cosas en común.

Ambos soñábamos con estudiar música y teatro en la Universidad de Bellas Artes que estaba en el centro de la ciudad, pero no era nada sencillo entrar ahí. Sin embargo, estábamos convencidos de que si bien era muy difícil, no era imposible.

Por otra parte, Elián continuaba con sus idas y vueltas con Valentina. Mientras que Lautaro quería saber quién era esa persona con la que ella le había sido infiel, yo aún fingía no saber nada. ¿Cómo podría hacerle semejante cosa a uno de mis amigos? Eso no era ser una buena amiga, pero yo era consciente de que tampoco estaba haciendo bien en ocultarle la verdad a mi otro amigo.

Le rogaba a Dios que todo esto terminara de una vez por todas, ya no lo soportaba más. Odiaba estar en esta situación, me estresaba demasiado.

~~~

Lunes, 9 de septiembre.

— Chicos, miren lo que grabé anoche cuando no había nadie en casa. —anuncié emocionada.

— A ver... —dijo Máximo. Saqué mi celular y puse a reproducir la grabación. Él se llevó el móvil a su oreja. Dalia, como siempre, aún no llegaba.

— ¡Waaoow! ¡Me encanta! —comentó fascinado mientras escuchaba el audio.

— A ver, a ver. Yo quiero escuchar. —el chico rubio le quitó el teléfono a su amigo y se lo acercó a la oreja también para oír con claridad a través de todo el murmullo de los adolescentes a nuestro alrededor.

— ¡Hey! ¿Qué onda? ¿Qué hacen? —Lautaro bajó distraído por las escaleras.

— Hola. —saludé con timidez— Están escuchando una grabación... mía... —me ruboricé ligeramente.

— ¡Ay, ay, yo te quiero escuchar! —presionó con impaciencia. Su amigo le dio mi celular y nuevamente toqué para reproducir.

— La verdad... Cantás muy bien. ¿Tomaste clases de canto o algo así? —habló el chico.

— Em... no. Solo practico mucho cuando me quedo sola en casa. Nada fuera de lo común.—expliqué restando importancia. Los halagos me incomodaban.

— ¡MÍA! —la voz de Lautaro se hizo presente, casi en un grito. Lo miré sorprendida.

— ¿Qué? —dije con incredulidad.

— ¡ME- EN-CAN-TA! —separó en sílabas, cargado de emoción. Sonreí— En serio. Me encanta tu voz. Podrías ser cantante.

— ¿Cantante? —fruncí el ceño. Esto ya era demasiado exagerado.

— ¡Cantante! Justo lo que falta en la banda. —comentó Máximo entusiasmado como si hubiera tenido una gran idea.

— Claro, una voz femenina. —argumentó el chico rubio.

— ¿Te animás a ser la cantante de la banda? Cantarías con Lautaro. —me propuso y me quedé completamente en shock. No podía creer lo que estaba escuchando, esto tenía que ser una broma.

— ¿Cantante? ¿YO? —dije como si me hubiera quedado en pausa.

— ¡SIIII! ¡Vos! —afirmó Máximo riéndose de mi cara.

— Cantante. —repetí por tercera vez en el día.

— Hagamos una cosa. Lo pensás bien, tranquila y cuando lo decidas, nos decís. ¿Te parece? —Lautaro habló tratando de comprender mi estado.

— Eso parece una buena idea. —opinó el chico rubio. Suspiré y lentamente una sonrisa gigante se formó en mis labios.

— ¡OBVIO QUE QUIERO SER LA CANTANTE! —grité con un hilo de voz y me tapé la cara con mis manos. Máximo me dio un abrazo amistoso.

— Bueno. Ya tenemos a la nueva integrante. —confirmó con orgullo.

— ¡¡¡Felicitaciones!!! —los otros dos chicos me abrazaron con alegría. En eso llegó Dalia.

— ¡¡¡Gracias!!! —les agradecí con sinceridad. Ellos hicieron realidad mi sueño. Desde el centro de la ronda de abrazos, saludé a mi amiga— ¡Hola Daly!

— Hola... em... ¿Qué hacen? —sonrió extrañada. Nos separamos para saludarla.

— Te presentamos a la nueva integrante de la banda. Mía va a ser la cantante. —Lautaro le explicó emocionado.

— Ah, re bien. ¡Qué bueno! —respondió Dalia con una expresión un tanto... ¿extraña? La verdad que no le di suficiente importancia. Yo estaba centrada en esta gran noticia y todo lo demás pasaba a quinto plano.

¡Sí! Sé que suena muy egoísta, pero era lo que había soñado durante años y no sabía actuar de otra manera. Al menos hasta que pasaran algunos días.

— ¿No estás contenta? Es lo que ella siempre había soñado. —Lautaro preguntó con un tono serio.

— Sí. Sí, obvio. Es mi amiga y me pone muy feliz por ella. —ella nos mostró una sonrisa genuina.

— Bueno. Yo me voy, tengo cosas que hacer. Nos hablamos luego. —Lautaro nos saludó a todos y se alejó.

— Dale, nos hablamos. —lo saludé con una sonrisa discreta.

— Nosotros nos tenemos que ir a comprar unas cosas para la clase de mañana. Nos vemos. —Máximo y su amigo nos despidieron con un beso en la mejilla— Después arreglamos para juntarnos a ensayar. ¿Si?

— ¡Sí, buenísimo! Nosotras ya tenemos que entrar a clase. Nos vemos. —Dalia y yo subimos por las escaleras. Ellos se marcharon por la puerta principal.

— Una banda... ¡Qué copado! —mi amiga comentó mientras subíamos.

— Sii, ¡Te dije que son geniales! —dije emocionada.

— Sí. Eso parece. —ella concluyó y entramos al salón.

~~~

Dramas ParalelosWhere stories live. Discover now