II

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Eran las tres en punto y yo estaba cerca de la casa de Dante. Empujé el enorme portón de chapa y crucé. La puerta se encontraba abierta, antes de entrar di dos golpecitos para que supiera que había llegado. Él estaba sentado en una silla con el celular y miró hacia mí, distraído.

— ¿Hola? —saludé con una sonrisa tímida. Él también sonrió y mi corazón comenzó a latir más fuerte que de costumbre. La esperanza se veía reflejada en sus ojos claros.

— ¡Mía! —Dante se levantó y corrió a abrazarme— ¡No imaginás cuánto te necesito! ¡Te extrañé tanto! —su voz sonaba un poco más ronca y débil de lo normal.

— ¡Hey! ¿Qué te está pasando, Violeta? Estás mucho más sentimental de lo que recordaba. —solté una risita separándome de él para mirarlo.

— ¿Qué te pasó en el pelo? ¿Por qué te lo cortaste? —preguntó sorprendido.

— Solo es un corte. Un cambio de look no viene mal. —respondí despreocupada.

— Te queda hermoso. —comentó acariciando un mechón. Yo sabía que él adoraba mi pelo.

— Gracias. —sonreí, sonrojándome y miré al suelo— Bueno, ¿Y qué me ibas a contar? Hace tiempo que no nos vemos. —cambié de tema.

— Ah, sí... vení, sentate. ¿Querés algo de tomar? —invitó.

— No, no. Así estoy bien. Gracias. —me senté nerviosa y él se sentó frente a mí— Además, en un ratito me tengo que ir porque... —lo miré emocionada— ¡Tengo una cita! —susurré sonriendo.

— ¿Una cita? ¡Qué bueno! ¿Con quién? —interrogó expectante.

— Su nombre es Ciro. —me sonrojé.

— Ciro, Ciro... me suena... —dijo pensando.

— Okay. Contame. No tengo mucho tiempo. —presioné mirando el reloj colgado en la pared.

— Bueno, te lo resumo. —humedeció sus labios finos— ¿Te acordás de cuando te dije que me pasan cosas con Josy? —asentí prestando toda mi atención— Um... la vi saliendo con Uriel a escondidas. Los crucé en la cafetería de siempre. Llegué a casa y me volví completamente loco. Rompí todo lo que hay en mi habitación. —explicó arrepentido. Lo miré espantada.

— ¡¿Qué hiciste qué?! —escupí sin pensar.

— Sí... ya sé que me vas a retar... y no me justifico... actué por impulso... sin pensar. —declaró.

— Ya sabés cuál es mi respuesta... —dije mirando el borde de la mesa de madera rústica— ¿Para esto querías que viniera?

— No te lo podía decir por mensaje. Además... quería verte. Y... no sabía nada de vos... —prendió un cigarrillo y lo llevó a su boca— ¿Cómo estás?

— Yo... bien. Intentando acercarme otra vez a mi viejo. Todavía no puedo entender por qué está con esa mina. El otro día estábamos almorzando y vi como ella lo miraba... se nota que no lo quiere ni un poco. En cambio, él parece un estúpido. —hablé con fastidio y lo miré.

— Entiendo por lo que estás pasando. Me pasa algo parecido con la mujer del mío. Es una cualquiera y mi viejo cree que es única en el mundo. —rodó sus ojos y soltó un poco de humo.

— Me imagino. —comenté con cierto tono depresivo y suspiré. Él acercó su silla un poco más hacia mí y con su mano tomó una hebilla de mi pelo— ¡Hey! ¿Qué hacés? —me moví un poco hacia atrás.

— ¿Qué pasa si... —desprendió uno de los moños que tenía para sostener el flequillo. Bajé la mirada. Luego, soltó el otro, dejando caer el mechón sobre mi cara— hago esto? —lo volví a mirar. Movió mi flequillo detrás de mi oreja. Sus ojos eran tan profundos que me perdí en ellos sin darme cuenta.

En mi mente todo era como una de mis novelas favoritas...

La música dulce empieza a sonar...

El chico quiere besar a la chica, mientras que ella muy inocente se acerca a él...

De repente, los perros empezaron a ladrar y ambos miramos hacia la puerta. Nos separamos de un salto.

Hasta que alguien arruina el momento.

— ¡Hey! ¿Qué hacen? —Moro saludó desde la puerta. Mostré una sonrisa forzada tratando de actuar normal— ¡Mía! ¡Tanto tiempo! Estás muy desaparecida. —se acercó y me dio un beso en la mejilla.

— ¡Hey! Bueno... vos tampoco me hablás cuando estás conectado —respondí con una risa sarcástica.

—¿Qué te hiciste en el pelo? ¡Estás loca! ¡Lo tenías re largo! —opinó espantado.

— ¿Qué? ¿Acaso no te gusta cómo me queda? —levanté una ceja.

— ¿Fuiste a la peluquería o te lo cortó tu mamá? —interrogó con curiosidad.

— Me lo corté yo. —dije sin rodeos.

— ¡¿Qué?! —ambos soltaron con incredulidad.

— Sí, me lo corté yo sola. Me fui al baño, agarré la gillette... —expliqué despreocupada. Ellos se miraron y me volvieron a mirar— Y ¡Zaz! —hice una tijera con mis dedos y abrí mis ojos de una forma exagerada.

— ¡¿Una qué?! —hablaron al unísono.

— Una gillette. —respondí con una sonrisa torcida levantando una ceja.

— ¿Vos... te sentís bien? —Moro abrió sus ojos como platos.

— ¡Mejor que nunca! ¿Por? —le mostré una mirada desafiante.

— ¿Me acompañan a comprar? —preguntó Dante poniéndose de pie con el cigarrillo en su mano.

— Vamos. —acepté.

— A qué hora tenés que estar con tu... chico? —dijo con una mirada que no supe descifrar. Era una mezcla entre indiferencia e ironía.

— A las cinco y media en la avenida que está al otro lado. Así me queda más cerca. —expliqué.

— ¿Tu chico? ¿Estás de novia? —Moro interrogó curioso. Dante lo miró y me volvió a mirar. Abrí la boca para decir algo. Pero él no me dejó hablar.

— Se va a encontrar con un tal Ciro. —respondió por mí.

— Bueno... yo... —traté de aclarar.

— ¿Ciro? —me interrumpió— El que venía a mi casa hace unos años. ¿No te acordás? Ciro. —le recordó a Dante. Los miré confundida.

— No me dijo nada de ustedes... no creo que hablen de la misma persona. —razoné.

~~~

Fuimos a comprar y me acompañaron hasta el lugar de la cita. Moro se había quedado hablando con un chico unas cuadras atrás. Cuando llegamos...

Ciro estaba sentado sobre la vereda del otro lado, en diagonal a nosotros. Su pelo rubio ondulado brillaba con el sol. Lucía una remera blanca con una estampa de Green Day, una camisa a cuadros rojos y negros de mangas cortas desabrochada. Un jean celeste gastado y unas zapatillas Converse negras. Lo miré acercándome a la esquina y sonreí con cierta tristeza, pero no sentía ni un poquito de emoción.

¿Qué me pasa?

¿Por qué me siento así?

Se supone que debería estar temblando de los nervios.

Dramas ParalelosWhere stories live. Discover now