Involucrados

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Miércoles, 8 de mayo.

Finalmente, Maqui volvió a clases. ¡Después de tanto! Yo estaba sentada con Bruno. Ella llegó y se sentó sola en el banco del medio.

— ¡Pssst! ¡Psssst! —intenté llamar su atención para que me mirara, pero ella no me escuchaba— ¡Maqui! —susurré con uno de mis brazos apoyado en el respaldo de mi silla— ¡Maqui!

— ¡Es inútil! No te va a escuchar con tanto ruido. —comentó Bruno detrás de mí.

— ¡Maqui! —hablé fuerte y ella logró escucharme. Levantó la cabeza de su celular y me buscó alrededor de todo el lugar— ¡Maqui! ¡Acá! —llamé levantando uno de mis brazos, sacudiéndolo un poco y me encontró.

— ¡Ew! —respondió distraída.

— Vení con nosotros. Acercá la mesa. —invité haciendo un gesto con mi mano. Maqui se levantó moviendo su asiento hacia atrás y deslizó un poco el banco para quedar atrás nuestro.

Luego fue a buscar la silla con la mochila colgada. Me giré hacia Bruno y apoyé mi brazo en el respaldo para mirar a Maqui. Él me imitó el movimiento.

— Hola —ella saludó a Bruno con una sonrisa de boca cerrada.

— Bruno, ella es mi amiga Maqui. Maqui, él es el nuevo integrante del grupo, Bruno. —me encargué de presentarlos.

— ¿Qué tal? —hablaron al mismo tiempo.

— Bruno es excelente con la batería... durante los últimos días estuvimos tratando de ponerle música a mis letras. —comenté en forma casual.

— ¡Waw! ¿En serio? Mi hermano está necesitando un baterista... porque el que tenían... decidió irse de la banda por unas diferencias que tuvieron. Así que, le pregunto y un día venís al galpón con nosotros. —explicó con entusiasmo.

— ¿Quién se fue de la banda? —pregunté pensativa.

— El chico rubiesito... amigo de Moro. —explicó.

— Yo nunca estuve en una banda, pero supongo que soy lo suficientemente bueno para no haber tomado a clases particulares. —dijo Bruno despreocupado. Realmente estaba muy seguro de sí mismo. Lo cual yo admiraba mucho de él.

— ¡Esa es la actitud! —ella opinó levantando su mano con aires de festejo— Este chico me agrada. —dijo para mí. Yo sonreí— ¡Chócala! —ellos chocaron sus puños.

Sonó el timbre del recreo...

Fuimos al baño mi amiga y yo. Bruno se quedó en el pasillo charlando con algunos chicos de otras aulas. Aproveché la oportunidad para hacer preguntas acerca de lo que había pasado con Dante el sábado anterior.

— Con vos tengo que hablar. —informé una vez que llegamos al baño. Ella arreglaba su cabello castaño oscuro con las puntas en color fucsia.

— ¿Qué pasó? —preguntó distraída.

— Quiero saber la verdad acerca de Dante. —exigí cruzándome de brazos.

— ¿Qué verdad? Yo no sé nada. —negó. Noté que su expresión despreocupada cambió un poco, la preocupación comenzó a hacerse cada vez más evidente a pesar de que ella intentaba disimular.

— Dale, las dos sabemos muy bien que él no está bien. —hablé preocupada. Ella se giró hacia mí mirando al suelo.

— Um... ¿Si te lo cuento no vas a decir nada? —soltó algo desconfiada.

— Tranquila. Podés confiar en mí. —le mostré una sonrisa genuina. Su rostro se suavizó.

— Está bien. —se aclaró la garganta— Dante... él... tiene una condición psiquiátrica. —explicó. Mis ojos se abrieron de par en par y mi boca se abrió de repente, pero me quedé en silencio para que continuara— Él... tuvo una vida muy dura. Su madre lo abandonó cuando tenía 8 años. Su padre siempre fue un alcohólico que le pegaba cada vez que se emborrachaba. Actualmente, vive con su tía. —la angustia me invadió formando un nudo en mi garganta.

Dramas ParalelosWhere stories live. Discover now